Al día siguiente, a pesar de una noche de mal dormir, no me sentía tan cansada como antes. Cuando llegué a la oficina, Samantha me recibió con una enorme sonrisa y un abrazo.—Amiga, te estaba esperando para tomar café conmigo. Pasé por una panadería cerca de casa y compré bollitos con chispas de chocolate.—Adoro los bollitos con chispas de chocolate —le dije con una sonrisa—. Solo voy a dejar mi bolso.Entré a mi oficina, guardé el bolso y encendí la computadora. Patricio llegó, se acercó a mí y, tomando mi mano, preguntó:—¿Cómo está la asesora más hermosa del mundo?—Estoy bien, Patricio. ¡Gracias! Y perdón por ocupar tu sofá todo el día de ayer —le sonreí.—¡Ah, no te disculpes! Fue muy agradable trabajar todo el día mirando a una mujer tan hermosa durmiendo en mi sofá —dijo guiñándome un ojo—. Repítelo cuando quieras.—¡Eres terrible! Voy a tomar un café rapidito con Sam y ya regreso para ponerme al día con todo.—Cata, relájate. Todo está al día. Eres demasiado eficiente
Levy usaba un pantalón de vestir gris plomo, con chaleco a juego, no llevaba saco, solo el chaleco y una camisa blanca formal, con las mangas dobladas y los tres primeros botones abiertos, sin corbata. La ropa estaba claramente hecha a medida y se ajustaba bien a su cuerpo, de modo que era posible ver sus músculos delineados bajo la tela. Llevaba gafas oscuras y su cabello cobrizo corto estaba impecablemente peinado, tenía la barba bien recortada pero muy bajita, como si hubiera dejado de afeitarse por unos dos o tres días y, a diferencia de su hermana, no tenía pecas. Era un hombre realmente guapo.— ¡Dios mío! Me dejaste sin aliento —dijo Levy deteniéndose frente a mí—. ¿Cómo es posible que estés aún más hermosa que la última vez que te vi, Catarina?— Ah, Levy, eres muy amable.Me dio un beso en la mejilla y abrió la puerta del auto para que entrara, ofreciéndome su mano para ayudarme. Me senté, me abroché el cinturón y vi a ese hombre guapo dar la vuelta al coche con elegancia y
Cuando llegué al piso de presidencia, Samantha saltó de su escritorio y me jaló apresuradamente hacia el baño.— Ay, cuéntame, cuéntame, ¿cómo te fue?— Fue muy bueno, Sam, muy bueno de verdad. Pero se los contaré hoy en la noche de chicas, a todas ustedes de una vez.— ¡Hasta la noche nos vas a matar de curiosidad! —Samantha hizo un puchero—. Pero déjame avisarte, Alessandro sabe que fuiste a almorzar con Levy.— ¿Y cómo lo sabe?— Denis.— ¿Y...?— Escuché cuando le dijo a Patricio que es mejor que sigas adelante, él no quiere que sufras y Levy es un tipo decente. Pero Cata, está destrozado.— Lo sé, Sam, pero no puedo hundirme, tengo un hijo que me necesita. Levy es una excelente persona y quedamos en ser amigos, conoce mi situación y mis sentimientos. Dentro de poco Alessandro estará casado y yo no seré su amante.— Tienes razón. Vamos a trabajar.Cuando me senté en mi escritorio le eché un vistazo a mi celular y tenía muchos mensajes de las chicas, todas querían saber có
"Alessandro"Cuando supe que Catarina había ido a almorzar con Levy quería ir tras él, partirle la cara y llevarme a Catarina conmigo. Pero no podía hacer eso. Levy fue muy honesto conmigo el día que nos reunimos en casa de Patricio. Me había dicho que se mantendría alejado, pero que si las cosas no funcionaban entre Catarina y yo, él no perdería la oportunidad de intentar conquistarla. Y no había perdido el tiempo.Entonces, como todos los martes las chicas se reunían para el tal "club de lulú", mis amigos y yo también nos reuníamos para conversar, beber y jugar. Habíamos quedado en ir al Club Social, pues Patricio pensaba que un ambiente más animado levantaría mi ánimo.Cuando llegué, fui directo al casino para encontrarme con los muchachos. Comenzamos una partida de póker y el juego me animó un poco. Estaba sonriendo, conversando con mis amigos y tomando un refresco, mantenía intacta mi promesa de no beber, después del desastre que ocurrió en la fiesta de Mari.Sentí un olor emp
"Alessandro"Al día siguiente, apenas me senté en mi escritorio para comenzar el día y mi teléfono sonó, contesté y escuché a Samantha del otro lado:— El demonio quiere hablar contigo.Ya sabía quién era, no había remedio, tenía que atender. Samantha pasó la llamada y escuché la voz quejumbrosa de Junqueira queriendo darme una lección de moral.— ¿Cómo te atreves, muchachito, a tratar así a mi hija? Llegó a casa sintiéndose mal, nerviosa y deprimida, porque la maltrataste frente a todo el mundo. Alessandro, ustedes van a casarse, tienes que darle a mi hija el lugar que le corresponde.— ¿Qué lugar, Junqueira? ¿El de puta que aprovecha que el tipo está borracho para embarazarse y chantajearlo? Porque ese es exactamente su lugar. —dije ya hirviendo de rabia.— ¡No hables así de mi hija! —gritó Junqueira.— ¿Se te olvida que soy tu jefe?— Alessandro, tienes que hablar con mi hija, van a casarse y tienen que resolver muchos detalles. Así que más te vale aparecer para cenar en mi
"Junqueira"Camino a la oficina me quedé pensando en aquel almuerzo ridículo de ayer. Quería matar a ese cretino de Alessandro. Las cosas que ha estado diciendo y haciendo contra mí y mi hija solo aumentan mi odio por ese mocoso mimado. Pero no será posible deshacerme de él, necesito que se case con mi hija y que ella asegure un heredero con su apellido. El apellido Mellendez abre muchas puertas y garantizará que todo lo que ese tonto tiene sea de mi hija y de mi nieto, y por consecuencia, mío.Lo peor es que logró posponer esa boda por tres meses. Posponer la boda solo retrasa mis planes, pero mi hija tenía que hacer berrinche por una maldita fiesta. Sin embargo, al final, es mejor que esta boda sea grande y pomposa, que esté en todos los periódicos, como Carolita quiere, así no habrá duda de que mi hija será la esposa y madre de un legítimo Mellendez.Pero todavía falta una cosa, quiero esa casa, la casa de sus padres. ¡Una propiedad bellísima! Después de que sus padres murieron,
"Alessandro"Junqueira realmente me está dejando cansado. Ahora resolvió hacer un berrinche por causa del piso, pero se va a quedar calladito donde está. No aguanto más a este pesado. La auditoría necesita ir más a fondo y está pasando un peine fino por años de actividad empresarial. Alencar dijo que esto puede demorar un poco. Mientras tanto, tengo que aguantar a este idiota.Estoy encerrado en mi oficina todo el día por causa de los clientes de Nueva York. El contrato va muy bien y están pensando en ampliar la contratación con nosotros, pero para eso pidieron mucha información que Rick y yo estamos organizando. Probablemente tendré que viajar, pero tal vez alejarme un poco no sea malo.— ¿Llego de viaje, después de un mes fuera, y no me reciben con confeti y globos? ¿Qué clase de amigos son ustedes? —Mari entró hablando en tono de broma—. ¡Wow! ¡Pero esta oficina está hermosa!— ¡Mari! Qué bueno que estás aquí. ¡Te extraño tanto! —Me levanté yendo al encuentro de aquella mujer qu
Ya estaba lista cuando recibí un mensaje de Levy diciendo que me esperaba en la puerta del edificio. Tomé mi bolso, le di un beso a mi hijo y me despedí de Lygia y de Mel.Cuando llegué a la portería vi a Levy recostado en su auto, con esa sonrisa hermosa. Dios mío, este hombre no podía ser menos atractivo. Estoy loca por Alessandro, me estoy muriendo por tener que renunciar a él, pero Levy era algo especial, tenía una belleza indecente. Levy era seductor, guapo y atractivo y usaba un perfume delicioso. Todo resultaba en un hombre hermoso y sexy que dejaría a cualquier mujer literalmente babeando.— ¡Hola, hermosa Catarina! —vino caminando hacia mí y me dio un beso en la comisura de los labios, que me hizo sentir un escalofrío en el estómago—. Aún más hermosa que la última vez.— Yo... es... ehhh... —me aclaré la garganta tratando de dejar de tartamudear—. ¡Buenas noches, Levy!Me miró de una manera un poco traviesa, abriendo aún más la sonrisa. Posó su mano en la base de mi espald