Una semana después— ¿No crees que eres muy duro con ella? —negué levemente, continuando con el postre que ella había preparado—. Trabaja mucho en tu empresa, llega ayudarme en la cocina, después termina sus trabajos pendientes, recibe sus clases de la facultad y .... ¿Aun sigues pensando que no eres duro?Solté la cuchara al terminar el último pedazo y sonreí. La sorpresa y la alegría llenaron sus facciones.—Quedó delicioso, tus manos son benditas —las agarré y le di un beso en cada una de ellas—. Gracias por prepararlo.—Si hubiera sabido que prepararlo te haría sonreír, lo habría hecho desde hace mucho mi niño, haré postres todos los días. Quiero verte sonreír todo el tiempo.—Engordare feliz entonces.—Que así sea —la miré fijamente y arrugué mi ceño al ver lo inquieta que se veía de repente. Había algo que no me quería decir—. Denali volvió en tu ausencia.Soltó rápidamente.— ¿Por qué no fui notificado sobre esto? —inquirí.—Yo fui la que no permitió que te dijeran, no quería q
—Ya puedes en… —no había terminado de hablar cuando ya estaba dentro.No sabía porque razón estaba tan malditamente nervioso, pero lo estaba y hacia enfadarme aun mas de lo que estaba.— ¿Y cómo esta ella?—Primero, no soy tu medico personal Liam, me tendrás que pagar mucho dinero por esto —rodeé mis ojos, jamás cambiaria—. Bueno, he llegado a esta conclusión.—No necesito escuchar tus estúpidas conclusiones, necesito algo verídico Luciana.—La tiraron de la piscina, la quisieron asesinar. Esta chica —la señaló—. Que por cierto es hermosa, debo aclarar, tiene desnutrición, moretones en diferentes partes de su cuerpo, ¿En qué mierda la pones a trabajar? ¿piensas que es unos de tus grandulones? Por dios mírala, se ve tan delicada que hasta me dan ganas de querer protegerla. Por su mal estado es normal tener mareos y si la encontraron en una piscina, tal vez la limpiaba, se mareo y vieron la oportunidad exacta para golpearla.— ¿Estará bien? —pregunté tenso.—Necesita mucho descanso, com
—Pues…evidentemente no es de mi familia —empezó a reírse nerviosamente—. Él es… ¿Por qué siempre tengo que responder cuando tú nunca lo haces? ¿Qué clase de relación es esta?Empuñé mi mano y suspiré al escucharla, trataba de evitar la maldita pregunta.¿Por qué? —Está bien, no respondas, eventualmente lo sabré —dije serenamente, no dejaría que más temas sobre Denali me hicieran perder la compostura—. Pero no vivirás más aquí, te iras a uno de mis apartamentos en el centro de la ciudad.— ¿Piensas que me echaras, así como si nada? —chilló indignada.—Agradece que no te hice nada por lo que le hiciste a Aysel, evítate más problemas y mantenme informado de todo lo que hagas. Si Abdul se comunica contigo, quiero saberlo.La sorpresa en su rostro al nombrar a Abdul fue muy evidente. Su mirada esquivó la mía de inmediato.—No tendría por qué comunicarse conmigo, no quiero saber nada de ese hombre, él lo sabe.—Que bien —caminé hasta la salida, deteniéndome justo antes de irme—. Fue la últ
POV AYSEL—Nana —dije, recordando la triste melodía que había escuchado días anteriores.—Dime —terminó por meter el pollo al horno y se volteó a verme—. ¿Estas mareada? Solo ha pasado una semana desde tu incidente, mejor deja esas verduras, yo las terminaré.—No es nada de eso, estoy bien —aclaré rápidamente, siguiendo con mi labor—. Tengo dudas y preguntas, sé que no debo de ser curiosa, pero me causa muchísima curiosidad.—Suéltalo todo.—Esta casa —miré a mi alrededor—. La decoración e incluso lo que comen, aparte de Denali no hay nadie que sea del oriente… ¿Por qué vivirían en esta casa Liam y su hermana?Nana sonrió levemente y asintió. No se veía enojada o incomoda, así que tal vez podría preguntar un poco más. —La señora de esta casa es Hindu, esa es la razón. Mi niño quería que se sintiera en casa, que de sus ojos no salieran lagrimas al extrañar a su país.Ahora todo tenía sentido para mí.—Pero…En el tiempo que llevó aquí jamás la he visto. Ni siquiera sé, si se disgustó
—Vine en cuanto pude —levanté mi rostro al reconocer esa voz—. Tuve que instalarlos, además también contraté personas de confianza para vigilar la casa las veinticuatro horas, las niñeras saben que no…—Es lo último que quiero saber Cipriano —lo detuve en cuanto supe el camino de la conversación—. No me importa si el hijo del hombre que tanto odio come, llora o muere, en el mejor de los casos. —Liam no es el hijo —expresó abatido—. Son los hijos. Intenté decírtelo muchas veces, pero nunca me dejaste. Por eso había dicho eso. —Mata a la persona que nos dio aquella información errónea. Esto pudo costarte la vida, después me contaras a detalle todo y veré que haremos, pero ahora lo más importante es Aysel…solo ella. — ¿Qué sucedió con ella? —preguntó confundido. Esperé a que se sentara para hablar. —Fiorella entró a mi casa sin mi permiso, necesito que te encargues —asintió rápidamente—. Me dijo que Aysel es hermana de Abdul. —Imposible. —También lo pensé, pero en ese mismo momen
—A Leah le acaba de pasar eso… —silenció en la línea—. ¡Ya es mujer! No sé qué hacer, no sé si ella sabe qué hacer. ¡No tengo toallas! ¿Cuáles debo comprar? ¿Nana tendrá? — ¿Eres idiota? Claro que no, en ese caso tendrá pañales —bramó refunfuñando—. Te diré algo de todo corazón y es que la dejes vivir. Tu no solo te encerraste en ti cuando cambió nuestras vidas, tu obligaste a Leah a vivir una vida que no pidió. Deja que vaya a un colegio, detente con las clases en casa, detente con prohibirle salir e irse de viaje con Leandra, que por cierto me preocupa esa niña. A la única persona que escuchara es a ti, por favor habla con ella antes de que sea demasiado tarde…en lo que estaba. ¡Deja vivir a Leah! —Muy conmovedor todo, lo pensaré, pero… ¿Vendrás? —Imagino que debe de estar encerrada en el baño, llévale ropa limpia y compra un paquete de toallas…normales, para vaginas normales. ¿esta bien? — ¿Quiere decir que no vendrás? —quise saber. —No —colgó sin darme tiempo a quejas. ¿Para
Abrí poco a poco mis ojos, adaptándolos a la luz tan fastidiosa de aquella lampara, por el olor supuse que estaba en una maldita cama de hospital. —Despertó —escuché a Luciana decir. En segundos tenia a toda mi familia viéndome con ojos preocupados. Fruncí mi ceño y empecé a incorporarme para observarlos mejor. Mi cabeza dolía y sentía una leve punzada en mi pecho. —Cipriano, traigan a Cipriano —exigí, viendo la cantidad de aparatos pegados a mi pecho—. Quítenme esto, necesito ir a…uffLa punzada en mi pecho empezaba aumentar y un sonido de una de las maquinas se disparó en cuanto pensé en ella. —Cálmate Liam —ordenó mamá—. Casi tuviste un infarto, casi morías ahogado, casi te perdíamos. ¡Cálmate! Si no fuera por ella… no quiero ni pensarlo. — ¿Quién? —pregunté. —Aysel —respondió Luciana sonriendo—. Ella fue quien te salvó, al parecer están a mano. Aysel, ¿a que juegas? —Papá, necesito ir al Cairo…Luciano explícales y muestra la imagen por favor. —Lo siento por enviarte esa
— ¿Qué hace ella aquí? —fue lo primero que pregunté al entrar. Tenia que ser un maldito chiste. —Nuestro apellido y honor está en juego y preguntas que hago aquí —chasqueó su lengua y gruñó—. Soy tu abuela, aunque no lo quieras acéptalo. —No hablaré de mis problemas con ella aquí —dije, viendo fijamente a papá—. Que se largue. —Tres contratos fueron rechazados, tres importantes contratos con Turquía, India y China por rumores de que el nuevo presidente de empresas Licciardi, haya deshonrada a la hija del maldito polito de Kaur y no la haya despojado como mandan sus costumbres, además, también se dice que la echaste de tu casa y llevaste a una mujer a ocupar su lugar —pasó sus manos por su cabello repetitivas veces, lo que me hizo saber que estaba muy enojado y estaba conteniéndose. —Arreglaré todo, aclararé todo… si es necesario mataré, pero no dejaré que mi apellido se vea envuelto en ese tipo de escándalo. —Claro que arreglaras todo Liam, porque esos tres contratos se tienen q