"Heitor"Me encontré con los chicos en el restaurante del Club Social. Estábamos allí para apoyar a Alessandro que andaba arrastrándose detrás de Catarina. Yo hasta pensaba que ella tenía razón, pero el tipo es mi amigo, no podía dejar de apoyarlo. Sin embargo, Rick y Nando me dejaron algo preocupado diciendo que las chicas estaban movilizadas para hacernos arrastrarnos a todos por culpa de las estupideces de Alessandro. Nando había dicho que Melissa llamó a todas las chicas a petición de Catarina y me quedé pensando dónde podrían estar.—¿Y ustedes saben adónde fueron? —pregunté. Ciertamente Samantha estaría con ellas, aunque hubiéramos quedado en encontrarnos. Tal vez podría pasar a recogerla.—Mel dijo que no era de nuestra incumbencia y me mandó a decírselo a ustedes —comentó Nando algo contrariado. A veces pensaba que tenía miedo de su novia, porque yo a veces lo tenía, Melissa podía ser aterradora.—Si descubriéramos dónde están podríamos ir allá —comentó Patricio—. Rick, pod
"Heitor"—Entonces, Alessandro, ¿qué idea tan magnífica es esa que tuviste para sacarme de casa antes de las seis de la mañana? —pregunté cuando me encontré con los chicos el lunes, en un café cerca de la empresa de Alessandro.—¡Vamos a enviar flores a nuestras mujeres, amigo mío, muchas flores! —Alessandro sonreía.—Es una buena idea, Melissa está imposible —comentó Nando.—¿Qué tipo de flores? —preguntó Rick.—Cada uno elige las suyas, pero tiene que ser un arreglo que les haga ver lo locos que estamos por ellas —dijo Patricio con esa sonrisa tonta en la cara.Terminamos el café y fuimos a la florería que estaba abierta día y noche. Cuando llegamos, la florista nos mostró varios arreglos en la computadora que podría hacer. Pero Patricio, como siempre Patricio, vio un arreglo descomunal en un rincón de la tienda y llamó nuestra atención.—¡Es ese! —Patricio señaló y hasta la florista empezó a reír.Era un arreglo enorme de flores en tonos rosados en un jarrón de cristal alto.
"Heitor"A la hora de siempre estaba fuera de la tienda esperando a que Samantha saliera para ir a tomar un café. Estaba deslumbrante con un pantalón lila de corte sastre, una blusa de seda blanca y zapatos de tacón. Se había hecho un moño bajo y dejó dos mechones cayendo alrededor de su rostro.—¡Eh, Heitor! ¿Haciéndote el listo otra vez? ¿Tu madre dejó de rezar por ti? —dijo Samantha tan pronto como salió de la tienda.—¿De qué estás hablando, mi diosa? —sabía muy bien que era sobre el ataque colectivo de las flores, pero preferí hacerme el tonto.Samantha me saludó con un beso en la mejilla y salimos caminando hacia la cafetería.—Claro que sabes de qué estoy hablando. ¿Los súper amigos ahora solo hacen las cosas juntos? ¿Si uno no lo hace el otro tampoco?—Sam, ¿no te gustaron las flores?—Me encantaron las flores, Heitor, pero parece que fueron enviadas con doble sentido. Mel tiene razón, parece que quieren manipularnos.—No es nada de eso, mi diosa —me detuve quedando fre
"Heitor"Llegué al centro comercial y todavía faltaban unos minutos para que Sam saliera del trabajo. Me quedé fuera de la tienda esperándola, pero un poco alejado. Noté a un joven merodeando por allí, más cerca de la puerta de la tienda, e imaginé que sería el novio de alguna de las otras chicas.Samantha salió de la tienda con una hermosa sonrisa para mí, pero vi su sonrisa desvanecerse cuando el joven la jaló del brazo y le dijo algo. Parecía asustada, así que me acerqué.—¿Algún problema aquí? —dije poniéndome al lado de Samantha.—¡No es asunto tuyo, niño rico! Estoy hablando con mi novia —respondió el joven de manera brusca y miré a Samantha que parecía asustada.—Suéltame, Rómulo, no eres nada mío —Samantha tiró del brazo, pero él no la soltó.—Bueno, Rómulo, ¡escuchaste a MI NOVIA! —dije bien alto enfatizando el "mi"—. Suéltala ahora o tendrás un gran problema.—¿Entonces es verdad? ¿Te estás acostando con este niño rico, Samantha? ¿Te volviste una puta de lujo? —aquel c
"Samantha"—¿Qué pasa, Sam? —preguntó Heitor cuando colgué el teléfono.—Rómulo... —estaba temblando.—¿Quién es Rómulo, Sam? —Heitor me miró confundido.—Mi ex. Está dentro con mi madre —comencé a llorar—. Tengo que entrar.—¿El del centro comercial? —asentí—. ¿Tu madre lo dejó entrar? ¿Aun sabiendo que te está persiguiendo? —preguntó Heitor y noté que ya se estaba irritando.—No, seguramente mi madre no lo dejó entrar, pero no sé cómo entró —no tenía las respuestas y estaba perdida.—Sam, ¿qué te dijo tu madre? —preguntó Heitor como tratando de entender la situación.—Que Rómulo me está esperando. Solo eso. Heitor, no sé cómo entró y no sé qué está pasando ahí dentro. Mi madre está sola con él —comenzaba a agitarme.—Calma —todavía estaba en el regazo de Heitor y me abrazó—. Primero llamemos a la policía y después entraré contigo. Imagino que como tienes la orden de restricción, llegarán más rápido.Salí del regazo de Heitor y él llamó a la policía. Al llegar al portón me v
"Samantha"Después de horas en la comisaría, finalmente nos liberaron y Heitor nos dejó en casa. Rómulo quedó detenido, pero el comisario nos informó que el hecho de que fuera un delincuente primario, entre otras cosas, era favorable para él y probablemente no permanecería preso mucho tiempo. Eso me desanimó.—Doña Perla, lamento mucho conocerla en estas condiciones —dijo Heitor a mi madre en el portón de casa.—Yo también, hijo. Pero gracias por estar apoyando a Sam —agradeció mi madre—. ¿No quieres entrar?—No, gracias, necesitan descansar. Pero programaremos una cena cuando usted regrese de su viaje. Quiero presentarme formalmente —Heitor abrió una hermosa sonrisa para mi madre.—Me parece excelente —mi madre estrechó su mano y entró en casa.—Sam, ¿cómo estás? —preguntó Heitor mientras examinaba mi rostro.—Estoy bien. Gracias a Dios, todo salió bien. Al menos por ahora puedo estar tranquila —suspiré.—Ve a descansar. Nos vemos mañana —Heitor pasó el pulgar por mi rostro y
"Heitor"Estaba ansioso por ver a Samantha. Hoy vendría a mi casa después de salir del centro comercial, ¡finalmente sería mía! Había preparado una sorpresa para ella en casa, una noche muy romántica.Al final de la tarde ya estaba inquieto en la oficina y decidí ir a tomar un café y dar un paseo por el edificio para tratar de distraerme. Cuando estaba saliendo de mi oficina escuché sin querer a Melissa quedando con Catarina para ir al centro comercial a ver unos vestidos de los que Sam había hablado.De inmediato me animé con una idea. Volví a mi escritorio y llamé a los chicos, a todos ellos, uno por uno, pues si una chica iba al centro comercial, estaba seguro de que todas las demás también irían.Quedamos en encontrarnos allí. Llegamos más temprano y nos quedamos en el café cerca de la tienda de Samantha, desde donde podríamos ver a las chicas entrando al centro comercial. Y tan pronto como llegaron, fuimos a la tienda y las observamos entrar en los probadores, solo entonces en
"Samantha"¡Pero esto no me lo esperaba! Heitor acababa de asegurarme que era mío y entonces llega una cualquiera y se le tira encima. La reconocí, era la misma que estaba encima de él en el Club Social, ¡pero quería arrancarle los ojos a él y los pechos a ella!Salimos del centro comercial y llamé a Manu, que dijo que le encantaría tener mi compañía. Melissa me dejó en su casa, insistiendo en que podía quedarme con ella y Cat, pero preferí quedarme con Manu, pues Cat ya tenía demasiados problemas y no quería añadir los míos.Llegué y conversé con Manu hasta tarde y me dijo que no se lo pusiera fácil a Heitor.—Sam, eres demasiado increíble y no mereces menos que un chico increíble, ¿ok? —dijo Manu cuando me dio las buenas noches—. Qué bueno que mañana tienes el día libre, cuando llegue del trabajo podemos hacer algo.—¡De acuerdo, Manucita!Al día siguiente, avisé a mi madre que había preferido ir a casa de Manu, insistió en saber por qué y solo le dije que decidí ir más despaci