"Alessandro"Cuando supe que Catarina había ido a almorzar con Levy quería ir tras él, partirle la cara y llevarme a Catarina conmigo. Pero no podía hacer eso. Levy fue muy honesto conmigo el día que nos reunimos en casa de Patricio. Me había dicho que se mantendría alejado, pero que si las cosas no funcionaban entre Catarina y yo, él no perdería la oportunidad de intentar conquistarla. Y no había perdido el tiempo.Entonces, como todos los martes las chicas se reunían para el tal "club de lulú", mis amigos y yo también nos reuníamos para conversar, beber y jugar. Habíamos quedado en ir al Club Social, pues Patricio pensaba que un ambiente más animado levantaría mi ánimo.Cuando llegué, fui directo al casino para encontrarme con los muchachos. Comenzamos una partida de póker y el juego me animó un poco. Estaba sonriendo, conversando con mis amigos y tomando un refresco, mantenía intacta mi promesa de no beber, después del desastre que ocurrió en la fiesta de Mari.Sentí un olor emp
"Alessandro"Al día siguiente, apenas me senté en mi escritorio para comenzar el día y mi teléfono sonó, contesté y escuché a Samantha del otro lado:— El demonio quiere hablar contigo.Ya sabía quién era, no había remedio, tenía que atender. Samantha pasó la llamada y escuché la voz quejumbrosa de Junqueira queriendo darme una lección de moral.— ¿Cómo te atreves, muchachito, a tratar así a mi hija? Llegó a casa sintiéndose mal, nerviosa y deprimida, porque la maltrataste frente a todo el mundo. Alessandro, ustedes van a casarse, tienes que darle a mi hija el lugar que le corresponde.— ¿Qué lugar, Junqueira? ¿El de puta que aprovecha que el tipo está borracho para embarazarse y chantajearlo? Porque ese es exactamente su lugar. —dije ya hirviendo de rabia.— ¡No hables así de mi hija! —gritó Junqueira.— ¿Se te olvida que soy tu jefe?— Alessandro, tienes que hablar con mi hija, van a casarse y tienen que resolver muchos detalles. Así que más te vale aparecer para cenar en mi
"Junqueira"Camino a la oficina me quedé pensando en aquel almuerzo ridículo de ayer. Quería matar a ese cretino de Alessandro. Las cosas que ha estado diciendo y haciendo contra mí y mi hija solo aumentan mi odio por ese mocoso mimado. Pero no será posible deshacerme de él, necesito que se case con mi hija y que ella asegure un heredero con su apellido. El apellido Mellendez abre muchas puertas y garantizará que todo lo que ese tonto tiene sea de mi hija y de mi nieto, y por consecuencia, mío.Lo peor es que logró posponer esa boda por tres meses. Posponer la boda solo retrasa mis planes, pero mi hija tenía que hacer berrinche por una maldita fiesta. Sin embargo, al final, es mejor que esta boda sea grande y pomposa, que esté en todos los periódicos, como Carolita quiere, así no habrá duda de que mi hija será la esposa y madre de un legítimo Mellendez.Pero todavía falta una cosa, quiero esa casa, la casa de sus padres. ¡Una propiedad bellísima! Después de que sus padres murieron,
"Alessandro"Junqueira realmente me está dejando cansado. Ahora resolvió hacer un berrinche por causa del piso, pero se va a quedar calladito donde está. No aguanto más a este pesado. La auditoría necesita ir más a fondo y está pasando un peine fino por años de actividad empresarial. Alencar dijo que esto puede demorar un poco. Mientras tanto, tengo que aguantar a este idiota.Estoy encerrado en mi oficina todo el día por causa de los clientes de Nueva York. El contrato va muy bien y están pensando en ampliar la contratación con nosotros, pero para eso pidieron mucha información que Rick y yo estamos organizando. Probablemente tendré que viajar, pero tal vez alejarme un poco no sea malo.— ¿Llego de viaje, después de un mes fuera, y no me reciben con confeti y globos? ¿Qué clase de amigos son ustedes? —Mari entró hablando en tono de broma—. ¡Wow! ¡Pero esta oficina está hermosa!— ¡Mari! Qué bueno que estás aquí. ¡Te extraño tanto! —Me levanté yendo al encuentro de aquella mujer qu
Ya estaba lista cuando recibí un mensaje de Levy diciendo que me esperaba en la puerta del edificio. Tomé mi bolso, le di un beso a mi hijo y me despedí de Lygia y de Mel.Cuando llegué a la portería vi a Levy recostado en su auto, con esa sonrisa hermosa. Dios mío, este hombre no podía ser menos atractivo. Estoy loca por Alessandro, me estoy muriendo por tener que renunciar a él, pero Levy era algo especial, tenía una belleza indecente. Levy era seductor, guapo y atractivo y usaba un perfume delicioso. Todo resultaba en un hombre hermoso y sexy que dejaría a cualquier mujer literalmente babeando.— ¡Hola, hermosa Catarina! —vino caminando hacia mí y me dio un beso en la comisura de los labios, que me hizo sentir un escalofrío en el estómago—. Aún más hermosa que la última vez.— Yo... es... ehhh... —me aclaré la garganta tratando de dejar de tartamudear—. ¡Buenas noches, Levy!Me miró de una manera un poco traviesa, abriendo aún más la sonrisa. Posó su mano en la base de mi espald
"Junqueira"— Mamá, ¡no es posible que vivas para arruinar mis planes! —Ana Carolina le gritaba a su madre que se encontraba en cama debido a un resfriado.— Hijita, habla bajo, me duele la cabeza. —Helena hablaba con un hilo de voz.— No me importa tu cabeza, mamá. —Ana Carolina gritó nuevamente y salió del cuarto dando pisotones.— Carolita, ¿qué sucedió para que estés tan nerviosa? —Junqueira, que estaba en la sala viendo las noticias en el celular, preguntó cuando su hija entró y se sentó a su lado enojada.— Papito, es mi madre que no hace nada para ayudarme...— ¿Qué es lo que tu madre no hizo ahora, Carolita?— Quería haber ido a ver mi vestido de novia ayer, pero tu esposa se resfrió y dijo que iremos la próxima semana. —Ana Carolina estaba como si hubiera sufrido una terrible ofensa.— Hijita, no te pongas así. Pídele a Celeste que vaya contigo.— Papito, pero mi madre no quiere darme la tarjeta. Está haciendo berrinche diciendo que eso es cosa de madre e hija.— Ah,
"Ana Carolina"¡Qué maravilla! Con ese dinero que papito me dio puedo ir a encontrarme con el médico que me ayudará con este falso embarazo. Ya gasté una fortuna con el examen falso y el enfermero que manipuló las pruebas en el laboratorio al que Alessandro me mandó. Sabía que si hacía una escena mi padre me daría dinero para calmarme, siempre es así. Lo bueno es que lo que me dio cubre el valor que el médico pidió para el primer ultrasonido y me sobra para ir al centro comercial.Vi que mi padre acababa de salir y salí justo después. En el auto llamé al médico. Fue Celeste quien me lo consiguió. Esa falsa es bastante útil. Sé que mi padre tiene un romance con ella, los seguí y sé exactamente dónde está el pequeño apartamento que usan para encontrarse. Pero todavía no he necesitado usar esta información, Celeste hace todo lo que quiero y sé que es porque mi padre le da dinero. Pero si lo necesito, haré un escándalo para exponerlos a los dos.— Valerio al habla.— Hola, Dr. Valerio.
Tuve un fin de semana tranquilo. Levy mandó mil mensajes disculpándose por no poder verme, ya que tenía que trabajar debido a muchos imprevistos.Mari pasó el domingo con nosotros y consintió a Pedro todo el día. Le había traído un regalo de Londres y él quedó encantado, eran bloques de construcción que reproducían el Palacio de Buckingham, tenía una alfombrita simulando las calles y un autobús de esos de dos pisos muy comunes allá. Era todo muy colorido y el autobús incluso se movía con cuerda y encendía las luces.— Mari, ¿cómo voy a competir con eso? —dijo Melissa sonriendo, viendo a Pedro deshacerse en risitas de alegría armando y desarmando los bloquecitos.Mari me dio muchos consejos y me preguntó sobre Levy, me aconsejó ir con calma, pues tal vez mi situación con Alessandro se resolvería. Le aseguré que Levy era un amigo y, aunque quería algo más, mi amor por Alessandro estaba clavado en mi corazón. Pero no podía detener mi vida y simplemente quedarme esperando que un día, ta