MARATÓN 5/5Damián — ¡¡¿cómo es la cosa?!! — el rubio estaba sorprendido.— Así como lo escuchas, todo indica que Edith está detrás de las amenazas — dije aún sin creerlo.— Algo debe estar mal, seguramente Harley se ha equivocado — dió un sorbo a su té.Nos encontrabamos en un restaurante sencillo cerca a Connor Tech, habíamos quedado para almorzar y ponernos al tanto sobre lo que Harley había investigado del correo.— Nada de eso amigo, sabes lo capacitado que está para esto a pesar de su corta edad, si no fuera así no estaría en mi empresa.— En que se basó para llegar a esa conclusión — preguntó Mike.— Después de descifrar todo, localizó la dirección IP del correo electrónico — el rubio escuchó atento y yo continué — dicha dirección se encontró en Londres y no en Italia, cosa que me hizo descartar de inmediato a gato negro.— Eso no quiere decir nada, Londres es grande, puede ser cualquiera — se apresuró a decir.— El chico no se conformó con eso y descubrió que la geolocalizació
Siii, así como lo leyeron, este es un especial por diez mil lecturas de mi libro jugando a seducirte.Gracias miles a todos mis lectores por dejarse atrapar del juego entre Damián Connor y Lucía Abbey, espero estén disfrutando del maratón de cinco capítulos así como yo disfruté escribiéndolos.También quiero agradecer a todos los lectores que se toman el trabajo de dejar hermosos mensajes, siempre los leos y les respondo.¿Y ustedes ya se dejaron seducir de Damián? ¿Caerían también en sus juegos seductores?Pregunta para el lector: ¿Quien les gusta que narre más, Lucía o Damián? ¿O los dos?Recuerden que los quiero y los leo.Gissell Diazgranados.
Lucía El desayuno en Sweet Cake fué de los mejores momentos que había vivido con Damián hasta ahora, claro está, de los mejores momentos que no involucrara sexo.Éramos solo los dos, ajenos a lo que pasaba a nuestro alrededor, hablando de todo y de nada al tiempo, había descubierto muchas cosas que no conocía de él, ahora sabía que Damián estaba dispuesto a amarme sin compromiso ni condición y a esperarme el tiempo necesario para que yo volviera a creer en el amor y superar la desconfianza en los hombres que Adam había ocasionado con su infidelidad.“Voy a demostrarte como se ama y se valora a una mujer como tú, te olvidarás que alguna vez el hijo de puta de tu ex existió” Sus palabras retumbaron en mi mente ocasionando el aleteo de dos mil mariposas en mi estómago.Lo que él no sabía, era que ya estaba metido en mi ser con tanta intensidad que ni yo sabía que hacer con lo que estaba sintiendo... ¿Qué si me asustaba? Por supuesto, nunca alguien se había colado en mis huesos como lo h
Damián¡Había sido un día de m****a!Edith había confesado.Explicó entre sollozos que Samantha le había pedido el favor de envolver la caja de regalo, pero le advirtió que no me dijera nada porque era una "sorpresa" y no quería arruinarla. Ella amablemente lo hizo, sin imaginar lo que era y hacia donde iba destinado.Argumentó también que con los retazos de papel que le había quedado envolvió el chocolate que me dió.Edith era tan inocente y tenía muchos problemas con que lidiar que no sabía siquiera en lo que la estaba metiendo Samantha. Siendo esta la reina de las manipuladoras.En cuanto al correo no podía hacer nada, todo indicaba que había sido enviado desde su ordenador. Todo estaba planificado para inculparla.Samantha era una experta en esa área, por algo era la jefa de seguridad informática en Solutec, no dejaría cabo suelto. Ella era inteligente.Lo que no se imaginaba era que yo iba un paso delante de ella y la única forma de dejarla al descubierto era confrontandola, pero
Damián Como pudimos, conseguimos evadir a los periodistas.Conducía el Audi hacia mi apartamento, había salido por la parte trasera de la empresa luego de despistar a los paparazzi.El señuelo fue el Ferrari.Apenas salió del estacionamiento conducido por mi chófer los periodistas se le pegaron como aves de rapiña, dándonos vía libre a Lucía y a mí, que pudimos salir sin problema.Había notado que en cada esquina por donde conducía se encontraba una persona hojeando el periodico, y solo hasta entonces, pude comprender que sí éramos la noticia del momento.Mientras manejaba, notaba la mirada de Lucía en mí, cosa que me desconcentraba de mi labor de conductor.— Ya sé lo guapo que soy, pero no tienes que mirarme con esa cara de enamorada todo el tiempo — bromeé.— ¿Cómo más miraría a mi novio si no como lo enamorada que estoy?Novio, ya empezaba a gustarme que me llamara de esa manera.Sonreí mostrando los hoyuelos y ella continuó.— También he tenido primeras veces contigo — dijo con
Damián Definitivamente no la podía ver tierna.— Estás segura nena — Hablé como pude.Solo la imagen de ella en ese sexy atuendo había aumentado mi excitación.— Muy — alzó la barbilla para darse seguridad.Caminó hacía mí torneando sus caderas en una sensual caminata que hizo endurecer mi polla aún más de lo que estaba.Era una diosa.— Desde que prometiste un espectáculo no he dejado de pensar en cómo sería, he fantaseado con eso desde que salimos de tu oficina, tanto, que entre mis piernas hay una piscina ahora mismo — mordió el lóbulo de mi oreja — y por lo que veo, tú estás igual que yo — hizo seña hacia mi bulto.— ¿En ese caso serás conejita o zorrita? — toque la punta de la diadema en forma de orejas de conejo que adornaba su cabeza y señalé el plug de cola de zorro.— Hoy seré una zorra.Gateó desde la orilla de la cama hasta llegar a mí y se sentó a horcajadas sobre mi pelvis, pude sentir lo empapada que estaba.Me besó de forma frenética y apasionada, estaba igual de exci
Lucía Sin levantarme de las piernas de Damián de donde estaba acomodada a horcajadas, quedé viendo atónita a la sanguijuela larguirucha de Samantha.Su aspecto era terrible.Tenía la ropa desordenada y mojada por la lluvia supongo, la camisa que era blanca se transparentaba pegándose a su cuerpo y la parte de abajo estaba por fuera de la falda de tubo negra, su cabello estaba hecho un desastre, el moño que algún tiempo fue elegante, ahora parecía un nido de pájaros con mechones que colgaban por su frente y ni hablar de su maquillaje corrido, dos líneas negras dibujaban sus mejillas y el labial que fue rojo intenso ahora era un rojo pálido corrido en la comisura de sus labios, era la versión femenina del Guasón.¡Maldita zorra! ¿Qué hacía aquí? ¿Por qué había entrado sin avisar al apartamento de Damián? ¿Qué quería ahora? ¿Y por qué traía consigo tantos periódicos?Lo comprendí enseguida. Estaba afectada por la noticia de nosotros en Londres al día, era obvio que ella sentía más que
Lucía Subí las escaleras de dos en dos, quería salir corriendo de ahí, la cabeza me dolía y el estómago se me había comprimido causando náuseas, fui al baño y vomité todo lo que había comido. Me lavé la boca y la cara y me apresuré a vestirme.Me puse unos jeans ajustados con una blusa de tiritas lila y zapatillas para correr. Me até el cabello en una coleta alta. Recogí mis cosas, el bolso donde estaban las llaves del auto y el celular y salí de la habitación.Bajé las escaleras lo más tranquila que pude, aunque mis manos temblaban terriblemente traté de controlarme, pero al ver la escena: Samantha sentada en la barra de la cocina mientras Damián le ofrecía un vaso de agua tratando de tranquilizarla. Hizo que mi estómago se comprimiera aún más. Controlé las náuseas.— Se te olvidó decirme que la parte más interesante del show era la llegada del payaso — encaré a Damián con rabia.— No vas a ningún lado Lucía — intuyó que me iba al verme vestida.Me agarró de la muñeca para detener