LucíaTodo me daba vueltas. Lo sé, había ingerido alcohol más de la cuenta, pelee porque mis ojos se mantuvieran abiertos y no se cerraran.Veía pasar casas, carros, personas, árboles, estrellas y chispas alrededor de mi cabeza, ya sabes al estilo de los looney toons.Íbamos en taxi, pero yo me sentía en una montaña rusa. Adam seguía a mi lado en la parte trasera del carro y su brazo rodeaba mi cuello. Me empezó a abrumar su cercanía, y comencé a sentir calor con su cuerpo pegado al mío o solo era la excusa para no seguir con mi loco plan de follarmelo. ¿Para que lo iba hacer? ¿Qué quería demostrar? O mejor dicho ¿A quién quería engañar?Saqué la cabeza por la ventana para despejar mi mente y refrescarme un poco.Error.Grave error.El aire que había chocado en las mejillas, hizo estremecer mi cuerpo y el mareo fue más intenso ocasionándome náuseas. La brisa estaba fría y el medio metro de tela que era mi vestido no me abrigaba lo suficiente, me abracé para darme calor pero fué en van
Damián¡Maldita sea!Por qué Lucía tenía que ser tan impulsiva, por qué no podía esperarme en la habitación, por una vez en su vida que hiciera lo que le había pedido no la iba ser menos mujer.No podía explicarle lo que había pasado delante de Samantha, no podía ponerla en alerta, no en el estado que ella estaba, podría incluso hacerle daño. Necesitaba que Samantha creyera que todavía sentía algo por ella para tenerla de mi lado, necesitaba hacerla confesar... y lo había logrado.Pero a costa de que Lucía no me contestara las llamadas, ni los mensajes, me había bloqueado o apagado el celular, no sabía que había pasado realmente, pero no poder hallarla, no poder saber nada de ella me tenía con un genio del putas. Ahora seguro pensaba que yo tenía algo con Samantha.¿Cómo se lo iba a explicar?, cómo iba a decirle lo que había pasado si me estaba evitando, estaba huyendo de mí.¿Dónde putas estaba? ¿por qué no estaba en su apartamento?¿Y por qué Harle
LucíaMe despertó el aroma a café y al inconfundible perfume de Damián. Solo él olía así.Parpadeé varias veces intentando abrir los ojos pero un terrible dolor de cabeza me lo impidió. Masajeé las sienes para apaciguar un poco las punzadas y como pude quedé sentada sobre la enorme cama blanca, mirando todo a mi alrededor, asimilando que me encontraba en...¡¡¿El apartamento de Damián?!!¿Cómo carajos llegué aquí?... Espera un momento... un momento... y... ¿Adam?Miré sobre la mesita de noche una nota escrita de puño y letra de Damián.No quise despertarteApenas leas esto llamame, tenemos una conversación pendiente¿Estas embarazada?¡¡Kheeeeee!!La cabeza me martilló con más intensidad al leer las líneas escritas en el papel, sobre todo la última ¿Embarazada?¿De qué hablaba Damián?Puse las manos sobre mi vientre intuitivamente y me recosté sobre la montaña de almohadas para organizar mi mente ¿Qué había pasado la noche anterior? ¿Qué locura había hecho? ¿Qué había dicho?Me pegué
Lucía La señora regordeta se perdió de mi vista al subir las escaleras y yo me apresuré a tomar mi café. Dejé la taza vacía sobre la barra junto con el desayuno que seguía intacto, no tenía tiempo de comer si quería salir volando de ahí, pero primero debía hacer algo. Esto no podía esperar.Cuando caí en cuenta de las cámaras, recordé que las imágenes de estas se podían ver a través de una tablet que Damián siempre tenía en su estudio, así que me dirigí hacia este, buscando respuestas a lo que todavía me daba vueltas en la cabeza.La encontré sin tener que buscar, estaba encima de su escritorio al lado de algunos papeles que se mantenían en perfecto orden y la desbloqueé sin esfuerzo.Ingresé el día y la hora en que había pasado todo, hasta que vi la imagen de la persona que más odiaba en el mundo. Samantha. Adelanté los vídeos hasta llegar a donde quería, el momento en que salgo del apartamento y los dejo a los dos solos.Grabé en mi memoria la grotesca escena:Después de que Samant
Parte 1LucíaMe había quedado sin palabras.Mi mente se había quedado nula, mis labios no se movían, mis pensamientos no conectaban unos con otros, por primera vez en mi vida no sabía que decir, no sabía cómo defenderme o alegar por algo.¿Por qué el desgraciado de Adam le había dicho eso a Damian?Lo que había hecho el día anterior, el beso con Adam para ser más específico y del cual no me sentía orgullosa, me escupía ahora en la cara de la manera más cruel, en forma de reclamo de los labios del hombre que tenía al frente.Si salgo bien librada de esto prometo no volver a tomar más, al final el alcohol y yo nunca seremos buenos amigos.Me debatía entre decir la verdad de lo ocurrido o guardarme todo y mentir, para mí no se había significado nada, el beso que me había dado con mi ex había sido el beso más insignificativo que había dado en toda mi vida, si lo comparaba con el beso que le di a un sapo cuando era niña, del cual sabía ahora quién era el causante, sigo prefiriendo volver
Este es un especial de navidad, se ubica en el viaje a Ibiza, al momento que Lucía y Damián se conocieron, Narrado por Holly.★HollySorbí del humeante café para calentar mis labios, el frío de un día lluvioso calaba mis huesos, llovía como casi todos los días, me apretujé en mi pijama de felpa que parecía mas un disfraz de conejo que una pijama, era blanco con rosado, al estilo mameluco de los que le ponen a los bebés, cubierto de pies a cabeza, una corredera delantera, la capucha con orejas largas y su respectiva colita de conejo, muy infantil para mi edad, pero cumplía su función, abrigarme del frío.Lucía apareció en el umbral de la puerta con unas horrendas ojeras que marcaban la mitad de su cara.Estaba visiblemente afectada por lo de Adam aunque lo intentara ocultar de mí, la conocía perfectamente.Su mecanismo de defensa era hacerse la indiferente ante situaciones que le dolían para no mostrase derrumbada o derrotada, podía engañarse a ella misma pero a mí no, sabía como eran
Parte 2Damián Lucía abbey apareció en mi vida cuando apenas cumplía cinco años, al principio odiaba a la niña caprichosa y fastidiosa que por todo lloraba, pero con los años y las constantes reuniones y encuentros de nuestras madres empecé a esperar su llegada, empecé a extrañarla y a desesperarme cuando no la veía, bueno eso cuenta mamá, dice que yo no tenía amigos ni jugaba con nadie más, era hostil y grosero con todos los niños de mi edad pero que con ella era diferente, que ella llegaba e iluminaba mi mundo, empezaba a sonreír, cosa que nunca hacía y empezaba a cambiar mi actitud.Me había convertido en algo así como su hermano mayor, la protegía y la cuidaba como si fuera mi tesoro, el cual no podía ser tocado ni visto por ningún otro niño. Mamá dice que odiaba la idea de que otro niño se uniera a nuestro juego, que era celoso desde pequeño, pero que la pequeña Lucía siempre terminaba escogiendome como su compañero de juego y eso me ponía muy contento. Nuestra amistad era indes
SamanthaSaqué el vestido del clóset y me lo puse, para apreciar mi reflejo frente al espejo.Olía a guardado, pero seguía intacto a pesar del tiempo transcurrido, todos sus pequeños diamantes brillaban y resplandecían con la misma intensidad que cuando lo compré, ya de eso había pasado más de un año.Era hermosísimo, tenía mangas grandes y anchas dándole un toque de elegancia, y su escote, que me hacía ver sexy, no era atrevido, ni pronunciado, era un escote adecuado para este tipo de vestidos, y ni hablar de la enorme cola y el velo que arrastraba a lo largo del piso. Sí, definitivamente me casaría con él.Me alejé del espejo y caminé nuevamente hacia él, viendo mi reflejo que se acercaba de a poco mientras me imaginaba caminando hacia el altar, donde Dadi me esperaba con lágrimas en sus ojos y a su lado estaba Adela igual de emocionada que yo mientras todo Londres hablaba de la boda del siglo, era mi boda soñada con el hombre que amaba.Di un par de vueltas con la cola del vestido