Capítulo sesenta y dos: La máxima expresión de nuestra felicidad*Narra Bruce Collins*El golpe de realidad que me dió Maia cuando me puso en perspectiva estar sin ella los siguientes cuatro años me hizo reaccionar del todo.No puedo renunciar a ella y tampoco podría nunca renunciar a nuestros hijos para ser presidente de ningún gobierno. No sería un buen hombre ni un buen padre si hiciera algo así. Y no me lo perdonaría en la vida.Estaba dispuesto a decírselo cuando la arrancaron de mis brazos y se la llevaron presa.Fue como sentir la necesidad de arrasar con todo, como si me hubiese convertido en una maldit@ bomba atómica. Llamé a toda mi inteligencia, pedí los videos del atentado y revisé dentro del maldito coche cada espacio de tiempo que ellos me ofrecieron en el video, entonces pude ver que quien se llevó la usb de la mano de Maia y la dejó en el suelo a riesgo de muerte, fue mi distinguida esposa vestida de hombre mientras a mí me sacaban del lugar por encima de la gente com
Epílogo: Amor y Vívida felicidadDos años después...*Narra Maia Collins*Arrugo la nariz en repuesta a algún estímulo externo que me está despertando en mi mañana de día libre.He quedado con Laura, la esposa de Henry, para desayunar juntas y preparar la fiesta benéfica de mañana y resulta que algo me está molestando.—Despierta, preciosa y amada esposa —abro los ojos y veo a Bruce pasando unas plumas roja de cabaret por mi rostro. ¿De dónde las ha sacado?—No me hagas la pelota que sabes que quería dormir hoy, ¿que coño pasa? —le ladro.—Veo que te alegras de amanecer, nena.—Hable, señor presidente —me retuerce un pez0n que escapa de debajo de las sábanas y gimo —. Le escucho, pero si me toca, voy a tener que gritarle mientras le muerdo y me empalo en su miembro presidencial.¡Mi madre! ¿De dónde ha salido eso?—¡Joder, nena! —él también lo ha notado —. Se me está poniendo tiesa, tú solo te pones tan caliente así cuando...—Ay, no sigas —lloriqueo y me siento en la cama.No puede s
Brooke Collins es la hija de un poderoso ex presidente de los Estados Unidos y a sus veintiséis años, ya es Diputada aspirante a Senadora del Estado. Sin embargo, en su carrera hacia el Senado tiene una piedra en el zapato que debe quitarse del camino: Warren Grant, también hijo de un ex presidente. Todo cambia cuando en una noche de copas y de locura, se enredan en un atrevido juego con peligrosas consecuencias. Cuando el amor florece, el poder seduce y la pasión domina... es difícil tomar las decisiones correctas. Y aunque el deseo sea tangible entre los dos, jamás dejarán de ser enemigos.
Capítulo uno: Más que enemigos*Narra Brooke Collins*Ser la primogénita de mi padre es un privilegio y una condena de igual manera.Siendo él un ex presidente del gobierno americano, y ex amante de mi madre me convierte en la hija legítima y secreta a la vez...pero la más importante para él. La plana del gobierno ha sabido a mis veintiséis años, darme el lugar como diputada candidata al senado, que me merezco. He trabajado duro para eso y he hecho todo lo que se supone que hay que hacer para obtener un puesto entre peces gordos, siendo una joven y sensual mujer.Sé reconocer que mi físico de ojos azules y curvas marcadas en una altura perfecta me hace mucho más visible por mi apariencia que por mi capacidad política pero a pesar de eso, soy más que una cara bonita y justo cuando tengo todo el respeto y apoyo que necesito para llegar a mi meta, mi prometido se lía con la hija del candidato al gobierno de este año y estropea mis estudiados planes. Una senadora, joven, hermosa y solter
Capítulo dos: Un Juego Peligroso*Narra Brooke Collins* Me vuelvo a girar en sus brazos para pensar rápidamente y no tener su intensa mirada absorbiendome los labios como un maldito súcubo. Retomo el baile mientras me sigue y pienso que siendo completamente honesta, este hombre siempre me ha puesto cachonda, y he deseado en silencio poder meterme en una cama con él; pero resulta que la rivalidad que los dos hemos construido a lo largo de los años como herencia además de nuestros padres, es más fuerte que eso y no creo posible que podamos jugar a nada —peligroso o no —sin que salgamos escaldados de eso. Al menos por mi parte.Hace mucho tiempo tengo claras cuales son mis metas en la vida y pasearme por entre las llamas del infierno no me apetece... eso sería lo que se desataría entre nuestras familias si este especímen delicioso y yo nos vamos a la cama.Uno de los dos lo usaría en contra del otro y de seguro sería él. La prensa nos haría pedazos y mi padre me mataría varias veces. —
Capítulo tres: Complicaciones*Narra Brooke Collins*Tiro la puerta cuando salgo y hago un gesto de frustración al salir, aún con el pomo de la puerta en la mano por no darme de cabezazos contra la pared que tengo delante.Me trajo a un hotel. Un maldito hotel como a una zorra a follar y luego a casa con su novia..."buenos días cariño, cuanto te quiero ".Joder y joder.Nunca he reprochado nada de la vida de mis padres pero me juré a mi misma jamas permitirme vivir lo que vivió mi madre a la sombra de un matrimonio de mierda de a cuatro.No quiero eso para mí y desde luego no voy a permitirme algo así. Este lío entre los dos va a quedarse en una noche loca, en esta habitación de un hotel cualquiera. Pero cuando salgo y llego a recepción me doy cuenta de que no es un hotel cualquiera y que la maldita prensa está aquí. —¡Me cago en la put@!—Esa boca malhablada guardala para cuando estemos en la cama, preciosa —la voz de Warren me sobresalta.Me había escondido detrás de una columna y
Capítulo cuatro: No soy tu juguete *Narra Brooke Collins*Aparco fuera de la sede y aunque todavía no doy crédito a las cosas que me pasan desde que me enredé con Warren, intento no pensar en eso y sigo mi camino. Muestro la credencial y paso por control de seguridad.En el justo momento que estoy pasando por los dados metálicos, me toman de la muñeca y me hacen caminar hacia atrás.Sé que es él, no necesito más que oírlo respirar para saber que es el maldito Warren...¿ pero no se estaba duchando hace un minuto? —Suéltame, estúpido —forcejeamos y termina metiéndome en un baño.—Cálmate, ¿sí?Alza las manos en señal de rendición y se aleja un poco de mí para que sienta que es seguro para ambos estar ahí, metidos en un maldito baño de una de las sedes políticas del país que aspiro gobernar algún día.—No quiero volver a hablarte en la vida. No que me toques o te me acerques —escucha atento —. No quiero que siquiera me respires cerca y desde luego no me apetece que la maldita prensa me
Capítulo cinco: Senado a dúo. *Narra Brooke Collins*Cuando dejo el pulsito que nos estábamos echando Warren y yo, sigo mi camino hasta la sala de diputados. No puedo llegar más tarde todavía y desde luego necesito conseguir un estado lejos de él y su repentina manía de pertenencia que ha desarrollado hacia mi persona.Envío un mensaje a Matt para confirmar que no tengo nada con el hijo de la familia Grant y también para que quede claro que lo nuestro está muerto, que él lo mató y que mi madre como buena periodista que es y a través de sus contactos, mandará un aviso a la prensa redactado por ella misma anunciando la ruptura de nuestra unió. —Hasta que llegas —me reprende el jefe de los diputados sentado solo en el fondo del salón presidiendo la mesa oval enorme —¿Te tomó mucho tiempo maquillarte o estabas despidiéndote de tu nuevo amor?Mientras busco una excusa en mi mente para disculpar mi tardanza, observo sus ojos maduros y negros pasear por mi cuerpo y creo que incluso le oigo