TEALHay veces en las que la vida te empuja sin razón, a lugares tocados por el diablo, este es mi caso, cometí el error de enamorarme tal vez de la persona equivocada y ahora estoy aquí, intentando recuperar las piezas perdidas de mi rompecabezas. Aiden está jugando su propio juego, uno en el que solo se basa en recuperar a Lilibeth.No se da cuenta de que ya la perdió, desde el día en que decidió violarla. Cubro mis moretones con la blusa de manga larga que traigo, he intentado de todo para que se dé cuenta de que lo amo en verdad y que le puedo dar lo que en otras nunca va a encontrar, pero es tiempo perdido.Bien, esta es mi última jugada. La gente que entra y sale de la oficina me mira raro, como si fuera una especie rara, puede que tengan razón. La puerta se abre y enseguida aparece una chica menudita.—Ya puedes pasar —me dice.—Gracias.Asiento y entro, un par de ojos llenos de rabia me miran, la desconfianza huele y está en el aire, siento que el alma se me cae a los pies cua
LILIBETHEl corazón me palpita con fuerza, siento que el aire se me va y las piernas las siento como gelatinas, los recuerdos golpean mi mente con fuerza y creo que estoy a nada de entrar en una crisis de ansiedad y pánico, ver a Aiden de nuevo, tan cerca, y a solas, hace que tenga miedo, sin embargo, no lo muestro, me mantengo firme con el mentón elevado.—Aiden —repito—. ¿Qué haces aquí?No me gusta cómo recorre mi cuerpo, como si fuera suyo, como si quisiera volver a poseerme, ajusto el nudo de mi toalla y me quedo en mi sitio, permaneciendo lo más lejos posible de él.—Te he extrañado tanto —dice dando un paso adelante.—No compartimos el mismo sentimiento.—Tú me amas —replica con enfado.Cuento los segundos con la esperanza de que Oliver no tarde en entrar, puede que conlleve a que ambos peleen, pero por lo menor en el funeral de mi padre no estábamos solos, había gente que me podía auxiliar en caso de que perdiera la cabeza de nuevo. Este, no es el caso.—No, ya no te amo, te o
LILIBETHLa mirada de Oliver me sigue por todos lados, si camino, si me lamo los labios, todo, estudia cada maldito detalle de mi y siento que no puedo estar más enfadada con la vida, el plan era simple, venir por el funeral de mi padre, solo eso, nada más, y ahora no solo tengo que soportar el hecho de que Aiden esté como demente queriendo recuperar lo que él mismo echó a perder, sino, a Oliver, quien sospecha que oculto algo, el problema es que oculto muchas cosas.—Habla —Insiste.Trago grueso, no pienso hablar. Voy a proteger mi mundo a capa y espada.—Lilibeth, de aquí no te vas hasta que hables —espeta con firmeza.—No sé a qué te refieres —blanqueo los ojos optando por una actitud sarcástica y relajada, como si nada estuviera pasando.Vuelve a quedarse callado, y he aprendido que Oliver es más peligroso cuando calla que cuando habla, me remuevo inquieta y cuento los segundos para que se canse y deje todo de lado, no lo hace. Siento que el aire me sofoca.—¿Acaso quieres que te
LILIBETHLa garganta se me seca ¿a esto quería que viniera? A verlo pelear con Aiden. Cierro los puños llena de rabia, jugó sucio, sin embargo, pese a que Aiden entra al ring, no aparta ni un solo segundo su mirada de mi. No le voy a dar el gusto de verme débil, si lo que quiere es debatirse a golpes con él, bien, seré espectadora de su show.—¿De verdad no lo sabías? —pregunta Elsa a mi lado, tan sorprendida como yo.Niego con la cabeza.—No, y no tengo idea de cómo es que los dos llegaron ahí —me cruzo de brazos—. Pero vamos a ver la pelea hasta el final.—¿Estás segura? Nos podemos ir cuando quieras.—No, no soy una mujer débil, y ellos no me van a amargar más la existencia.—Bueno.No corto contacto visual de Oliver hasta que él lo hace, obligado por la pelea, Aiden nos mira a ambos y tensa el cuerpo. Observo como se acercan y cruzan un par de palabras antes de dar inicio, la gente sigue atenta, los dos se asesinan con la mirada y mi corazón late con frenesí al escuchar la campana
AIDENAmo con todas las fuerzas que me quedan, a Lilibeth, verla frente a mi, con el ceño fruncido y un rostro que refleja miedo, incertidumbre, odio, cariño, y desdén, solo aumentan mis ganas de haber matado a Oliver Strong, acepto la pelea y sabía las consecuencias, no es excusa, pero era algo que necesitaba hacer.¿Por qué no entiende que quiero hacerla feliz? Quiero que volvamos a ser Aiden y Lilibeth contra el mundo, quiero escuchar su risa al ver películas, quiero besarla, volver a hacerla mía. Y el único obstáculo que encuentro es Oliver.—¿Qué haces aquí? —pregunta rompiendo el silencio.—No quería matarlo —miento.—Te conozco, sé que si lo querías —dice en tono gélido—. ¿Hasta cuando vas a seguir haciéndome daño? En algún momento tienes que parar.Sus palabras, aunque no son duras, me duelen una mierda.—Yo no intento hacerte daño, solo quiero que entiendas que te amo —trago grueso—. Quiero que me perdones por haberte violado, sé que no lo merezco, no hay justificación, solo
LILIBETHMi corazón aún late con fuerza cuando regreso del baño, Xander me mira de un modo que me hace pensar que lee mis pensamientos, después de todo él fue también mi amigo y mi novio, me siento al lado de Elsa y recibo con una sonrisa el café que me da.—Gracias.—Tardaste demasiado.—¿En serio? No me di cuenta —encojo los hombros tratando de no parecer nerviosa.Le doy un sorbo a mi café, cuando Marta llega de nuevo, esta vez con una botella de agua y se sienta delante de nosotros, para ser específica, delante de mí.—Todo esto es tu culpa —habla rompiendo el silencio que nos envuelve.Levanto la mirada.—De nadie es la culpa —interviene Xander.Pero no es necesario, sé defenderme sola, arpías como esta me recuerdan a muchas con las que ambos llegaron a salir, así que entrenamiento anti perras, sí tengo.—Si no hubieras vuelto… —tensa la mandíbula con fuerza.—¿Volver? —enarco una ceja con incredulidad—. Oliver es quien me buscó, pero a ti no tengo porque darte explicaciones de l
OLIVERLos secretos salen a la luz, siempre, tarde o temprano lo hacen, no importa quien suelte la mentira primero, la verdad absoluta es irremediablemente visible. Y esta es una de ellas, no sé a dónde mierda se ha metido Lilibeth, no responde mis llamadas, tampoco las de Xander o Elsa.Comienzo a impacientarme y muevo a mis contactos para que comience su búsqueda, Aiden tiene sus cartas bajo la manga, yo también, el tiempo pasa, firmo algunos papeles que son necesarios para que me den de alta.—Oliver, tienes que ver esto.La voz de Xander me saca de mi ensimismamiento, asiento y lo sigo hasta la cabina de seguridad, donde me muestran las imágenes y videos donde se ve a Lilibeth salir rápidamente del Hospital, tomar un uber y desaparecer.—¿Qué le hiciste? —me pregunta su amiga.Pero mi atención está solo en la mentirosa más grande que he conocido.—Puede que se haya ido —añade Xander.Lo miro mal.—Ella no se iría sin mi —réplica Elsa.—Lo haría si pensara que ya debes hacer tu vid
XANDER—No está, llamé al aeropuerto para ver si Lilibeth había tomado algún vuelo, pero no, al parecer no se ha ido sin mi.Dice Elsa cayendo al lado mío.—Ella no te dejaría —le aseguro para dejarla tranquila.Cosa que no funciona, ya que frunce el ceño ligeramente y se queda mirando un punto fijo.—Ella me dijo que ya era momento de que hiciera mi vida contigo y con el pequeño Xan —dice volteando a mirarme—. Eso es lo que más quiero en la vida, pero tampoco quiero dejarla sola cuando el idiota de tu primo está obsesionado con ella.Lilibeth siempre ha pensado en los demás antes que en ella, el saber que no he convivido con mi hijo como me gustaría, sé que le está pesando, y mucho. Lo cierto es que jamás imaginé que mi primo llegaría a lastimarla tanto, está enfermo, necesita ayuda, pagar por sus actos. Pero la cárcel queda descartada, nuestra familia tiene muchos contactos.Entrar en conflicto conllevaría a una guerra campal en la que nadie ganaría y la única perjudicada sería Lili