Gabriela miraba divertida la pantalla y se echó a reír cuando vio y escuchó a su esposo gruñir.No es divertido Gabriela. –le dijo molesto.No tengo la culpa que hayas hablado a esta hora. –le dijo mientras se recostaba en las almohadas de su inmensa y sola cama esperando que la videollamada no se cortara, mantuvo el teléfono enfocado lo mejor que pudo en su rostro. Hacia unos segundos él le reclamaba el porqué ella aun no accedía a irse con él al desierto, su estancia iba a prologarse y aunque no le había detalles del por qué si que le había ordenado que lo acompañara. Ella ya se había negado en dos ocasiones, llevaban cuatro días separados y no es que Gabriela estuviera bien con eso, tenía una razón poderosa para no irse.No pensé que ya estuvieras por irte a dormir. Y menos con ese atuendo…Me gusta este atuendo. –le provocó ella con una sonrisa. Hacia unos momentos habían estado a punto de entrar en una discusión por la reticencia de ella a reunirse con él, así que intencionalment
Bajó y cubrió bien su rostro con su hijab, la rodearon de inmediato muchas personas deseando darle un vistazo, eran de la tribu nómada donde estaba León en ese momento, ella sonrió, aunque no le veían más que los ojos, les dio una leve reverencia como saludo y todos abrieron los ojos sorprendidos y de inmediato le hicieron una profunda reverencia a ella, muchos cayeron de rodillas, ella movió la cabeza y una de sus manos y les pidió que se levantaran. León no estaba cerca le dijeron, volvería en unas horas, había ido a hablar con los ancianos de una tribu cercana. La movieron a una tienda que dedujo era la de él y las mujeres la halagaron con comida, bebida y postres típicos. Ella agradeció con una sonrisa. Comió más que nada por mostrar su agradecimiento y luego con Jaz y Salma a su lado dio un paseo por los alrededores, admiró los tejidos que elaboraban algunas mujeres, intentó conversar con las más ancianas y causó algunas risas cuando se equivocaba. Sonrió al ver a unos niños inte
Fátima es alguien que conocemos desde niños, no es que pasara demasiado tiempo en palacio, pero Omar la quiso desde siempre. Ella solía andar siempre rondándonos cuando visitaba. Omar creció y por supuesto la escogió de inmediato y ella se negó en redondo, pero su padre la obligó y mi padre pese a que le pedí que ralentizara todo no me hizo caso, después supe que fue porque Omar amenazaba con quitarse la vida si no le daban a Fátima.No entiendo la negativa de ella, sería reina un día. –el corazón de Gabriela empezó a latir más rápido, no es que considerara que él la hubiese amado, le preocupaba que su cuñada siguiera obsesionada.Prefería ser princesa. –León hizo una mueca al decirlo. –al parecer a quien quería era a mí. No entiendo por qué, nunca le di dos miradas cuando estaba cerca. Siempre fue caprichosa, problemática y muy inmadura. Quizás el hecho de que no me consiguió, cuando siempre tenia lo que quería se le metió en la cabeza de mala manera. Omar lo sabía, yo mismo se lo di
¿Gabriela? – la voz de León llamándola sonó amortiguada al otro lado de la puerta ¿Y si dejaba de pensar y aprovechaba lo que la vida le daba? La vida era corta ¡maldita sea! Se limpió el rostro buscando algún indicio de lágrimas. Entonces la puerta fue abierta tan rápido que ella dio un respingo, León la localizó enseguida. - ¿Algo te molestó? –preguntó con cautela quedando frente a ella. Ella negó. -¿segura?Necesitaba… -empezó ella aun sin atravesar el marco de la puerta.¿Necesitabas…? –preguntó suavemente y ella se mordió el labio. Él me ama… pensó de nuevo empezando a divagar.Necesitaba solo un momento a solas. –dijo cuando vio que él esperaba una respuesta.¿Por qué? –preguntó directo.Dijiste que me amabas… -respondió con voz entrecortada.Y eso te hizo salir huyendo. –concluyó y ella vio tristeza en sus ojos, pasó su mano por su cabello en un gesto que solía hacer cuando se veía cansado.–le dijo de inmediato. –no es lo que estás pensando.Sé de lo que soy culpable Gabriela
La laptop estaba ya conectada una hora después, se sorprendió al ver que el internet era rápido.Su Alteza el príncipe, es una de las cosas que insistió que debía haber en este lugar. –le explicó Jazmín. –Palacio tiene el control del servicio todavía, pero en casi todas las cosas de miembros del consejo y de la corte que así lo han querido tienen acceso.¿Sólo ellos? –preguntó contrariada.Oh, no me expliqué. Corte y consejo lo tienen gratis, los ciudadanos tienen libertad de usarlo por un módico costo, pero pocos han decidido introducirlo en sus hogares.Ya veo. –se quedó pensando mientras miraba por el ventanal. –creo que lo primero que deberíamos hacer es crear una cuenta de twitter.¿Disculpe…? –tartamudeó Jazmín.Twitter, es una red social. –aclaró.Sé lo que es. –Jaz tragó saliva. –Pero, ni siquiera el Príncipe tiene una, Princesa, creo que debería consultarlo primero…Quizás tengas razón. –admitió Gabriela. -¿Dónde está mi esposo ahora mismo?Seguro en alguna reunión en el últi
Minutos antes… La Princesa Fátima. Ella está aquí, en su oficina. –Jazmín anunció.Voy enseguida. –Gabriela se levantó y sus primas hicieron lo mismo.Vamos contigo. –dijo Habiba.Me temo que no, ella quiere verme a mí y lo que menos quiero es que piense que pretendemos emboscarla o algo así.Pero es ella la que ha venido.Déjalo así Baasima. –intervino Azima. –Aquí estaremos si nos necesitas. Gabriela asintió y caminó hacia su oficina. Abrió la puerta y vio a Fátima contemplando todo con evidente desprecio reflejado en su rostro.¿En que puedo ayudarte? –dijo y cerró la puerta. -¿Has decidido unírtenos? –preguntó con toda la amabilidad que pudo imprimir en su voz.¿Acaso tengo cara de estúpida? –respondió con acidez girándose hacia ella.Bien, ¿Qué deseas entonces? –dijo y se sentó invitándole con un gesto a hacer lo mismo. ¿Cómo te atreves? ¿A qué exactamente me he atrevido? –preguntó con un suspiro. ¡A sentarte antes que yo! Gabriela levantó una ceja. Se sentía como si trata
No habían estado juntos mucho tiempo, después de comer algunos postres y de asegurarle que le contaría todo, salió de nuevo. A su puerta seguía la misma seguridad y Abdul. Ella empezó a sentirse intranquila. Sobre todo, cuando recibió un mensaje de él diciéndole que se preparara para viajar. Mandó hacer su equipaje y llamó a sus primas para que probaran los postres y ella se quitara de paso la tensión, al menos un poco.No hay pista de Fátima. –dijo Azima con cara de preocupación. Era la que solía ser más discreta y cero dramática. Por eso verla así no hizo mucho para calmarla.¿Desapareció?Eso dicen, no ha aparecido en Palacio.Quizás se fue al antiguo harén. –dijo Baasima.¿Antiguo harén? –preguntó Gabriela.Es una zona cerrada hace tiempo, pero se restauró hace unos años y se limpia con frecuencia, se usa cuando hay muchos visitantes. Está en uno de los edificios aledaños a Palacio. En la parte norte, la que da en su totalidad al desierto. Dicen que ella la frecuentaba cuando reci
Por supuesto, no habían llegado a tiempo para desayunar con el rey. Este ya descansaba en su tienda, el sol se erguía alto en el cielo y ella saludó con una sonrisa tímida a quienes se topaba, sintiéndose una haragana, aunque claro, sabia que podía hacer lo que quisiera como Princesa que era, pero la firme educación familiar de siempre tener algo que hacer no se la apartaba fácil de la cabeza. Esta no era una tribu, todos eran personal de palacio. Ajustó su manto sobre su cabeza para taparse del sol inclemente y León la miró frunciendo el ceño.No debes estar mucho rato al sol. –le dijo, ella rodó los ojos.No soy de azúcar. No me derretiré.Sé bien lo que te pasó la otra vez.¡Solo me desmayé una vez! Y fue una combinación de cosas, no solo por el sol.Es que sigues sin estar acostumbrada.Bueno, pero debo estarlo ¿no? Ahora este es mi país y mi hogar. Así que deja de tratarme como a una muñequita. –se puso de puntillas y le dio un rápido beso en la mejilla. Él enseguida la tomó por