—Que mal, porque no se podrá — sonrió. —Claro que si— se intenta acercar pero lo detengo. —Acaso es usted bipolar Sr Licciardi. —Te propongo algo Nicole— su mano viaja a mi mejilla pero así como llega la esquivo. -¿What? —Sexo. Ayer no pude sacarme de la cabeza tu cuerpo, tus labios y como gemías cada vez que te penetraba duramente— soy yo o hace calor aquí— todo tú me atrae. Se me resulta imposible no volverme adicto a ti— susurra lo último. -No. —Nicole tu respiración ahora es más pesada, anhelas tanto como yo un nuevo encuentro. ¿Por qué no darle a nuestro cuerpo lo que piden? —Estos juegos no son mi fuerte. —Admito que nunca que he estado en uno, la vida se trata de riesgos principessa— me acaricia la mejilla y esta vez no lo impido.— que dices. —Tengo que pensarlo— asiente. -Un día. —Es muy poco tiempo. —No creo aguantar más sin tocarte Nicole — susurra. (……) Un día ha pasado ¡un día! Y aun no tengo la respuesta para Leandro. Todo mi cuerpo quiere ser nuevamente pos
—Llegamos—anuncia Adriano. Se baja del auto y en tres segundos ya lo tengo abriendo la puerta del auto para mi. —Grazie— sonrió. —Andiamo— me ofrece su brazo y engancho mi brazo en él. Entramos. Adriano da su nombre y nos llevan a nuestra mesa en el camino observo todo y es muy elegante se ve que una reservación aquí es muy costosa. —Te gusta— habla Adriano cuando ya estamos en nuestra mesa. —Si es muy lindo, por lo que veo vale mucho una reservación aquí— lo miro. —Te mereces lo mejor Nicole— su tono de voz es muy dulce— cuéntame cómo te va en tu trabajo—miramos la carta y en dos minutos ya estamos ordenando. —No es un trabajo en sí, aun no me graduó de medicina, estoy en prácticas— asiente. Bebo un poco de vino—¿y tú? —Todo marcha bien en mi empresa— lo miro sorprendida, nunca se me paso por la cabeza que fuera empresario— aunque se me ha dificultado algunas cosas— lo miro y le hago señal para que siga— he querido que Empresas Licciardi invierta en algunos proyectos que te
—Principessa— me sonríe Leandro y dice algo que nunca pensé escucharlo y menos viniendo de este frio hombre— dio, quanto mi sei mancato! - me abraza. Tardo unos momentos en reaccionar y me aferro a él dejándome invadir por ese delicioso perfume varonil que tanto lo caracteriza. Me dijo que me extrañaba y yo no le he dicho nada. ¡Merda! —Yo también te extrañe idiota— hablo haciendo causar ese precioso sonido que tanto me gusta de él, su risa. Me permito disfrutar unos segundos de la calma que me da escuchar esos fuertes latidos de su corazón. —Por primera vez en mi vida trato de ser cariñoso con alguien que no sea mi madre y tu dañas el momento— se hace el indignado. Su mano busca mi mentón para alzarlo un poco. Nuestras miradas se encuentran y ahora solo somos nosotros dos— ¿Qué haré contigo Davis? - susurra mientras poco a poco sus labios van buscando los míos hasta encontrarse a milímetros de estos. Diablos, ¿Qué rayos le paso? Este no es el Leandro de hace una semana, pero a l
Nunca en mi vida había presenciado una situación como esta, mi mente se imagina posibles escenarios con un Leandro herido o muerto, mientras un dolor crecía con el pasar del tiempo y se instalaba en mi pecho. Aunque lo siga negando me gusta, ese dios del sexo me gusta. Leandro me ha hecho sentir tantas sensaciones con apenas poco tiempo de conocernos, algo que ni siquiera logró mi ex con dos años de relación. Me encanta todo, como mi cuerpo reacciona con un mínimo rose de su parte, los hormigueos constantes que empiezo a sentir. ¡Rayos! Me gusta mucho Leandro, ni un mes desde que acepte su propuesta y ya me queme. Que m****a. Ahora lo importante no son mi sentimientos es que estará pasando. En esta habitación no se logra escuchar nada. ¿Por qué atacarían a Leandro? ¿Leandro sabía que pasaba? ¿Por eso la cantidad de hombres que custodiaban su casa? ¿Moriré? ¿Y porque me sigo haciendo preguntas si sabré que no tendré respuestas? Juro que si Leandro no llega en diez minutos salgo y no
Había olvidado cual era la sensación de complacencia al saber que has llegado temprano, aun no me lo creo, yo Nicole Davis llegando temprano seguro y hoy me pasa algo malo.—Nicole llegando antes de tiempo, pensé que no viviría para presenciar esto— habla Rizzo con burla.—Sabes los milagros existen Angelo— sonrió.—¿Cómo estás? - me pregunta mientras nos saludamos como lo hacemos últimamente, un abrazo y un beso.—No me puedo quejar— me encojo de hombros. Asiente— ¿Tienes para mí una extraordinaria cirugía a la cual deba asistir? - pregunto con mis adorables pucheros.—Sabes que no me puedo negar cuando haces ese gesto tan tierno— habla mientras aprieta mis cachetes. Asiento sonriendo— tal v…No termina porque se ve interrumpido por una potente voz que hace erizar y estremecer cada parte de mí. Odio que mi cuerpo aun siga respondiendo a su presencia, que aun tenga ese poder en mí. Es su gran ventaja y el conoce de ella.—Mierda— susurro.Es el idiota y ya puedo oler los Problemas.—B
Leandro cumplió….Cumplió cada maldita palabra que prometió. Nos entregamos a la pasión y lujuria donde nos llevaron a múltiples orgasmos arrasadores, que lo único que hacían era activar esa sed y hambruna que ambos teníanmos. Removiendo de nuevo ese fuego intenso el cual la única manera de apagarlo era fundiéndonos el uno al otro para intentar disipar esa pasión que al pasar el tiempo no disminuía al contrario se prendía cada vez más. Claramente nuestros cuerpos se estaban desquitando por el largo tiempo que tuvieron el uno sin el otro ,mos parecía unos ninfomanos aunque Leandro no está lejos de serlo, era impresionante la manera en como su miembro flácido en cuestión de minutos retomaba vida.- Detén tu mano ahora mismo— exijo mientras una mano recorre mi ombligo con destino a mi vagina.—Una vez más, ¿sí? —Lo miro incrédula— es la última por hoy— afirma Leandro recalcando el “hoy” mientras da repetitivos besos en mi hombro y cuello, hacer que es mi punto débil quiereme cambiar de
Pov LeandroAcabo de ir a dejar a Nicole y ya la extraño. Malditasea esa caliente gringa se me está metiendo hasta en los huesos y no estoy haciendo nada para impedirlo, también es que no quería. Su cuerpo, su voz, sus ojos, su personalidad todo en ella me atrae de una manera inexplicable.—Signori.—Dime Cipriano.—Acaba de llegar este sobre— mi ceño se arruga— no tiene remitente— lo deja encima del escritorio. —¿Quién lo trajo? - pregunto mientras lo abro.—Un mensajero. Lo interrogamos pero no quién lo enviaba, solo tenía órdenes de su jefe— asiento.Leo una y otra vez, no creyéndome lo que veo. Miro las fotos que en este contiene y veo rojo. Me levanto rápidamente saliendo de mi despacho.—Cipriano— gruño— tenemos que ir donde Nicole. ¡YA! —Ordeno. Saco mi celular marcando el número de Nicole. Necesito saber que está bien, que nada malo le ha pasado. Por favor cara contesta.—¡¡MIELDA !! - le doy un puño al auto— quería que me traigan al mensajero y al jefe, ahora vamos no tiene
¿Cómo se puede pasar de querer matar a una persona a querer comérselo a besos en unos simples minutos? Solo el estúpido hace eso posible.—Porque eres así— golpeo suavemente su pecho— parezco una jodida embarazada con las hormonas a mil— reímos mientras limpio mis lágrimas— es muy tierno cuando se lo propone Sr. Licciardi.—Solo para usted Srta. Davis— lo abrazo, mientras guardo en mi corazón y mente aquellas palabras tan hermosas que sé que recordare siempre. No todo el tiempo Leandro es romántico.—Yo también… ..me enamore de ti— susurro. No sé si lo han notado pero soy un poquito difícil para esto de confesar los sentimientos, pero por Leandro haré lo mejor— hace un… un tiempo atrás entregue todo de mí, ame con un ímpetu que no sabía que tenía, lo di todo y no fue suficiente. Me prometí a mí misma no volver hacerlo, pero llegaste tú, con tu arrogancia, con esa aura asesina pero tan malditamente sexy y caliente que no pude decir no, desde el segundo que te vi en esa camilla inconsci