Apenas pisamos la calle, siento una ola de calor tal como si alguien estuviese apuntándome con un secador de pelo gigante. —¡Que calor!— Exclamo de manera bastante exagerada y ella ríe.
—Verano en Las Vegas cariño.— Me dice con una media sonrisa prepotente que me dan ganas de quitársela a punta de besos. —Ven, allí esta nuestra limosina.— Anuncia señalando el lujoso auto color negro y siento que hemos hecho un viaje en el tiempo a cuando nos conocimos.
—Ha regresado mi diva.— Bromeo y ella me da un corto beso.
—Solo tuya.— Comenta con una amplia sonrisa y el chofer nos ayuda a subir las maletas a la limusina mientras que nosotros entramos en el interior.
—Aquí está m
Después de un desayuno digno de la realeza en la cama y con besos y caricias como complemento, ya estamos listos para ir a recorrer las calles y disfrutar del día. Según ella, en estos días llevara a conocer lugares secretos que hay aquí. Esta vez, hemos preferido caminar ya que los hoteles se comunican entre sí.Estamos entrando al Caesar Palace cuando ella me mira con una media sonrisa. —¿Apuestas?— Me pregunta refiriéndose a la mesa de Black Jack.—¿Es un reto?— Cuestiono con una media sonrisa ya que su manera de preguntarlo suena muy interesante.—Diez manos. El que gane más manos gana.— Propone.Esto se pone interesante... —¿Y que gana?— Pregunto de manera sugerente y me sonríe.—Lo que el otro quiera, estamos en Las Vegas baby.— Me dice con su acento americano y quiero comérmela a besos aqu&iac
Los paramédicos la han ingresado al hospital debido al embarazo, más que por la deshidratación que me han dicho que fue la causante de su desmayo mientras que estábamos en la ambulancia. Le han aplicado suero para estabilizarla, pero el doctor quiere cerciorarse que su embarazo este bien.Debo recordarme de regañarla por no hidratarse como es debido cuando salgamos de aquí y es que a veces creo que ella se olvida que está embarazada...Lentamente ella recupera el conocimiento y al verse en un consultorio me mira extrañada. —¿Qué hago aquí?— Pregunta y tomo su mano.—Te desmayaste cariño. Los paramédicos dicen que es porque te has deshidratado. Ya estás bien, pero el doctor quiere chequear al bebé.— Le inform
Tomamos asiento en una de las mesas del restaurante ubicado en el mirador del Stratosphere , y debo admitir que la vista es increíble. Los dos todavía seguimos intentando asimilar la noticia de que tendremos gemelos, y es que la noticia ha sido como si nos hubiesen echado un recipiente de agua fría encima.—¿Qué haremos?— Me pregunta dejando el menú a un lado.La miro serio. —Primero pedir la cena para que te alimentes y luego vemos el resto.——Estoy hablando en serio amor.— Me dice sin dejar de mirarme.—Yo también. Tienes dos bebés que alimentar, no es broma.— Digo queriendo que caiga en cuenta de lo que está sucediendo y cuál es su responsabilidad.<
Después de una noche de hacer las paces en aquella habitación y seguir llegando a algunos acuerdos, hoy seguimos disfrutando de estos pocos días de paz que nos quedan. Ya su agenda y la mía están llenas de compromisos, la mayoría juntos, pero alguno que otro nos tocara afrontarlos solos.—Nene, ¿seguirás caminando con es botella de agua por todas partes?— Me pregunta entre risas.—Sí, no quiero que te me vuelvas a desmayar. Además, debes mantener a nuestros hijos y a ti hidratada.— Le digo serio.Se detiene en seco en medio del casino y me mira seria. —Guapo, estoy confundida.— Dice de la nada y levanto mis cejas como preguntándole que trama.—¿Confundida?— Pregu
No entiendo como nuestra semana en Las Vegas ha pasado tan rápido. Quizás era porque me parecía detener el tiempo cada vez que le hacia el amor y la tenía abrazada a mí, pero me olvidaba que las injustas agujas del reloj seguían avanzando sin importar que es lo que creía yo.Un vuelo mas juntos, pero esta vez con destino a Los Ángeles para que conozca a quien será nuestra hija adoptiva. La observo disfrutar del ultimo trozo de pastel de chocolate que se ha comprado en el aeropuerto, y sonrió. Creo que ni ella se ha dado cuenta que este ha sido su primer antojo...—¿Qué tanto me miras?— Me pregunta al notar que no quito mis ojos de ella.Rio al sentirme como un niño a quien han descubierto haciendo una travesura y con mis dedos quito
Al día siguienteSus besos sobre mi espalda me hacen despertar. —Amor, anda despierta...— Me pide sin dejar de besarme y rio.—Un ratito más.— Me quejo como niño que no quiere ir a la escuela.La escucho reír —Yo por mi te dejaba dormir todo el día, pero tenemos la cita en la fundación en dos horas.— Me explica y ahora sí que tiene mi atención.Con un poco de flojera me volteo para verla acostada a mi lado con ese fino camisón súper corto de seda color blanco. —Buenos días.— La saludo sonriente y la miro completa.—Buenos días.— Responde de la misma manera y se voltea para darme un corto beso.
—¿Qué me tienen que decir?— Le pregunta y esos ojos azules como el mar, nos miran llenos de preguntas. Es verdad que la niña es bastante pequeña, pero tengo la sensación de que la situación que ha vivido con su madre la han hecho crecer más rápido.Mi esposa me mira y puedo ver sus nervios en sus ojos. —Princesa, a Gianluca y a mí nos encantaría adoptarte para que formes parte de nuestra familia.— Le dice finalmente mientras acaricias su corta y rubia cabellera.—No entiendo... ¿serían mis papis?— Le pregunta y no sé como estoy aguantando estas ganas de abrazarla que tengo.—Sí, serías nuestra hija. Tú sabes que yo te amo muchísimo, ¿no?— Explica y veo lo buena ma
Nuestro día ha sido maravilloso, hemos paseado por la ciudad mientras que planeábamos un poco lo que será nuestro futuro. Mañana ella debe ir a la oficina de la empresa para dejar las cosas en orden antes de irnos a Roma y luego de allí comenzar con la locura que me espera en el trabajo y viajes. Estoy realmente feliz de que vaya a venir conmigo, pero a la misma vez me preocupa que tanto viaje pueda cansarla y afectar su embarazo. Sé que ya hemos conversado de eso, pero sigue siendo algo importante para mi.Mi mente da vueltas a todas estas ideas y a todo lo hemos vivido hoy con la pequeña mientras estoy acostado en la cama y tengo mi mirada fija en el techo. —Amor...— Le escucho decirme y al voltearme a verla ella me sonríe. —¿Qué te sucede? Estabas perdido en otro universo. — Comenta y finalmente se mete en la cama.