Capítulo 50. Distracción

Tara abrió los ojos poco a poco hasta que recordó donde estaba: su hacienda. La gran ventana que abarca una pared completa con vistas al jardín, le provocó emoción. Hace varias semanas atrás se había visto aquí mismo, en su habitación, vistiendo el traje de novia, a unos momentos de bajar del brazo de Emerson, el padre de Alexander y dar el sí.

Su estómago se hizo nudo al pensar en él, en ese momento, cerró sus ojos y se cubrió con la sábana, soltó el aire e intentó no pensar en ayer.

Se retiró la sábana y miró el reloj de la pared que colgaba frente a ella. Las siete de la mañana. Pensó que Alexander en estos momentos

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