—No lo vayas a dejarlo solo, aún es muy pequeño y se puede perder, tampoco dejes que coma mucho dulce y no quería que este mucho con tu celular— ordeno mientras termino de alistar mis útiles. Hoy me toca asistir a la universidad.—Esta bien amore ya entendí— asiente mientras una de sus manos pasa paulatinamente por la espalda de Liam, quien se encuentra dormido.—Vete tranquila estaremos bien.Me mira serio tratando de verse intimidante y responsable, pero no le creo. Algo me dice que llegare y todo será un desastre.—Solo no hagan una locura— lo señalo.Me acerco a la cama en donde se encuentran dos de los cuatro hombres de mi vida. Le doy un beso a cada uno y me marcho.—¡¿Cómo así que tienes un hijo?! - grita Anto.Si ya se reintegró en el grupo. No quiso decir absolutamente nada del secuestro. Según Lenard le afecto demasiado y está en terapia psicológica, solo espero que algún día tenga el valor de contarnos lo que vivió, y que pueda confesarle la verdad a Fran ya Luca que aun pi
—Leandro llegue— grito apenas entro.Escucho unas risas en la cocina y unas maldiciones por parte de Leandro.Algo me dice que lo que veré no me gustara.—¿Liam? - pregunto entrando a la cocina— ¡¡LIAM !! - grito horrorizada con lo que veo.Todo su cuerpo está cubierto con merengue y harina. Los dos idiotas no son la excepción. Pensé que Lenard era el cuerdo pero ahora veo que es igual o más estúpido que Leandro.Toda la cocina se encuentra llena de harina y hay huevos partidos en el piso.- Mamá –dice sorprendido.¿Escucharon? Me dijo mamá.Mi corazón se acelera al escuchar esa frase simple pero tan poderosa como para matarme de amor.Se escucha realmente bien.Quería llorar, pero no. Más tarde tendré mi tiempo para hacerlo.—Nicole— dicen al unísono los dos hermanos.Leandro tiene un brillo en sus ojos y creo que tiene ganas de llorar. Liam aún no le dice padre.—¡¿Qué rayos paso aquí?! - grito iracunda— Soy yo la que me mato limpiando para que vengan ustedes a ensuciar todo— los se
—Siento que aún es muy pronto.Entro a la habitación seguida de Leandro.Acabamos de dejar a Liam en la habitación continua a la de nosotros y empiezo arrepentirme de haberlo hecho.—Tiene que acostumbrarse. Además tiene tres años no uno— responde firme sin ningún indicio de arrepentimiento.Volteo a mirarle incrédula mientras niego.—Por la misma razón tiene tres, es un bebe Leandro y necesita dormir con nosotros— insisto con la poca paciencia que me queda.Me mira por unos segundos hasta que habla.—Solo por hoy — me señala severamente.Asiento aunque ambos sabemos que esta será la única vez que dormirá sin nosotros.—Necesito aprovechar este momento para hablar contigo.No puedo postergarlo más. Tan solo pensar que por alguna decisión estúpida de Leandro pueda afectarnos a todos me causa temor y un poco de desespero.—¿Sucede algo? - pregunta rápidamente.—Aunque desearía que no, sí. Suceden muchas cosas Leandro. Sabe que lo que le diré no es bueno y la verdad no tengo ni idea de
—Lo si…No lo dejo terminar porque nuevamente un puño de mi parte es aterrizado en su nariz haciéndola sangrar de inmediato.—No lo digas –lo señalo— cuando no lo sientes.—Doctora Davis –llega la enfermera que deje monitoreando unos de mis pacientes— el paciente con neumotórax. La saturación de oxigeno está bajan ..No dejo que termine y corro a urgencias.Se suponía que con la colocación de un tubo de drenaje pleural, mejoraría - pienso empezando a preocuparme.Al llegar nuevamente pido los signos y mi preocupación se eleva cuando está saturando 80%—¿El cirujano torácico? - pregunto.No se encuentra— responde Rizzo y es donde me doy cuenta que está leyendo la historia clínica de mí paciente y también el proceso hecho por mí, mientras que se coloca un algodón en la nariz.Me dirijo a la enfermera y ordeno.—Necesito que lo ubiquen y que llegue lo más rápido posible, mientras retiraremos el tubo torácico y pondremos otro.Ella asiente rápidamente. Pide que sea llamado el cirujano y p
Salimos de la habitación para dirigirnos a la sala donde se encuentran en estos momentos.Cuando entran en mi campo de visión mi vista se torna vidriosa al verlos.Después de cinco meses nos volvemos a encontrar y de qué forma.—Mama, papa— los llamo.Ellos se voltean dándome esa sonrisa y mirada que siempre me hacía sentirme cariñosa y amada por ellos.—Ven mi girasol— mi mama es la primera en hablar.Corro a sus brazos sintiéndome nuevamente en casa, siempre fue así.Dios Cuanto la extrañe. Definitivamente estar tan lejos de ellos no es bueno. Quería disfrutarlos al máximo.Los padres no son eternos, aunque queremos que lo fueran. Está en nosotros disfrutarlos ahora que estén o lamentarnos por no haberlos valorado como se merecían.—T—Te extrañe mucho— susurra.—Yo también.—¿No hay abrazo para el padre? – escucho como bruce pregunta haciéndome reír de inmediato.No está enojado.—Claro que si— respondo separándome de mi mama para ir a los brazos de el— siempre.Me aprieta fuerte m
Corro a la salida donde me encuentro con Cipriano.-¿Dónde está Leandro?-Hubo una emergencia y salió –responde.-¿Qué emergencia? –cuestiono duramente poniendo mi pose de jefa.-No sé.- Por si acaso esa emergencia era matar al Doc. Angelo Rizzo ¿?Asiente pero rápidamente niega.-N-No se Srta. Nicole.-Llévame a donde fue, tengo que evitar esta tragedia –veo como duda-. El no, no es una opción asi que vamos ya.Nos montamos en una camioneta y en el camino llamo a Angelo avisándole, pero antes le pregunto a Cipriano que tanto está enojado Leandro.-Nunca lo había visto tan enojado, sinceramente no desearía estar en los zapatos de aquel pobre hombre.Respuesta suficiente para llamar con urgencias y salvarlo.-Ciao Nicole.-¿Estás en tu casa? –voy al grano.-Sí, ¿Por qué? –pregunta confundido-. ¿Vas a venir a visitarme?Ya quisieras estúpido. -Vete –exijo-. Vete rápido. Leandro te matara si te encuentra, se dio cuenta de nuestra discusión y que me dijeras esa palabra no ayuda.-No le
—¿Estas segura? –Pregunta Leandro después de veinte minutos en silencio.Cuando le explique los síntomas y el posible diagnostico solo nos llevó a su auto y arranco para llegar cuanto antes a casa. Todo su cuerpo se encuentra tensionado.—Enserio crees que t — tenga… —golpea el volante frustrado—. Maldición ni siquiera puedo decirlo.—Deseo con todo mi corazón que no sea cierto .. Pero mi tesis se trata de ello y pase muchas horas investigando y viendo con mis propios ojos los sínto…Guardo silencio cuando esa sensación bastante conocida se instala en mi garganta. Respiro hondo tratando de controlarme y de no llorar. En estos momentos tenemos que estar serenos y pensar con la cabeza fría como dice mi madre.Pero, una cosa es decirlo y otra muy distinta hacerlo.No existe calma para situaciones como esta, solo el desespero y el dolor de saber que nuestro bebe pueda padecer esa enfermedad tan mortal.Salgo de mis pensamientos cuando escucho a Leandro por teléfono.—Necesito para mañana
—Hoy te encargas del paciente de la 204 —dice la doctora de pediatría entregándome el historial clínico.Asiento sin más. Me dirijo al segundo piso donde se encuentra la habitación con un tema en mi mente.Liam Empezara el tratamiento mañana y lo único que deseo en estos momentos es estar en cama, abrazada a mi bebe y mimarlo hasta que se canse de mí.Leandro y yo tenemos compromisos que no podemos aplazar. Yo con mi internado y el con sus empresas y mafia.Por esa razón, se fue al día siguiente de enterarnos la enfermedad de nuestro bebe, hace una semana. Lo único que dijo fue que tenía compromisos y mucho trabajo que iba adelantar para dedicarle todo el tiempo a Liam. Lo entiendo, pero lo que no entiendo es por qué no llamar o avisarnos con algunos de sus matones que está bien. Ni siquiera su madre sabe dónde está. No concentrarme mucho en ello porque tengo un bebe que necesita toda mi atención y energía, pero eso no quiere decir que no esté preocupada por él.Mis padres y la madr