LucíaMe despertó el aroma a café y al inconfundible perfume de Damián. Solo él olía así.Parpadeé varias veces intentando abrir los ojos pero un terrible dolor de cabeza me lo impidió. Masajeé las sienes para apaciguar un poco las punzadas y como pude quedé sentada sobre la enorme cama blanca, mirando todo a mi alrededor, asimilando que me encontraba en...¡¡¿El apartamento de Damián?!!¿Cómo carajos llegué aquí?... Espera un momento... un momento... y... ¿Adam?Miré sobre la mesita de noche una nota escrita de puño y letra de Damián.No quise despertarteApenas leas esto llamame, tenemos una conversación pendiente¿Estas embarazada?¡¡Kheeeeee!!La cabeza me martilló con más intensidad al leer las líneas escritas en el papel, sobre todo la última ¿Embarazada?¿De qué hablaba Damián?Puse las manos sobre mi vientre intuitivamente y me recosté sobre la montaña de almohadas para organizar mi mente ¿Qué había pasado la noche anterior? ¿Qué locura había hecho? ¿Qué había dicho?Me pegué
Lucía La señora regordeta se perdió de mi vista al subir las escaleras y yo me apresuré a tomar mi café. Dejé la taza vacía sobre la barra junto con el desayuno que seguía intacto, no tenía tiempo de comer si quería salir volando de ahí, pero primero debía hacer algo. Esto no podía esperar.Cuando caí en cuenta de las cámaras, recordé que las imágenes de estas se podían ver a través de una tablet que Damián siempre tenía en su estudio, así que me dirigí hacia este, buscando respuestas a lo que todavía me daba vueltas en la cabeza.La encontré sin tener que buscar, estaba encima de su escritorio al lado de algunos papeles que se mantenían en perfecto orden y la desbloqueé sin esfuerzo.Ingresé el día y la hora en que había pasado todo, hasta que vi la imagen de la persona que más odiaba en el mundo. Samantha. Adelanté los vídeos hasta llegar a donde quería, el momento en que salgo del apartamento y los dejo a los dos solos.Grabé en mi memoria la grotesca escena:Después de que Samant
Parte 1LucíaMe había quedado sin palabras.Mi mente se había quedado nula, mis labios no se movían, mis pensamientos no conectaban unos con otros, por primera vez en mi vida no sabía que decir, no sabía cómo defenderme o alegar por algo.¿Por qué el desgraciado de Adam le había dicho eso a Damian?Lo que había hecho el día anterior, el beso con Adam para ser más específico y del cual no me sentía orgullosa, me escupía ahora en la cara de la manera más cruel, en forma de reclamo de los labios del hombre que tenía al frente.Si salgo bien librada de esto prometo no volver a tomar más, al final el alcohol y yo nunca seremos buenos amigos.Me debatía entre decir la verdad de lo ocurrido o guardarme todo y mentir, para mí no se había significado nada, el beso que me había dado con mi ex había sido el beso más insignificativo que había dado en toda mi vida, si lo comparaba con el beso que le di a un sapo cuando era niña, del cual sabía ahora quién era el causante, sigo prefiriendo volver
Este es un especial de navidad, se ubica en el viaje a Ibiza, al momento que Lucía y Damián se conocieron, Narrado por Holly.★HollySorbí del humeante café para calentar mis labios, el frío de un día lluvioso calaba mis huesos, llovía como casi todos los días, me apretujé en mi pijama de felpa que parecía mas un disfraz de conejo que una pijama, era blanco con rosado, al estilo mameluco de los que le ponen a los bebés, cubierto de pies a cabeza, una corredera delantera, la capucha con orejas largas y su respectiva colita de conejo, muy infantil para mi edad, pero cumplía su función, abrigarme del frío.Lucía apareció en el umbral de la puerta con unas horrendas ojeras que marcaban la mitad de su cara.Estaba visiblemente afectada por lo de Adam aunque lo intentara ocultar de mí, la conocía perfectamente.Su mecanismo de defensa era hacerse la indiferente ante situaciones que le dolían para no mostrase derrumbada o derrotada, podía engañarse a ella misma pero a mí no, sabía como eran
Parte 2Damián Lucía abbey apareció en mi vida cuando apenas cumplía cinco años, al principio odiaba a la niña caprichosa y fastidiosa que por todo lloraba, pero con los años y las constantes reuniones y encuentros de nuestras madres empecé a esperar su llegada, empecé a extrañarla y a desesperarme cuando no la veía, bueno eso cuenta mamá, dice que yo no tenía amigos ni jugaba con nadie más, era hostil y grosero con todos los niños de mi edad pero que con ella era diferente, que ella llegaba e iluminaba mi mundo, empezaba a sonreír, cosa que nunca hacía y empezaba a cambiar mi actitud.Me había convertido en algo así como su hermano mayor, la protegía y la cuidaba como si fuera mi tesoro, el cual no podía ser tocado ni visto por ningún otro niño. Mamá dice que odiaba la idea de que otro niño se uniera a nuestro juego, que era celoso desde pequeño, pero que la pequeña Lucía siempre terminaba escogiendome como su compañero de juego y eso me ponía muy contento. Nuestra amistad era indes
SamanthaSaqué el vestido del clóset y me lo puse, para apreciar mi reflejo frente al espejo.Olía a guardado, pero seguía intacto a pesar del tiempo transcurrido, todos sus pequeños diamantes brillaban y resplandecían con la misma intensidad que cuando lo compré, ya de eso había pasado más de un año.Era hermosísimo, tenía mangas grandes y anchas dándole un toque de elegancia, y su escote, que me hacía ver sexy, no era atrevido, ni pronunciado, era un escote adecuado para este tipo de vestidos, y ni hablar de la enorme cola y el velo que arrastraba a lo largo del piso. Sí, definitivamente me casaría con él.Me alejé del espejo y caminé nuevamente hacia él, viendo mi reflejo que se acercaba de a poco mientras me imaginaba caminando hacia el altar, donde Dadi me esperaba con lágrimas en sus ojos y a su lado estaba Adela igual de emocionada que yo mientras todo Londres hablaba de la boda del siglo, era mi boda soñada con el hombre que amaba.Di un par de vueltas con la cola del vestido
Lucía Iba camino a casa de mis padres después de un día agitado en la empresa, era viernes por la tarde y ya se podía sentir el frío de la noche característico de este mes, mi mes, septiembre. Habían pasado tres días desde que Damián y yo habíamos hablado sobre nuestros recuerdos de la infancia y de lo enamorados que estábamos él uno por el otro, esa noche se quedará en mi corazón para siempre.Al día siguiente de eso, había volado a Sheffield con Mike, su socio y amigo, me comentó que debía solucionar algo que estaba yendo mal con la sucursal de Connor Tech en esa ciudad y que eso se tomaría aproximadamente una semana, una semana que se me haría eterna porque solo habían pasado tres días y ya lo extrañaba a cada segundo, aunque hablábamos a diario me sentía sola y sin rumbo fijo, hasta Holly se encontraba fuera de Kensington.Así que ahora me encontraba conduciendo por la carretera, hacia la mansión Abbey, había planeado con Alondra llegar en silencio y sorprender a mis padres, por
LuciaSentía que los días pasaban lentos. Sin Damián aquí su apartamento no era más que cuatro paredes sin sentido para mí, me había acostumbrado tanto a él, a su presencia, que sentía esta casa vacía y enorme.Rossi solo venía a lo necesario, realizaba sus labores que no era mucho a decir verdad y solo se tardaba una parte de la mañana. Después de hacer sus quehaceres y cumplir con su deber se marchaba dejándome completamente sola.Sola con mi soledad.Lo bueno es que durante esta semana Rossi se había abierto conmigo y me había contado sucesos de la vida de Damián, cosas que parecían insignificantes pero que para mí era de mucha importancia. ¿Y quién no desea saber hasta qué biberón le dieron a su novio de pequeño?.Desde nuestra videollamada caliente habían pasado cinco días y ocho desde que se había ido. Ocho eternos días.Lo bueno, regresaría mañana. Y eso me tenía de buen humor hoy.Estaba en el salón de televisión, viendo el juego del calamar, mi tensión estaba a mil al ver com