Después de lo que ha sido una sesión de fotos digna de portadas de las revistas más importantes del mundo, entramos al recinto donde se lleva a cabo la celebración de nuestra boda. Cabe destacar que es en uno de sus lujosos hoteles aquí en Roma, a este punto, no es sorprendente el altísimo nivel de todo lo que nos rodea, y mucho menos la atención que nos brindan todos.
Bajo el sonido de una música instrumental, entramos al salón y el lugar se colma con aplausos de los presentes. Todos nos vuelven a felicitar a pesar de que ya lo han hecho en la iglesia y debo de admitir que estas felicitaciones son las más importantes de mi vida; bueno quizás es nada queden en el segundo puesto. Hemos decidido contarle a mi familia lo del embarazo esta noche y se cómo se pondrán...
—Mi amor. &mdash
La celebración de nuestra boda es increíble, jamás imagine que podíamos bailar tanto. Los invitados también parecen estar pasándola increíble, y mi familia aun sigue celebrando la noticia del nuevo integrante de la familia. Nos han regañado por haber elegido el momento del vals para darles la noticia, pero vamos... nosotros no somos una pareja típica, ¿Por qué serlo en este momento?Hemos cumplido con todos los protocolos de la ceremonia y ahora seguimos bailando pegados. Nos movemos al compas de la música y el roce de su cuerpo con el mío despierta miles de sensaciones en mi. —Amor...— Me susurra al oído mientras nos movemos y ella busca que nuestros cuerpos queden aun más juntos.—Dime rubia mía.— Le respondo de la misma manera mientras mis
Mis manos sobre su espalda, las suyas en mi cuello, la distancia entre su cuerpo y el mío es nula. Vamos caminando por la enorme suite que tiene el mismo tamaño que un departamento sin dejar de besarnos. Choco con un sofá y ambos reímos como niños. —Ten cuidado mi amor.— Me susurra y vuelve a besarme.《¿Cuidado? ¿Con ella besándome así?》 Imposible.—Tú solo bésame, así como lo estas haciendo que no me duele nada... bueno, casi nada.— Bromeo y ríe.—Puedo encargarme rápidamente de ese dolor.— Propone de manera seductora.La miro pícaramente y muerdo sus labios —Me encanta la idea.&
Abro mis ojos para encontrarme con su cuerpo tendido al lado del mío. Su espalda desnuda iluminada por los rayos del sol luce tremendamente tentadora. Miro el reloj que hay sobre la mesita de noche y me doy cuenta de que aún tenemos cinco horas para estar en el aeropuerto, es más que suficiente. Mi dedo índice comienza a recorrer el centro de su espalda mientras que mi otra mano mueve su larga cabellera rubia a un costado.Recuerdo el primer día que amanecí a su lado y la vi. Desde aquel día, me había parecido la mujer mas bella del mundo y hoy está aquí después de habernos casado por la iglesia y con nuestro hijo en su vientre. Noto que de a poco comienza a moverse y sonrió ante la anticipación de encontrarme con sus ojos grises. Gira su rostro y finalmente me mira. Una enorme sonrisa se dibuja en sus labios y me inclino hacia e
Sujeta mi mano mientras que el avión despega y sonrió levemente ya que se ha dado cuenta en todos estos meses que volar no es de mis actividades favoritas. El avión finalmente se estabiliza en el aire y respiro con más calma. —Relájate nene.— Me dice al oído y me da un tierno beso en la mejilla.Sus palabras son como esa medicina que logra quitarte todo lo malo. Muevo mis hombros, mi cuello, y me acomodo en el gran asiento de primera clase. Ella levanta el apoyabrazos que divide su asiento y el mío, y acomoda su cabeza sobre mi pecho mientras me abraza. —¿Recuerdas nuestro primer vuelo juntos?— Le pregunto a medida que aquellos recuerdos recorren mi mente.—Tenia tanto miedo...— Comenta sin mirarme.—Ese día me contaste tu historia
Apenas pisamos la calle, siento una ola de calor tal como si alguien estuviese apuntándome con un secador de pelo gigante. —¡Que calor!— Exclamo de manera bastante exagerada y ella ríe.—Verano en Las Vegas cariño.— Me dice con una media sonrisa prepotente que me dan ganas de quitársela a punta de besos. —Ven, allí esta nuestra limosina.— Anuncia señalando el lujoso auto color negro y siento que hemos hecho un viaje en el tiempo a cuando nos conocimos.—Ha regresado mi diva.— Bromeo y ella me da un corto beso.—Solo tuya.— Comenta con una amplia sonrisa y el chofer nos ayuda a subir las maletas a la limusina mientras que nosotros entramos en el interior.—Aquí está m
Después de un desayuno digno de la realeza en la cama y con besos y caricias como complemento, ya estamos listos para ir a recorrer las calles y disfrutar del día. Según ella, en estos días llevara a conocer lugares secretos que hay aquí. Esta vez, hemos preferido caminar ya que los hoteles se comunican entre sí.Estamos entrando al Caesar Palace cuando ella me mira con una media sonrisa. —¿Apuestas?— Me pregunta refiriéndose a la mesa de Black Jack.—¿Es un reto?— Cuestiono con una media sonrisa ya que su manera de preguntarlo suena muy interesante.—Diez manos. El que gane más manos gana.— Propone.Esto se pone interesante... —¿Y que gana?— Pregunto de manera sugerente y me sonríe.—Lo que el otro quiera, estamos en Las Vegas baby.— Me dice con su acento americano y quiero comérmela a besos aqu&iac
Los paramédicos la han ingresado al hospital debido al embarazo, más que por la deshidratación que me han dicho que fue la causante de su desmayo mientras que estábamos en la ambulancia. Le han aplicado suero para estabilizarla, pero el doctor quiere cerciorarse que su embarazo este bien.Debo recordarme de regañarla por no hidratarse como es debido cuando salgamos de aquí y es que a veces creo que ella se olvida que está embarazada...Lentamente ella recupera el conocimiento y al verse en un consultorio me mira extrañada. —¿Qué hago aquí?— Pregunta y tomo su mano.—Te desmayaste cariño. Los paramédicos dicen que es porque te has deshidratado. Ya estás bien, pero el doctor quiere chequear al bebé.— Le inform
Tomamos asiento en una de las mesas del restaurante ubicado en el mirador del Stratosphere , y debo admitir que la vista es increíble. Los dos todavía seguimos intentando asimilar la noticia de que tendremos gemelos, y es que la noticia ha sido como si nos hubiesen echado un recipiente de agua fría encima.—¿Qué haremos?— Me pregunta dejando el menú a un lado.La miro serio. —Primero pedir la cena para que te alimentes y luego vemos el resto.——Estoy hablando en serio amor.— Me dice sin dejar de mirarme.—Yo también. Tienes dos bebés que alimentar, no es broma.— Digo queriendo que caiga en cuenta de lo que está sucediendo y cuál es su responsabilidad.<