La joven no sabía qué decir, sacudió por un momento su cabeza y después empezó a pensar “No... Claro que no me gusta”.
—¿Qué me va a suceder? —le preguntó la joven de lo más normal— dame un permiso, tengo sed.
Él mostró una sonrisa y Belinda bajó sus ojos hasta los labios rosados del joven.
—Cara de perro —dijo Alex antes de salir.
La verdad es que Alex era fácil de darse cuenta de cuando alguien gustaba de él, por eso le preguntó a Belinda, le había asustado, por un momento le dio la impresión y no le gustaba ese pensamiento.
Belinda llevó las bebidas a Flor y al joven. Al Alex terminar de descansar, decidió irse a dar un baño ya que comenzaba a anochecer y debería marcharse. Mientras, Belinda meditaba sobre su situación.
Flor era inocente
En aquel momento llegó Flor que quedó inmóvil al ver aquella escena.—¡Oye! ¡Mira cómo has vuelto a mi amiga! —Gritó enfadada— ¡ayúdala a levantarse, guache! —Alex miró a Belinda.—Bueno ya... Disculpa por haberte tropezado, ven, te ayudo a levantar —le volvió a extender una mano. Belinda no sabía el por qué él la estaba haciendo quedar bien, pero obligó a su cuerpo a recibir la ayuda.Después de esto la ayudó a sentarse en la banca, Belinda se limpió las lágrimas.—¿Qué fue lo que sucedió? —preguntó Flor.—La estaba molestando y bueno... Creo que me he pasado —Alex soltó una pequeña carcajada.—¡Ya deja de molestarla de esa manera! ¡Mira cómo terminó su rodilla! Vamos al hosp
—¿Y para qué quieres que responda esa pregunta? —Belinda tenía su mirada clavada en sus pies— tú no quieres nada conmigo, además, como tú lo has dicho; nosotros no debemos estar juntos.Flor había estado buscando a sus amigos por todo el hospital, pero no los encontró. Después llegó al apartamento de Belinda, entró al cuarto de la joven y la vio durmiendo.—¿Qué le habrá sucedido? —reparó sus ojos y vio que había estado llorando.En aquel momento sonó su celular.—¿Diga? —contestó.—Ven a buscarme —escuchó la voz de Andrés.—¿Andrés? ¿De qué estás hablando? —preguntó ella algo asustada y un tanto emocionada.—Estoy en el aeropuerto y no he llamado a mi hermano para
—Danna, creo que estás malentendiendo las cosas —dijo Daniel.—¿Entonces por qué me mentiste?—Si te hubiera dicho que estaba con una mujer te ibas a poner celosa.—¿Y por qué? ¿Es que acaso de verdad está pasando algo? —cuestionó Danna.—Claro que no, ella solo es una amiga que está cumpliendo años.—¿Ah sí? —Danna se cruzó de brazos— pues no parece ser una amiga Daniel, yo vi otra cosa.—Disculpa Danna, entre Daniel y yo no sucede nada —trató de explicar Camila.—¡Tú te callas! —gritó Danna a Camila con mucha fuerza, la miraba de una forma muy furiosa.—¡Oye! ¡No le vuelvas a hablar a Camila de esa manera! —gritó Daniel bastante furioso.Los dos se miraron fijamente, la tensión se ap
Al final Danna terminó sola en la casa, tenía ansias por saber cómo terminaría aquel problema. Se sentó en la sala principal y esperó por más de dos horas, después caminó en círculos por toda la sala. Ese ya era al colmo, Daniel sabía cómo estaba su relación con ella y se estaba dando el lujo de hacerla esperar.Pero intentaría que esta vez la situación fuera diferente, debía saber dominar el problema y ponerlo a su favor. Meditando más a fondo lo que estaba pasando, dejando a un lado su enojo e impulsos agresivos, pensó ¿qué haría su difunta hermana?La respuesta llegó a su mente, quitarle todo a Daniel en forma de venganza, ¿y cómo lo haría? Poniendo todas las cartas a su favor. Ella se había esforzado por sacar ese matrimonio adelante y había pasado muchos años de su vida s
La oportunidad se había dado, Camila estaba en la cocina del restaurante arreglando unos platos que se habían servido, Danna se acercó a ella y miró la comida que se veía muy apetitosa.—¿Sabes? —Mostró una sonrisa— yo me casé con Daniel hace años por dinero, mi familia estaba en la quiebra total y... él tenía mucho dinero, era la respuesta a mis problemas, aunque yo no quería —Camila dejó lo que estaba haciendo y se concentró en la joven— a mí me gustaba mi mejor amigo, desde pequeña siempre quise una vida junto a él, pero como puedes ver eso nunca se dio, él se fue a vivir a muchos kilómetros de aquí y ahora se va a casar con mi mejor amiga, por más que yo le rogué a Daniel que me diera el divorcio, él nunca lo hizo, sufrí mucho en esos días, era un gran infierno —Da
¿Qué era lo que estaba haciendo? Era lo que se preguntaba Daniel ¿cuándo él sería capaz de destruir la vida de una persona de esa manera? El ver a Danna llorar mientras empacaba su ropa, lo hizo alterarse bastante, sus palabras retumbaban su cabeza y se sentía el peor hombre del planeta.La tomó de un brazo para así hacerla detener. —¡Suéltame Daniel! —Danna sacudió su brazo, pero él no la soltó.—Por favor Danna, no te vayas, yo... no quiero el divorcio, por favor, por favor, discúlpame, me dejé llevar por el enojo, por favor... —rogaba Daniel muy alterado.—No Daniel, solo estás asustado por lo que piensen los demás cuando se enteren que me has sido infiel. —Dijo Danna con su voz quebrada— Daniel, yo nunca fui capaz de traicionar la confianza que me diste, pero veo que tú s&i
Daniel estaba sentado en un mueble y tenía sus codos reposando en sus rodillas. Nunca había creído que una cosa así pasara. Se dejó llevar por sus impulsos y ahora su esposa se marchó de su lado, había acabado con el matrimonio.En aquel momento sonó su celular.—¿Diga? —contestó.—Daniel... —era Camila.—Camila, ahora estoy ocupado. No puedo hablar contigo.—Es urgente que hable contigo Daniel, por favor, ven a mi apartamento —la joven se escuchaba desesperada.Daniel decidió ir, había caído la noche, y su mente estaba echa un desastre. Llegó al apartamento de la chica, entró y se quitó el abrigo negro que llevaba puesto, lo tiró en un mueble y vi
Belinda volteó y vio a Alex de pie frente a ella.—Alex —dijo Belinda mientras sentía cómo todo su cuerpo empezaba a temblar por los nervios.—Hola, ¿cómo estás?—Mejor.—¿Tu rodilla?—Ah..., bueno, como puedes ver ya está mejor, utilizo el parche porque apenas está cicatrizando y me parece que se ve feo.—Entiendo.En aquel momento Belinda se había dado cuenta de algo, aunque estaba tan asustada por volverlo a ver, sintió que las cosas ahora eran diferentes, podía controlarse, y, aunque supo en aquel momento que Alex no sentía nada por ella y que nunca entre los dos podía haber algo, no se sentía tan mal.—Me tengo que ir, voy a visitar a mis padres —explicó Belinda.—Ah... entiendo —Alex acentuó con su cabeza— oye... por favo