En media hora estaban en el aeropuerto esperando abordar. Todos lucían tensos y taciturnos. El rey era amado por gran parte de sus súbditos. Gabriela no se había separado del lado de su esposo y él aunque estaba sumamente preocupado y ocupado no dejando de hablar por teléfono con personal y médicos que aun no daban una respuesta convincente, no soltaba la mano de ella. De pronto, se sintió mal, su estomago parecía dar botes revolviéndose. Le dijo que iría al baño de la sala VIP, Jazmín la siguió obedientemente. Gabriela puso sus muñecas bajo el chorro de agua fría en el lavabo.¿Qué tiene Princesa? –preguntó la chica preocupada.La preocupación me ha revuelto el estomago. –le dijo, vio su reflejo en el espejo y le pareció ver un tono verdoso que anunciaba que vomitaría. -¡Maldición! –espetó corriendo justo a tiempo para vaciar su estomago.Iré por un médico. –dijo Jazmín deteniendo su cabello con una mano y con la otra tomando su móvil.Cuando estoy muy estresada suele pasar. –la detu
Su cita con el médico es en una hora Princesa. –informó Jazmín y Salma las miró alarmada.¿Se siente mal mi señora?–dijo ella extrañada mientras tomaba un té. Acababa de venir del ver al rey, quien aun dormía. - ¿Quién pidió esa…? –ya, seguro había sido León. Sonrió contrariada. –ayer estaba muy cansada, mi esposo debe haber supuesto que estaba enferma. –su estomago aun seguía muy tenso, pero ya no había vomitado. Iría al servicio médico, no veía razón para no hacerlo.Él se preocupa mucho por usted. Como todos. –dijo Salma acercándose para verla como si así pudiera saber que tenia.Deja de hacer eso, ¡que falta de respeto! –regañó su hermana mayor.Está bien. –aseguró Gabriela ocultando una sonrisa, terminando su té e intentando comer algo, pero sencillamente no pudo. Su estomago se rebeló. –adelanta la cita por favor Jaz. –pidió. Quería estar cien por ciento bien para su suegro y para León que estaba preocupado y tenso. Ella no se añadiría a la pila de problemas.Atravesaban las ca
Gabriela miraba divertida la pantalla y se echó a reír cuando vio y escuchó a su esposo gruñir.No es divertido Gabriela. –le dijo molesto.No tengo la culpa que hayas hablado a esta hora. –le dijo mientras se recostaba en las almohadas de su inmensa y sola cama esperando que la videollamada no se cortara, mantuvo el teléfono enfocado lo mejor que pudo en su rostro. Hacia unos segundos él le reclamaba el porqué ella aun no accedía a irse con él al desierto, su estancia iba a prologarse y aunque no le había detalles del por qué si que le había ordenado que lo acompañara. Ella ya se había negado en dos ocasiones, llevaban cuatro días separados y no es que Gabriela estuviera bien con eso, tenía una razón poderosa para no irse.No pensé que ya estuvieras por irte a dormir. Y menos con ese atuendo…Me gusta este atuendo. –le provocó ella con una sonrisa. Hacia unos momentos habían estado a punto de entrar en una discusión por la reticencia de ella a reunirse con él, así que intencionalment
Bajó y cubrió bien su rostro con su hijab, la rodearon de inmediato muchas personas deseando darle un vistazo, eran de la tribu nómada donde estaba León en ese momento, ella sonrió, aunque no le veían más que los ojos, les dio una leve reverencia como saludo y todos abrieron los ojos sorprendidos y de inmediato le hicieron una profunda reverencia a ella, muchos cayeron de rodillas, ella movió la cabeza y una de sus manos y les pidió que se levantaran. León no estaba cerca le dijeron, volvería en unas horas, había ido a hablar con los ancianos de una tribu cercana. La movieron a una tienda que dedujo era la de él y las mujeres la halagaron con comida, bebida y postres típicos. Ella agradeció con una sonrisa. Comió más que nada por mostrar su agradecimiento y luego con Jaz y Salma a su lado dio un paseo por los alrededores, admiró los tejidos que elaboraban algunas mujeres, intentó conversar con las más ancianas y causó algunas risas cuando se equivocaba. Sonrió al ver a unos niños inte
Fátima es alguien que conocemos desde niños, no es que pasara demasiado tiempo en palacio, pero Omar la quiso desde siempre. Ella solía andar siempre rondándonos cuando visitaba. Omar creció y por supuesto la escogió de inmediato y ella se negó en redondo, pero su padre la obligó y mi padre pese a que le pedí que ralentizara todo no me hizo caso, después supe que fue porque Omar amenazaba con quitarse la vida si no le daban a Fátima.No entiendo la negativa de ella, sería reina un día. –el corazón de Gabriela empezó a latir más rápido, no es que considerara que él la hubiese amado, le preocupaba que su cuñada siguiera obsesionada.Prefería ser princesa. –León hizo una mueca al decirlo. –al parecer a quien quería era a mí. No entiendo por qué, nunca le di dos miradas cuando estaba cerca. Siempre fue caprichosa, problemática y muy inmadura. Quizás el hecho de que no me consiguió, cuando siempre tenia lo que quería se le metió en la cabeza de mala manera. Omar lo sabía, yo mismo se lo di
¿Gabriela? – la voz de León llamándola sonó amortiguada al otro lado de la puerta ¿Y si dejaba de pensar y aprovechaba lo que la vida le daba? La vida era corta ¡maldita sea! Se limpió el rostro buscando algún indicio de lágrimas. Entonces la puerta fue abierta tan rápido que ella dio un respingo, León la localizó enseguida. - ¿Algo te molestó? –preguntó con cautela quedando frente a ella. Ella negó. -¿segura?Necesitaba… -empezó ella aun sin atravesar el marco de la puerta.¿Necesitabas…? –preguntó suavemente y ella se mordió el labio. Él me ama… pensó de nuevo empezando a divagar.Necesitaba solo un momento a solas. –dijo cuando vio que él esperaba una respuesta.¿Por qué? –preguntó directo.Dijiste que me amabas… -respondió con voz entrecortada.Y eso te hizo salir huyendo. –concluyó y ella vio tristeza en sus ojos, pasó su mano por su cabello en un gesto que solía hacer cuando se veía cansado.–le dijo de inmediato. –no es lo que estás pensando.Sé de lo que soy culpable Gabriela
La laptop estaba ya conectada una hora después, se sorprendió al ver que el internet era rápido.Su Alteza el príncipe, es una de las cosas que insistió que debía haber en este lugar. –le explicó Jazmín. –Palacio tiene el control del servicio todavía, pero en casi todas las cosas de miembros del consejo y de la corte que así lo han querido tienen acceso.¿Sólo ellos? –preguntó contrariada.Oh, no me expliqué. Corte y consejo lo tienen gratis, los ciudadanos tienen libertad de usarlo por un módico costo, pero pocos han decidido introducirlo en sus hogares.Ya veo. –se quedó pensando mientras miraba por el ventanal. –creo que lo primero que deberíamos hacer es crear una cuenta de twitter.¿Disculpe…? –tartamudeó Jazmín.Twitter, es una red social. –aclaró.Sé lo que es. –Jaz tragó saliva. –Pero, ni siquiera el Príncipe tiene una, Princesa, creo que debería consultarlo primero…Quizás tengas razón. –admitió Gabriela. -¿Dónde está mi esposo ahora mismo?Seguro en alguna reunión en el últi
Minutos antes… La Princesa Fátima. Ella está aquí, en su oficina. –Jazmín anunció.Voy enseguida. –Gabriela se levantó y sus primas hicieron lo mismo.Vamos contigo. –dijo Habiba.Me temo que no, ella quiere verme a mí y lo que menos quiero es que piense que pretendemos emboscarla o algo así.Pero es ella la que ha venido.Déjalo así Baasima. –intervino Azima. –Aquí estaremos si nos necesitas. Gabriela asintió y caminó hacia su oficina. Abrió la puerta y vio a Fátima contemplando todo con evidente desprecio reflejado en su rostro.¿En que puedo ayudarte? –dijo y cerró la puerta. -¿Has decidido unírtenos? –preguntó con toda la amabilidad que pudo imprimir en su voz.¿Acaso tengo cara de estúpida? –respondió con acidez girándose hacia ella.Bien, ¿Qué deseas entonces? –dijo y se sentó invitándole con un gesto a hacer lo mismo. ¿Cómo te atreves? ¿A qué exactamente me he atrevido? –preguntó con un suspiro. ¡A sentarte antes que yo! Gabriela levantó una ceja. Se sentía como si trata