MonserratGiro al sentir que ponen un abrigo sobre mis hombros y para mí sorpresa es Alberto quien todavía no entiendo porque no me deja en paz, por más que me haga la misma pregunta una y mil veces.—¿A dónde crees que vas y sin mi? —dice, susurrando a mi oído, provocándome un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.—Pues voy a mi casa ya me aburre estar en un lugar que para nada me siento a gusto —respondo al ver que el auto que había llamado acaba de llegar, así que retiro el abrigo de Alberto y se lo entregó.—Gracias, pero no debió molestarse —digo, abriendo la puerta del taxi.—¿A dónde vas Monserrat?. —Me detengo de inmediato al sentir que Alberto sujeta mi brazo impidiendo que suba al taxi.—Señor arranque que la señorita no va tomar el servicio, mire cóbrese por el servicio —dice el muy prepotente, cerrando la puerta del taxi.—¿Quién te crees, Alberto Cáceres? para crecer que me maneja a su antojo —digo algo indignada, pues nunca me ha gustado que nadie me controle la vida, y el
MonserratYa perdí la noción del tiempo no sé cuántas horas llevo con Alberto metida en este bar, lo que sí estoy segura es que ya vamos en la quinta botella de whisky y una de tequila, puedo decir con seguridad que nunca en mi vida ya había tomado tanto lo máximo que había tomado era una o dos copas, pero está noche y parte de la madrugada creo que ya me bebí hasta el agua del florero.—¿Y no me vas a responder?. —Giro mi cabeza al escuchar la voz de Alberto quien me ha hecho la misma pregunta casi que toda la noche y ahora está a la espera de una respuesta, pero estoy tan feliz que no quiero arruinar lo que nos queda de esta salida, por qué se que si abro mi bocota vamos a salir peleando y es lo menos que quiero, además quién necesita saber que es lo que en realidad siento o no siento por el.—Deja de preguntarme ya te lo he dicho miles de veces así que tú más que nadie debes saber que es lo que siento por ti, además no vamos arruinar lo que nos queda de esta noche, bueno más bien p
AlbertoAtravieso mi auto e impido que Monserrat siga su camino, nunca en mi vida había visto una mujer tan caprichosa y testaruda, estar con esta mujer es una lucha diaria cuando vi que tiró la camisa al piso supe que no le gustó nada mi comportamiento y se que por eso se fue, pero vaya manera de esconderse pues al salir la busque y no la vi en ningún lado así que tuve que tomar mi auto y empezar a buscarla hasta que la v metros más adelante con sus zapatos en la mano, “ que mujer más terca" le echo pito y como era de esperarse no responde así que no tuve más remedio que atravesar mi auto y ahora estoy aquí dudando si salir o no ya que creo que sí salgo no sé qué sería de mi vida, pero bueno tocará enfrentar lo que se me viene, bajó del Auto lo cierro y empiezo a caminar hacia ella quien al verme lo primero que hace es rodar los ojos, creo que me acostumbre a verla rodar los ojos toda la vida.—¿Qué pretende el señor Cáceres? ¿Acaso quiere matarme está noche que no me deja en paz? —
MonserratEn serio Alberto Caceres quiere acabar con mi paciencia y yo no sé cuánto tiempo me lleve soportarlo, camino detrás de él hacia su apartamento al subir en el elevador veo que el piso que oprime es bastante arriba el 26 y la verdad no me gusta mucho estar tan arriba y mucho menos con el pesado de Alberto Caceres, al estar en el piso 26 caminamos por un largo pasillo hasta llegar a una enorme puerta caoba.—Pasa su majestad —dice haciéndome reverencia, en verdad alberto cada minuto hace méritos para acabar con mi paciencia, pero ahora no estoy para empezar la tercera guerra mundial por ahora voy a llevar la fiesta en paz después de todo estoy muerta del cansancio y lo único que quiero es una buena cama donde poder dormir un poco debo estar hecha un desastre.—No tienes que actuar como un idiota —respondo e ingreso.Adentro todo es hermoso las paredes son blancas con pequeños acabados con un toque rústico, los pisos de mármol, tiene cuadros de pintores muy reconocidos incluso h
Vamos en el auto con rumbo hacia mi casa pero en mi cabeza y en mi mente no deja de darme vueltas de todo lo que pase anoche junto Alberto, son emociones nuevas emociones distintas que mi corazón ha empezado a sentir y que me niego me niego a creer que esto sea verdad, también tengo en mi mente la escena de al despertarme esta mañana y ver Alberto durmiendo plácidamente como un pequeño niño y sus brazos enredados sobre mi cintura.Debo admitir que por un momento sentí unas ganas tremendas de darle un fuerte golpe por tomarse tal atrevimiento pero por otro lado mi corazón se moría por darle un beso, por eso contemple cada minuto cada instante en que sus bellos ojos estaban cerrados hubiera querido que ese momento se congelará para siempre y quedarme así y no tener que demostrar lo que mi corazón a empezado a sentir, pero solo son ilusiones ya que tan pronto sentí qué se movía cerré mis ojos para que no se diera cuenta de que lo miraba en silencio.Pero el gusto que más me dió fue su
MonserratDespués de hablar con Mónica por fin voy hasta la oficina pues tengo el tiempo justo para llegar a recoger algunos documentos y salir para la cita que tengo con uno de los mejores empresarios de la ciudad, así que me despido de mi Nana y salgo para la oficina subo a mi auto y me pongo en marcha, conduzco aproximadamente durante 45 minutos el tráfico de hoy está súper pesado.Al llegar dejo mi auto en la entrada y bajo para correr hacia el elevador dónde oprimo el botón que me lleva a las oficinas, al bajarme camino por los largos pasillos hasta llegar a mi oficina, busco a Martha mi secretaria pero no está bueno talvez pensó que hoy no vendría y se tomó la tarde, así que entró a mi oficina para poder recoger los documentos para la cita con Fernando Ferreira al ingresar a la oficina por poco y casi no puedo pues ella estaba a reventar de ramos de rosas blancas, y por lo que me imagino creo saber de dónde provienen, será que no le quedó en claro que no quiero nada de él, pero
AlbertoDespués de una hora de conducir dejo a Monserrat en la casa y ahora voy hacia mi apartamento pues quedé en verme con Santiago en él, pero la verdad no me tiene para nada contento ya que no me gustó nada que se atreviera a llevar a Montserrat a la casa, pero ahora que venga tendré que dejarle todo en claro, además él no puede entrometerse ya que tendría que pagarme la apuesta, llegó a mi apartamento y al mismo tiempo veo que también llega Santiago y al lado de él dos hermosas mujeres, pero que le pasa si se supone que íbamos a hablar y él sale con esta, además no quiero que me pase lo de la última vez pues no pude estar con esa mujer ya que Monserrat estuvo todo el tiempo en mi cabeza y no pude, si sigo así tendré que ir al sicólogo, pues yo no puedo dejar que mi amigo muera sin tan siquiera a era dado la batalla.—Hola señor Cáceres, listo para esta noche, por qué aquí te traje estas dos preciosuras para divertirnos un buen rato —dice, para después palmotear el trasero a las d
—¡Ya basta Mónica! No más. —No puedo creer que después de muchos años me encuentre jugando hacer competencias con Mónica, si eso solo lo solíamos hacer cuando estábamos juntos con nuestra madre pero aquí estoy tratando de comerme una enorme cuchara de comida para gatos, lo peor de todo es que Mónica ya lo logró y yo estoy aquí dudando si hacerlo o no, y lo más triste es el público que tenemos pues Carlos y Lilia no se cansan de gritar y gritar como si de esto dependiera la copa de la final de los juegos olímpicos jajaja.—Dale Montse, no seas gallina, o ya sabes te tocará penitencia y creo que no te va gustar nada de nada jajaja. —La voy a matar “lo juro" por cuadragésima vez intentó meter a mi boca la enorme cuchara con comida de gato a mi boca pero no puedo así que me voy a tener que dar por vencida aunque eso signifique hacer las locuras que se le va a ocurrir a Mónica y se que por la cara que tiene de satisfacción no me va gustar para nada el castigo.—Me rindo no soy capaz, esa c