"Heitor"Yo sabía a grandes rasgos lo que había sucedido. Siempre supe que mi padre era un canalla, pero aquello era mucho peor. Aquello lo rebajaba a una categoría peor que la de un simple cretino o un acosador.Hace tres años, mi padre pasó una temporada bastante larga en la ciudad. Yo ya había comprado sus acciones de la empresa unos años antes, pero él ya había despilfarrado todo el dinero que ganó y vino por más. Como no cedí, se quedó atormentándome como siempre. Pero de repente, de la nada, se fue y se mantuvo quieto en Miami, hasta ahora.Nunca entendí por qué se fue. Solo sabía por encima que dos mujeres aparecieron diciendo que él las había acosado y las había forzado a tener relaciones sexuales, pero nunca supe exactamente qué había pasado y pronto ellas desaparecieron.Pero ahora estaba todo ahí, frente a mis ojos. Mi nada estimado padre era un violador. Comencé a leer el informe.Tres años atrás, cuando estaba por aquí, para exhibirse como un vividor, dio una fiesta e
"Samantha"El resto de la semana pasó demasiado rápido. Estuve dos días fuera de la empresa y el trabajo se acumuló, así que trabajé el sábado para compensar y lograr ponerme al día.Era extraño, pero me sentía más segura dentro de la empresa que en mi propia casa. Así que ir a trabajar el sábado me relajó en vez de estresarme.El domingo, me desperté tarde, pedí comida y estaba llorando desconsoladamente viendo otra película romántica en la TV cuando sonó el celular. Era Vinícius.—Mujer, ¿qué es esa voz de llanto? —preguntó preocupado.—Estoy viendo una película, Vini. La protagonista sufre demasiado —él soltó una carcajada al otro lado de la línea.—Está bien, preciosa, entonces deja eso, haz esa magia con los maquillajes, que paso por ahí en media hora —Vinícius parecía relajado.—¿Y adónde vamos, puedo saber? —pregunté apagando ya la TV.—Voy a llevarte a un lugar genial para tomar algo y hablar mal de la vida ajena —su propuesta era ridícula y específica como siempre.—A
"Heitor"Ya había pasado una semana desde que estuve con Sami. No resistí buscarla y le entregué mi corazón y mi alma de una vez por todas. Me lancé a sus brazos, fue la mejor noche de mi vida, porque sentí que ella también se entregó a mí totalmente. Pero mi celular sonó y tuve que salir corriendo en medio de la noche.Reinaldo había sido arrestado y mi equipo de relaciones públicas me necesitaba para contener los daños que toda la cobertura mediática sobre el asunto pudiera causar. Logramos silenciar su arresto y mantener el sigilo de la investigación, manteniendo a la prensa alejada del tema, pero él consiguió un buen abogado que lo sacó de la cárcel en veinticuatro horas. Y eso me irritó profundamente.Le había dejado una nota a Samantha en el apartamento, pidiéndole que me buscara si había alguna posibilidad de arreglar nuestra relación, pero simplemente me ignoró. Todo lo que podía sentir ahora era dolor, físico y emocional, sentía tristeza, frustración, rabia e incluso remord
Llegué a casa completamente agotada después de un día interminable. Entre la universidad y el trabajo, mis energías estaban por los suelos, pero, nada más entrar, vi que mis padres me esperaban en la sala con una expresión seria.—Siéntate, Catarina. Necesitamos hablar —dijo mi padre, visiblemente nervioso.—¿Qué pasa, papá? —pregunté con desgano. Lo único que deseaba en ese momento era darme una ducha y desplomarme en la cama. Sin embargo, sabía que algo importante estaba por suceder.—Llegó la invitación de la boda de tu prima —soltó mi madre, sin más preámbulos.—¡Esa no es mi prima! —respondí, alterada.—Catarina, te guste o no, ella es tu prima —insistió mi madre con firmeza—. Es hora de que dejes esa actitud infantil. Melissa ya armó un escándalo aquí en casa. ¡Ya es suficiente! Es la hija de mi hermana, por lo tanto, es tu prima.—Discúlpame, mamá, pero para mí ella ya no significa nada —repuse, intentando mantener la calma—. Se acostó con mi novio en mi propia cama. ¡Eso
Pero no hubo escapatoria. Meli me arrastró literalmente a la fiesta, en donde, nada más entrar, me llevó directo a la barra y me susurró con complicidad:—Esta noche es barra libre, ¡vas a ahogar todas tus penas de una buena vez! —exclamó, mientras me entregaba dos shots de tequila y sostenía otros dos en su mano—. ¡Vamos a darle con todo! Nos bebimos los tequilas de un solo trago, y Fernando ya nos estaba sirviendo sendos Cosmopolitan. Un momento después, Meli me jaló a la pista de baile y para mi sorpresa, empecé a disfrutar. Cuando sonó una música más lenta, Nando y Meli se abrazaron para bailar y yo aproveché el momento para escabullirme hacia el buffet. Sin embargo, nunca llegué.Una mano me jaló suavemente, y, al voltear, me encontré con un hombre con una máscara negra que me sonreía de una manera completamente irresistible. Besó mi mano con un gesto galante y me atrajo hacia él susurrando con una voz ronca que me erizó la piel:—La mujer más hermosa del salón no me puede
El lunes, durante el almuerzo, Meli me entregó una pequeña bolsa de una tienda de lujo, la cual miré con desconcierto.—Mi mamá me pidió que te lo diera —me dijo con una sonrisa radiante—. Dice que te queda perfecto y que a ella ya no le va.Al abrir la bolsa, encontré el perfume que había usado la noche del baile y no pude evitar sonreír. Había adorado ese aroma y ahora era un recuerdo de la mejor noche de mi vida. Sin embargo, un pensamiento me cruzó por la mente: esperaba que esa noche inolvidable no me hubiera dejado como «regalo» alguna enfermedad venérea.Con esa idea en la cabeza, le agradecí a Meli y le comenté que más tarde llamaría a su madre para agradecerle, pero primero necesitaba contactar un laboratorio para hacerme unos análisis.Cuando llamé, me informaron que requería una orden médica para el seguro me cubriera los exámenes. Gracias a Dios la empresa nos proporcionaba cobertura médica a todos los empleados; de lo contrario, no sabría qué hacer. Mi sueldo era basta
El día de mi graduación, Pedro ya tenía dos años. Era un niño hermoso que caminaba por todos lados, siempre pegado a su abuelo. De hecho, «abuelo» fue su primera palabrita. Con su cabello negro bien lacio, piel clara, una naricita respingada y unos enormes ojos azul violeta que me hacían suspirar, era literalmente mi sol. Y ahora tendría más tiempo para dedicarme a él.Después de la ceremonia de graduación, mi jefe me llamó para tener una conversación. Era un jefe extraordinario que me había demostrado verdadero aprecio. En la reunión, él me explicó que estaba muy satisfecho con mi trabajo en la constructora, pero sabía que yo merecía mucho más, por lo que me aconsejó buscar trabajo en mi área profesional para asegurar un mejor futuro para mi hijo. Así también me garantizó que mi puesto seguiría disponible si las cosas no resultaban como esperaba, lo cual me dio total tranquilidad, y, emocionada, acepté su consejo.Cuando le conté a Meli, inmediatamente, se ofreció a ayudarme. Habló
A la mañana, siguiente, llegué a la empresa, puntual, a las ocho de la mañana. La señora Mariana me recibió con una cálida bienvenida y se encargó de presentarme a todo el equipo. Todos fueron extremadamente amables conmigo, aunque el jefe aún no estaba en la oficina, ya que se encontraba de viaje y regresaría hasta el fin de semana.La oficina era impresionante. Un diseño moderno que combinaba perfectamente el blanco, con el acero inoxidable y los detalles en verde. Lograba ser profesional y acogedora a la vez, con un toque de elegancia que me cautivó por completo. Y me sentí particularmente satisfecha por mi elección de vestuario: un traje negro impecable, con una blusa de satén verde oscuro y unos tacones negros que complementaban el conjunto a la perfección. Consciente de que ahora trabajaría directamente con el presidente de la empresa, sabía que debería mantener ese nivel de elegancia todos los días.A media mañana, recibí un mensaje de Meli, en el que me informaba que había