Cerré la carpeta y miré a Erick con dulzura.— ¿Puedo darte un abrazo? — pregunté dudosa por su respuesta.Erick: Si — asintió con una sonrisa de lado. — Por supuesto que sí. — se levantó de la silla.Le sonreí y me puse de pie, él se acercó a mí acortado la distancia que había entre nosotros y me abrazó; me enrollo entre sus brazos y el olor de su perfume invadió mis cosas nasales, e inconsciente cerré mis ojos para disfrutar de este momento — Muchas gracias Erick, esto significa mucho para mí y nunca tendré como pagarte esto que has hecho por mí — hablé todavía abrazándolo, sin ninguna intención de separarme de él Erick: Basta princesa, no me agradezcas más — me pidió, y río por lo bajo — Si hice esto es porque todavía te sigo queriendo y sabía cuándo te encantaría recuperar algo de tus padres — habló y se encogió de hombros, mientras apoyaba su barbilla de mi cabeza. — No para que me estés agradeciendo por ello cada segundo.— Si tú lo dices — Murmuré.Tan solo tenerlo cerca de e
Erick permaneció unos segundos en silencio, estaba en shock, sorprendido todavía por lo antes dicho por mi persona; y esos pocos segundos para mí fueron una eternidad, estaba a punto de desesperarme por su silencio, y gritarle que hablara, así fuera para decirme algo hiriente.Pero pude ver cómo entre abrió sus labios, y hablo finalmente.Erick: ¿Co—cómo que estás embarazada? — tartamudeo un poco nervioso, y frunció su entrecejo levemente. — ¿Estás segura de eso?Suspiré profundo y con eso desapareció el enojo que sentía segundos atrás, y hablé; —Sí, hace unos días me hice una prueba de sangre y salió positiva.Erick: ¿Fue ese día que te encontré en la clínica, cierto? — preguntó, yo solo asentí.—Sí, y perdón por decírtelo justo ahora, pero siempre que intentaba contarte, alguien nos interrumpía.Erick: Y... ¿Quién es el padre? — se atrevió a preguntar, un tanto nervioso por mi respuesta.—Tú — hablé mirándolo. — Tú eres el padre de este niño que llevo en mi vientre. — sonreí de lado
NARRA ERICKTodavía seguía contento, ¿y cómo no estarlo? Si siempre quise formar una familia con Raquel y ahora por fin eso estaba haciéndose realidad; y aunque por lo momento no estemos juntos, como me gustaría, sé que más pronto que tarde lo estaremos....Me encontraba ahora en la empresa, era martes y desde hace una media hora estaba en una reunión con mis padres y con algunos ejecutivos importantes de la empresa; pero no lograba concentrarme, en mi cabeza solo había espacio para pensar en Raquel y en nada más.Xx: ¿Está de acuerdo, señor Erick? —habló Roberto, el contador, haciéndome salir de mis pensamientos.—¿Ah? ¿De acuerdo con qué? —hablé desconcertado, y arqueé una ceja.Xx: Con la idea de crear una guardería dentro de la empresa para que aquellas madres que trabajen aquí puedan llevar a sus niños y trabajar sin preocupaciones de con quién dejarlos.—Eh sí, por supuesto que lo estoy —respondí de inmediato.Daysi: Erick, cariño, ¿todo bien? —murmuró mi madre quien estaba sen
De la sorpresa por poco me ahogo con la comida al tragar, por lo que empecé a toser varias veces seguidas y Joel se preocupó un poco.Joel: ¿Estás bien? — Arqueo una ceja, su entrecejo levemente fruncido.— Sí — Logré decir cuando dejé de toser, y tome un sorbo de mi jugo. — Solo me sorprendió lo que acabas de decir. ¿Te has pensado bien al menos? Joel: Si, y eso es lo que haré — dijo, seguro de sus palabras. — Le pediré matrimonio porque lo que más quiero es eso, casarme con la mujer que amo y formar una familia junto a ella — Mientras hablaba una pequeña sonrisa se hizo presente en su rostro. — Además, Jimena llevaba días diciéndome con indirectas que era momento de dar ese siguiente paso en nuestra relación, sólo que yo no le hacía caso — Se encogió de hombros.— Lo que dices suena bonito, pero ella está molesta contigo y no creo que te perdone así de fácil; o sea Joel tú no le creíste, sólo pensaste cosas que no eran y…Joel: Si, ya sé lo que hice, no tienes que repetirme lo —
Asustada.Pronto podrás bajarte, mantén la calma...Nerviosa.Todo estará bien, estarás bien...Así estaba justo ahora.Para nadie es un secreto que desde niña siempre le he tenido miedo a las alturas, por lo que, siempre he evitado a subir en lugares altos, como en la rueda de la fortuna cuando iba a parques de diversiones, en puentes o dónde me encuentro ahora, en un avión a muchos metros de distancia de la tierra.Estaba sentada en uno de los puestos del medio, a mi lado estaba mi mejor amigo, quién revisaba de vez en cuando su celular o miraba a través de la pequeña ventana del avión. Jimena, por otra parte, estaba sentada frente a mí con sus auriculares puesto tarareando una que otra canción. Ambos sin una pizca de temor en sus rostros.A excepción de mí, que con solo ver mi rostro sabían que moría de miedo. Mí cuerpo estaba tembloroso, tenía los ojos cerrados desde que el avión despegó y sujetaba con fuerza la mano de mi mejor amigo que entrelazó con la mía sobre mi regazo, pen
De todas las personas que imaginé que quizás podría encontrarme, jamás pensé que él sería una de ellas, por lo que, el hecho de solo verlo me sorprendió, era algo que no me esperé.Ahora, él venía caminando en dirección a mí con aquella confianza y seguridad que lo caracteriza tanto. Tenía ambas manos dentro de los bolsillos de su short rojo, usaba unos lentes de estilo aviador y los mechones de su cabello apuntaban en diferentes direcciones, dándole un aire más casual, más relajado.En cuanto se detuvo en el borde de la piscina frente a mí salí de mi trance, y note que tenía indicios de una barba que apenas le comenzaba a crecer. También note que no traía camiseta.Él saco las manos de sus bolsillo, y se quitó los lentes; — Hola — dijo con una sonrisa.Todavía en mi confusión, dejé que la pregunta saliera de mi boca de manera automática:— ¿Qué estás haciendo aquí?Erick: Lo mismo que el resto de las personas, supongo, tomándome unos días de descanso y relajación.— Oh... — Fue lo ún
El día de hoy, estaba en el área de la piscina del resort tratando de broncear mi cuerpo cubierto solo por un traje de baño color azul de dos piezas.Estaba sola, desde anoche no había visto a los chicos, por lo que, no sabía que ocurrió en esa cena, para saberlo tendría que esperar a verlos para que me contarán.Tampoco había visto a Erick, anoche en cuanto me quedé sola en la suite intente llamarlo para que me acompañará por lo menos un rato, pero me salía el buzón y ahora, él no estaba por ningún lado.Xx: Juro que si todas las mujeres de Los Ángeles son tan hermosas como tú, me vendré a vivir definitivamente — Una voz masculina me saco de mis pensamientos.Bajé un poco mis lentes oscuros y miré al sujeto que yacía sentado en la silla a mí lado de manera que quedó frente a mí apoyando sus codos en sus piernas, y sus manos entrelazadas.Era un chico apuesto; aún sentado se veía más alto, sus ojos de un color azul grisáceo, y su cabello de un café claro y listo. Su tez bastante clara
Había pasado cinco horas y, en tan solo unos minutos, saldría a cenar con Erick.Ya estaba lista, había recogido mi cabello en una coleta alta, mi rostro sólo maquillado de una forma nada exagerada.Me permití observarme un segundo en el espejo frente a mí. Aquel vestido azul que Jimena me prestó se ajustaba de manera perfecta a mí delgado y pequeño cuerpo y, como comento Jimena, ese ajustado vestido que llegaba cinco dedos más arriba de mis rodillas hacía resaltar mis curvas.Me veía hermosa.Un toque a la puerta me saco de mis pensamientos.Jimena: ¿Raquel, ya estás lista? — pregunto la morena del otro lado de la puerta. — Erick acaba de llegar — Aviso.— Sí, en un momento saldréJimena: De acuerdo — Dijo, luego pude escuchar sus pasos alejarse de ahí.De mi cama agarre mi celular el cual había dejado ahí cuando comencé a vestirme y lo guardé dentro de mí pequeño bolso negro. Me mire una última vez en el espejo y, después de asegurarme que estaba perfecta, salí.Afuera en la pequeña