JENNA’s POV.
De lejos cualquiera pensaría que el Bosque oscuro es otro montón de arboledas iguales al resto, pero a medida que se adentran en él se dan cuenta de su error.
El tronco de sus árboles son de un color negro carbón y el follaje varía de azul oscuro y morado; las flores a sus pies son únicas, coloridas pero con escasos pétalos que por la luz de la luna—me imagino—parece tener un efecto reflejante que las iluminan al punto de ser neón.
Lo único familiar que he logrado reconocer son las luciérnagas que me ayudan a distinguir el paisaje a pesar de la leve neblina.
Maravilloso.
Esa es la palabra que lo describiría.
— ¿Ahora qué? —Digo, sin dejar de ver la luna entre las hojas—. Escapamos del reino, estamos en un tétrico bosque y no puedo despertar.
— ¿Despertar?
—Sí, ya sabes, es imposible que todo esto sea real. —le respondo—. Hasta está la posibilidad de que haya caído en coma.
—Eso llevaría a que yo no sea real.
—S
Con el paso de noche, Jenna no podía cerrar los ojos a causa de la figura enroscada de la Sarrácia, una criatura que de seguro cumplía con todas las cualidades de sus pesadillas, pero principalmente por su desconfianza hacia su compañero de fuga. En cambio, la mente de Brais merodeaba en Crisantemo, el rey, su madre y, esa estatua. Jenna se quedó mirando el pequeño bolso de Brais pensando que era una especie de morral mágico cuando lo vio sacar el enorme y grueso libro de él. La mochila pesaba poco en comparación de lo que ese libro aparentaba. Su mirada curiosa examinó el rostro del joven del cual aún no sabía nada. Sus ojos recorren desde la forma triangular de sus cejas hasta su cabello, castaño, un poco largo sujeto en un moño desordenado. Cuando Brais gira la cabeza ella nota como las brasas desenmascara tres pequeños tachones debajo de su pómulo a cada lado. Su atención se pierde cuando escucha una especie de aullido, más la tonada no era de nin
JENNA´s POV. De niña me encantaba ir a la casa del lago de la abuela, ella siempre nos contaba historias y nos decía a mi hermana y a mí que nunca entráramos al bosque, cosas extrañas pasaban allí dentro. Mamá decía que la abuela estaba loca desde que falleció el abuelo, pero Sophia y yo estábamos seguras de haber visto ese laberinto de rosas. Ella corrió hacia él y yo tras ella, horas después de correr y jugar entre los pétalos, se empezaba a ocultar el sol y mi hermana seguía riendo y corriendo buscando la salida. Nunca la había visto tan feliz, siempre estaba con ese porte frío y de amargada, aun teniendo siete años y yo seis. Cuando encontré la salida antes que ella regrese a casa, había una patrulla de policías y mi familia estaba desesperada. Mamá no paraba de gritar: ¿Dónde estabas? O ¿Por qué no había vuelto a casa? ¿En dónde me había metido durante dos días? Les dije que había salido esa mañana pero Sophia confesó que ella siempre est
Te contaré un cuento de niños muy cuentioso y disparatoso: «Había una vez, en colonias británicas, una niña que leía en la rama de un árbol, un conejo que la observaba de lejos, un gato malicioso y una reina que preparaba el filo de la guillotina para tener su cabeza servido en un plato.»¿Te suena familiar?Correcto, acertaste. Pero déjame decirte que todo lo que conocías de “El país de las maravillas” es mentira. Borremos por un momento a Lewis Carroll y su historia ficticia, o al menos eso es lo que se cree.Se dice que Lewis cayó en la demencia y que en su trastorno vio muchas alucinaciones que decidió plasmar en una historia la cual llamó: Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas.Pero ¿qué si esa locura no fuese de todo un invento? ¿Si el pensar de ese disparatado mundo no fue tan descabellado? ¿Qué pasaría si el famoso mundo existiera? Lewis solo escribió una parte de lo que Jenna Steel le tocó enfrentar en carne
El metal choca entre sí, la ola de muerte le pisa los talones marchitándolo todo a su paso, las hojas crujen a sus pies mientras corre desesperada con el olor a rosa avasallando su nariz. «Estoy sucia, mojada y aterrada» Espadas la persiguen, el corazón lo desemboca mientras intenta alcanzar al chico de cabello negro que está de espalda en el umbral al final del laberinto. La apresura recordando que su sangre depende de eso, de correr. Acelera, gritos suenas detrás y una lluvia de luces amarillas desaparece a los guardias que venían por ella. Alcanza al hombre alto, con el porte de un gato traicionero. El pelo oscuro le cae de forma desordenada sobre la frente y alrededor de las orejas. Sus facciones son afiladas y elegantes semejantes a las del animal. Pómulos definidos, nariz perfilada y sonrisa ampliamente traviesa. —Mía. Eres y siempre mía. —los ojos violetas la hipnotizan mermado el cansancio y el beso la reanima—. Tu mente la manipuló yo. Tu muerte la d
JENNA’s POV.¿Te gustan las rosas?Cada fibra de mi cuerpo temblaba, estaba tan aterrada que ni siquiera podía gritar. Esto no podía estar pasando. Solo atiné a salir corriendo de mi propia habitación en búsqueda de Sophia.Llegue ajetreada a la sala donde se encontraba recostada en el sofá leyendo un libro de psicología, se lo arrebato y lo tiro sin importarme donde caiga. Antes de que pueda reprócheme la tomo del brazo y la obligo a pararse para arrastrarla hasta mi habitación.Estaba consciente de que no cambiaría nada si ella lo veía ya que no se podría hacer nada contra un demonio de ojos violetas pero por lo menos no estaría sola. «Si me cae mierda a ella igual.»En cualquier situación sabía que mi hermana siempre estaría para mí para encontrarle el lado lógico y científico a esta cosa paranormal.Pero cuando llegamos a la habitación fue incluso peor, las preguntas ya no estaban y las piernas se me volvieron gelatinas.¿Qué
JENNA’s POV. Siempre fui buena dentro de la definición que impone la sociedad; buenas calificaciones, buena hija, buena amiga, buena persona. Cometí uno que otro error y sucumbí a los pecados como cualquiera, no creo merecer por lo que estoy pasando. ¿Qué fue lo que hice? ¿No pasarle la tarea a Isaac? ¿Andar en guerra con Nova durante cinco años? ¡Ya hicimos las paces! Somos buenas amigas, hipócritas, pero amigas al fin. ¿Por qué razón estoy pagando este karma tan extraño? Me siento perdida, desorientada, aturdida, sofocada y lejos de mi familia porque este sin duda no se parece en nada a mi corrupta ciudad, tampoco parece ser otro del país o continente. Estoy muy lejos, sola y con ganas de llorar. Llevaba rato despierta, intentando entender lo que estaba pasando, dándole lógica a dónde me encuentro sin aún poder creer lo que veo. A lo lejos hay un bosque que se extiende hasta donde el vitral me deja apreciar, debajo de la torre en la
El reino de Crisantemo siempre fue un reino de paz, una gente de paz liderados por un rey de paz. La pirámide estaba equilibrada con Galeck a la cabeza y eso era porque nada se le pasaba, ni el más mínimo detalle le daba tiempo de convirtiéndose en una amenaza.Con la extraña chica alojada en su recamara y la modista confeccionando su ropa, el rey se quedó pensativo. Había visto su rostro en alguna parte. Sin abrir la boca y con un gesto llamó a uno de sus más confiables soldados.—Averigüen a la chica. Busquen en todos lados, revisen cada casa, cada rincón y cada libro, pregunten a cada habitante. Quiero saber de ella.Sus fieles acataron la orden sin reproche. Algo en la cabeza del rey le gritaba que la llegada de la forastera le traería problemas.El resto del día, Jenna aun intentaba mentalizarse sobre lo ocurrido, si era real o un simple sueño; la razón la obligo a inclinarse más por la segunda opción pero su cordura por la primera.«Que extra
JENNA’s POV.«Huye.»Vuelvo a escuchar esa voz. La voz que poniéndole atención parecía la de una niña.Algo en mi cerebro me obligó a abandonar la cocina. Corro hacia las posibles salidas que he estudiado casi tropezando en un desespero inexplicable pero como dijo el rey no había escapatoria sino por entrada principal.—¡AHORA!Escucho la voz del rey sin saber a lo que se refiere. Siento las armaduras de los guardias haciendo un sonido agudo al chocar y me doy cuenta que es cuestión de mi mala suerte para que me encuentren. No tengo ni idea del porqué estaba corriendo o del porqué le estaba haciendo caso a esa vocecita; algo en mi interior me grita que lo hiciera.Apenas pienso en lo que estoy haciendo. Solo corro, corro sin mirar atrás. Cada vez que veo un guardia corro al otro lado. Me sentía como un claustrofóbico en un laberinto. Las cosas habían cambiado de forma drástica. Aun no podía creer que estaba en otro mundo y ahora es