—Estás absolutamente loca, pero me encanta que lo estés.— Le digo al oído aun agitado por nuestra calurosa reconciliación.
Ella ríe y se aferra a mi aun sentados sobre esta silla. —Tú me haces ser así.— Me susurra.
—¿Así como? ¿Sexy o loca?— Le pregunto mientras mis dedos van recorriendo su espalda.
Esa mirada gris se clava en la mía como explicándome todo. –La manera que me miras me hace sentir la mujer más sexy de este mundo. Amo enloquecerte, amo poder sorprenderte, te amo a ti todo, todito... con cada detalle tuyo, con tu preciosa sonrisa, con estos ojos que me encantan... con este cabello.— Dice enredando sus dedos en mi cabello. —Amo cada línea de tu cuerpo nene... me traes loca.— Habla de manera exagera y me besa.
Así como ella dice que yo la hago sentir la mujer más sexy del mun
El ruido de sus pies sobre el piso de madera de la habitación, hacen que abra mis ojos. La observo caminar en cuclillas por la habitación envuelta en su albornoz de seda, mientras habla por el móvil. Miro el reloj que hay colgado en la habitación y marca las 11 de la mañana. Definitivamente hemos dormido demasiado, pero después del día y la noche de anoche, no era para menos. Me levanto de la cama, busco mi bóxer del suelo, me lo coloco, y luego busco mi albornoz y me lo pongo. Salgo de la habitación buscándola y para mi sorpresa veo la puerta de su oficina abierta. Al entrar, ella apenas me mira y solo observa la pantalla del ordenador.—¿Pero a qué hora sucedió esto? ¿Han dado parte a la policía?— Pregunta bastante preocupada. —¿Y ella como está? ¿Has llamado a su familia?—Sin poder aguantar más la curiosidad, c
Estoy muy concentrado revisando algunos reportes en el ordenador sentado en el soda de la sala, cuando escucho la puerta de entrada abrirse. Volteo para mirar y allí esta ella con una enorme sonrisa en su rostro. Supongo que ha encontrado el vestido de novia.—¡Buenas noches mi guapísimo esposo!— Dice con entusiasmo y camina hacia atrás del sofá para colar sus brazos por encima de mis hombros y así llenar de besos todo mi rostro.—¡Vaya, pero que feliz que estás!— Comento entre risas y dejo que siga dejando las marcas de su labial por mi piel.—Es que me han llamado de Los Ángeles, Consuelo ya está bien. Solo tiene que hacer reposo.— Explica feliz y vuelve a sorprenderme ya que no es solo por el vestido que está así.—Esas si que son buenas noticias.— Hablo y sin que ella se lo espere, dejo la computadora a un lado, sujeto sus
Mi camiseta cubriendo su figura y verla cocinar junto a una copa de vino es una imagen que me encanta. La ayudo con alguna que otra tarea culinaria, pero honestamente no se me da muy bien. En cambio, a ella sí, cosa que me sorprende muchísimo.—Rubia, me acabas de cerrar la boca con esto.— Digo entre risas.—¿Por qué lo dices?— Pregunta con gran curiosidad mientras sigue condimentando la salsa de tomate.Me acerco a ella y me paro detrás suyo para rodear su cintura con mis brazos. —Porque creí que no cocinabas... es más, creí que ni hervir agua sabías.— Confieso entre risas y ella deja la cuchara a un lado para darme un golpe.—¡Ey! ¡Más respeto con tu esposa!— Me exclama y para pedirle perdón beso su cuello.—Lo siento guapa, solo me has sorprendido. No solo sabes cocinar bien, si no que también te v
Tengo la impresión de que ha sido tanta mi insistencia, que no le ha quedado otra opción que ir a la farmacia para buscar la prueba de embarazo. La espero recostado sobre la cama mientras reviso mi correo electrónico y las noticias. Queda nada para todo, para nuestra boda, para los compromisos laborales, en fin... tengo esta sensación de que todo lo bueno está por llegar. De la misma manera, estoy completamente seguro de que ella está embarazada. El brillo que hay en su mirada no es simplemente el de una mujer enamorada. No sé bien cómo explicarlo, pero hace días que veo algo especial en ella o quizás es estas ganas que tengo de tener un hijo con ella lo que me hace ver todo esto... Quiero con todo mi corazón que de positivo.—¡Hello!— Me dice al abrir la puerta y me hace sonreír ya que da una vuelta tal como si estuvi
La tengo sentada entre mis piernas sobre este sofá que está siendo testigo del mejor momento de nuestras vidas. Mis brazos la sujetan fuertemente mientras que su espalada está apoyada sobre mí —Aun no lo creo.— Comenta haciéndome reír.—Te lo dije...— Replico. —Parece que te conozco más que tú a ti misma.— La escucho resoplar y sé que por una parte le da rabia que haya tenido razón, cosa que me hace mucha gracia.—¿Cómo lo supiste?— Pregunta volteando su rostro un poco para poder verme.Una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro e intento no reírme. —Bueno, primero que nada, es que hemos estado buscando a este bebé como dos locos.— Digo y finalmente me rio contagiándola a e
Si la curiosidad matara, yo ya estaría muerto. Desde que ha llegado a la casa con esas bolsas, no me ha querido decir que es lo que tiene en mente. Apenas estoy asimilando la noticia de que seremos padres y ahora no tengo ni idea de lo que ella ha preparado para pagar su apuesta. Terminamos de cenar bajo miradas llenas de felicidad y palabras que no nos salen de la boca y ella se levanta de la mesa.—Nene, encárgate de lavar los platos que yo tengo una sorpresa que preparar. Te espero en la habitación en como veinte minutos.— Me dice abrazándome desde atrás y me da un beso en el cuello que me deja sonriendo como un tonto.Yo sé que está loca, que no es de esas mujeres normales las cuales está llorando de emoción ante la noticia de su embarazo, y me encanta que sea así, pero en momentos como este
La tengo abrazada entre mis brazos con su rostro apoyado sobre mi pecho mientras que nuestras respiraciones vuelven a la normalidad, y no puedo dejar de pensar en la sorpresa que me he llevado. Rio solo ante mis pensamientos y mi esposa inmediatamente me mira con sospecha.—¿Qué te sucede? ¿Te has vuelto loco que ríes solo?— Pregunta en un tono burlón que me hace reír nuevamente.La adoro, es tan única y divertida, que dudo que algún día pueda aburrirme con ella —Solo pensaba en lo extrañamente única que eres y no dejo de preguntarme si escondes alguna otra sorpresa... No sé, quizás sabes karate o sabes bailar lambada o no se... Señora Marín, ¿hay alguna otra cosa que me tenga que enterar y en estos meses no me hayas dicho?— Inquiero con un to
Hoy ha sido uno de esos días donde ella se ha levantado de la cama demasiado temprano y no ha dormido casi nada. Sé que la videoconferencia la tiene muy nerviosa, la observo preparar el desayuno a toda velocidad, y no la culpo por como se siente, hoy se define parte de nuestro futuro. Si le aprueban la oficina aquí, estaremos más tiempo juntos, y si no lo hacen no sabemos cómo haremos. Lo único que sé es que no pienso alejarme de ella y de nuestro hijo ni un solo momento.Se mueve tan rápido por toda la cocina, tanto que me estoy mareando. —Rubia, ¿podrías bajar la velocidad? Me estoy mareando, y creo que nuestro hijo debe de estar sintiendo lo mismo.— Digo entre risas intentan disminuir un poco el estrés que hay en ella.—Es que estoy muy nerviosa, no pude dormir y mi me