—Tengo un examen mañana mami, no puedo ir, lo siento madrina, será en otra ocasión. —Chica estudiosa —la joven esboza una sonrisa y se despide de las dos. —Diles que bajen, comemos y nos vamos. —Muero de hambre, ya las llamaré. —Amber, antes de irte por favor llévale esto a Gael —al escuchar a su madre se detiene en seco. —Uuh, ¿y es guapo?—No, es muy feo madrina —suelta y mira a su madre. —Mamá porque yo. —Bueno en realidad es muy guapo, pero ya sabes que la niña nunca podría estar con él. —Oh, y ¿por qué no? —gruñe Lena un poco indignada. —Porque es un guardaespaldas. —Hermana mía ¿te recuerdo algo?—No, ya sé lo que vas a decir, pero Martín nunca lo aceptaría.—Ve, llevale el pastel.—¿Y dónde está? —Buscalo. Amber se queja y sale de la cocina con el plato en la mano, observando en el interior de la villa. —Oh, buscalo en su habitación. —¿Habitación? La pequeña Amber, se
—Gael —murmura asustada. —No te muevas, me acercaré a ti —susurra, mientras camina con sus manos extendidas hacia delante, buscando a la chica. —No creo que esto sea un simple apagón —susurra cerca de su oído y la guía hacia la habitación que hay detrás de la cocina. —Gael, no me dejes aquí sola. —Tranquila, iré a revisar, ¿traes tu móvil contigo? —No.—Ten, si escuchas algo o a alguien extraño, llama a la policía. —Está bien. Gael, le entrega su móvil en las manos y la deja a salvo, cierra la puerta y luego se aleja lentamente, se agacha y saca el arma que lleva en su pie Izquierdo. —Sube, creo que la habitación de la chica está en la esquina —los murmullos se logran escuchar desde el lugar donde está Gael. El ringtone del móvil del escolta comienza a resonar en las manos de Amber, temblorosa revisa el móvil, y lee el nombre que aparece en la pantalla. —Liam.La niña contesta sin pensarlo y la persona del otro lado habló enseguida. —Gael, ¿estás en la villa? —Hola Liam, soy
—Si, señor Walton. —Buen trabajo. —Señor Walton —la voz del asistente Paul, se escuchó desde atrás, pero Martín, lo detuvo enseguida.—¡Paul! —la chica al verlo corrió hacia el asistente, quien la recibió en un abrazo, se alejaron e hicieron un saludo que solo ellos dos habían hecho, desde muy pequeña le había tomado mucho cariño a este joven asistente.El escolta los miraba incrédulo al ver la escena, aunque se sintió incómodo, frente a Martín no podía hacer nada. —Cariño, sube, necesito hablar con Gael. La chica quería negarse, pero no tuvo más remedio que subir a su habitación, su padre aun la trata como a una pequeña, aunque ya tuviera 20 años, se despidió del asistente y se alejó. Al entrar a la habitación, levantó su celular y revisó 20 llamadas perdidas de su hermano y 25 de su padre, se dejó caer sobre la cama y miro el cielo raso.—Agh, necesito música —susurró, se sentó, y colocó una de sus canciones favoritas. >Mientras canta, se sentó de nuevo en la
—¡Si, ¿de donde?! —inquirió el chico y Martín le mostró la parte trasera de la moto, donde podía poner sus manos.Por otro lado, Amber, levantó sus manos en el aire emocionada, recibiendo el viento, relajándose por completo. —¡¿Te gusta?! —inquirió Mey, en un grito. —¡Si, mamá!Mey, se detuvo en una intersección, se bajó de la motocicleta y le señaló a su hija que se sentara en la parte delantera. Amber la miró totalmente incrédula. —Se que puedes, te dire por donde. —¿Mamá estás segura? —ella asintió con la cabeza y la joven enseguida se sentó adelante, sujeto el acelerador, al tiempo que apretaba los frenos. —Confio en ti Amber, mi vida está en tus manos —soltó, al subirse en la parte trasera y le hizo señal a su hija para que siguiera. Amber sin ningún esfuerzo logró maniobrar la motocicleta, la velocidad, y el sentir de la adrenalina lo lleva en las venas. —No, te olvides de los cambios es todo lo que tienes que hacer —le indico y la joven asintió en respuesta. Guiando a su
—Señorita… —un joven se acerca a ella y enseguida todos se ponen en alerta, el joven estira su mano y le entrega una hoja doblada por la mitad. —Es del chico de allá —señala al lugar donde está el joven que envió la carta y Amber al mismo tiempo que sus tres acompañantes miran también en esa dirección. sin vergüenza alguna o como si estuviera acostumbrado a ese tipo de situaciones, el joven levanta su mano y la saluda. mientras que Martín al igual que Gael fruncen el ceño, al contrario de Mey, quien esboza una sonrisa. —Gracias, pero no me interesa —contesta la niña dejando al joven con la mano estirada. —Esa es mi hija. —Papá. —¿Qué? —pregunta emocionado. —¡Uuuh! —todos comenzaron a hacer bullicio. —¡¿Te rechazaron, Imán?! —gritaron todos con burla y las cuatro personas se miraron entre sí. Al escuchar eso, el joven se bajó de su motocicleta y se acercó él mismo a la chica, con 6 personas más detrás de él, mientras caminaba hacia ella grita: —¡¿Que paso muñequita?! ¿Crees que
—Señor Walton no volveré a montar con Amber, me ha dado un susto de muerte. —¡No seas un llorón! —gruñó la chica. —¿Llorón? —réplica —por poco me matas. —No exageres. —Ya chicos, vamos a comer algo y luego nos vamos cómo llegamos, Gael, Amber no te dejará caer de verdad, no lo hará. Gael mira a la mujer mayor y luego mira a la chica. —Amber, deberías enseñarle. —Es un llorón papá, ¿cómo va a aprender? —No soy un llorón y voy a aprender. Amber le saca la lengua y camina delante de ellos, adentrándose al restaurante. se sientan a la espera de una camarera, quien se acerca para realizar el pedido, al minuto siguiente la puerta se abre, y entran 4 hombres allí. —¿Amber? —pregunta al ver a la chica y frunce el ceño al darse cuenta con quien está. —¡Javi! —la joven lo saluda esbozando una sonrisa, mientras sus padres los miran atentos. —Hola —se acerca a ella, para saludarla con un beso en la mejilla y mira a Gael, quien también lo mira atento. —Mira ellos son mis padr
El sábado por la tarde Amber, estando bastante aburrida, mira su celular pasando cada publicación, hasta que en ese instante la notificación de un mensaje resonó en la habitación, la chica lo revisa. >>> Suspira pensativa. >>>>>Al terminar se miró en el espejo y bajó a la planta baja, para hablar con sus padres. Martín no se encontraba y Meylin, estaba en su oficina realizando un diseño. —Mamá —la pequeña mujer le pidió permiso a su madre, al obtenerlo subió escaleras arriba de nuevo y comenzó a buscar que ponerse. Sacando una falda prensada negra, una camiseta blanca y botas, pensando en Gael, salió de nuevo de la habitación para buscarlo, pero no estaba por ningún lado, le escribió a su hermano, para que le enviará su núme
Gael miró a la chica y sus ojos brillaron, sus miradas fijas, sintiendo algo que no podrían explicar. —Amiga nosotros nos vamos, papá me dio permiso hasta las 2 y me pase una hora. La voz de Mich, llamó su atención, enseguida se removieron incómodos, al minuto siguiente Amber y Gael también salen detrás de ellos. Afuera del antro, se acercaron al auto del joven, Gael como ya era costumbre de la pequeña chica subirse atrás, se adelanta para abrirle la puerta, pero ella la cierra de un empujón, mira sus ojos y sin decir ni una palabra, da la vuelta y entra al puesto del copiloto. él sólo esbozó una sonrisa al ver lo que había hecho. Sube y ya estando adentro intenta concentrarse, pero con la chica a su lado es muy difícil, mirándola una vez más, ella también lo mira, sin poderse contener Amber, sujeta su rostro y besa sus labios, Gael, no puede contenerse más tampoco y responde a su beso, mientras la besa siente la mirada de alguien y comienza a buscar, afuera desde el interior de un