T R E I N T A-Y-T R E S
Me levanté y ya Eliezer había salido, estaba dormilona, a mi lado tenía a Oliver dormido, debió pasarlo cuando se fué, mi cosito hermoso era un niño guapísimo, me lo comí a besos mientras se despertaba, bostezó y gruñó un pequeño mamá y me encantó ese sonidito.
—Corazón… Debemos pararnos amor.
—Quiero dormir… —dijo abocabajo, a penas se entendía.
—Yo quiero jugar… —se levantó como un resorte y abrió los ojitos de par en par.
—Yo también…
—Ese es mi niño… —me levanté como pude, mi barriga no me dejaba, y sacudí su cuerpecito mientras se reía, se levantó y me dió la mano, fuí a su habitación y entramos al baño, subió un cajón que puso Eliezer para que llegara al lavamano y se pudiera cepillar los dientes.
En la cocina imagino que estaría la mujer que contrató Eliezer para que me ayudara, el me acompañó a mi baño y me asee, bajamos y como lo supuse la señora ya tenía todo listo, el desayuno y
T R E I N T A-Y-C U A T R O—¿Que se siente estar comprometida? —sonrió.—Como si hice algo muy grande y tengo miedo a cagarlo.—Bueno si por si sola te orínas. —miré mal a Magy.Ya todo salía a la luz, junto con eso el miedo aumentaba y las ansías y todo en conjunto, las llamadas de mi madre, mi papá y pues eso me sorprendió.Aún pienso si la noticia no solo de mi compromiso sino de mi embarazo podría cambiar la forma de pensar de los que me rodean, no sé si con esto mi madre se sentiría culpable o no sé. Lo que si se que aparte de todo esto, me sentía feliz.Puse mi mano al frente y ví el anillo de compromiso y juntó a él el anillo de juguete de Oliver, me encantaba tenerlo puesto.—Te sienta bien el embarazo, ya deseo que paras para ver a esas cositas que tien
T R E I N T A-Y-C I N C O—¿Todo bien? —Me mira precavido, entro a la cocina en busca de agua, el sigue mis pasos— Lo quisistes así. Yo quería que te sintieras la mujer más dichosa del mundo. Pero no sé por qué quisistes adelantarte.No me había adelantado, había pasado un mes y la fecha del parto estaba muy próxima. Me sentía aterrada y solo quería hacerlo. Lo deseaba.—Estoy bien cariño. Es solo que… ¿Tu lo disfrutaste? —lo miro con duda pero esperanzada.—Soy un hombre feliz. Solo deseo verte caminar hacia mi vestida de blanco.—Estoy feliz porque nuestro amigos vinieron y lo pasamos bien, se siente bien ¿Sabes? Es una sensación exquisita, no lancé el ramo o no hubo votos confesados o algo tradicional como toda mujer desea pero te aseguro que me gustó, era acogedor y lindo.Salgo de la cocina y veo a Oliver con su carrito en medio de la sala.—Si señora Crohn. Soy el hombre más feliz de tenerla a mi lado y me siento
T R E I N T A-Y-S E I SF I N A LAdaptaba mi vista a la luz de la habitación, me sentía débil ¿Es un hospital? Me pregunté, balbucee, ya que quise decir algo pero las palabras no fluían como planeaba.Al hablar Magy se acercó.—¡Al fin despertaste! Pensé que nunca lo harías. —era escándalosa.—Si… —me costaba erguirme.—Si. El doctor dijo que después del accidente, necesitarías nuestro apoyo.—¿Que accidente? —mi corazón se aceleró.—¿Cómo que qué accidente? Fany. Ibas a la empresa a trabajar y un coche que huía de la poli se estrelló contigo. —chascó la lengua.—Eso no es cierto… Eso fue hace… —trataba de hacer mente.&
E P Í L O G OAños después—Te he dicho que recojas todo lo que formaste... —su cara era el reflejo de la indignación, era muy pequeña para el carácter que poseía.— y lo quiero en menos de cinco minutos o te olvidas de ir al parque con tu padre.—¡Pero mamá esto es injusto...! —se cruzó de brazos.Esta niña me hablaba de injusticia a sus siete años de edad... Me sorprende su nivel de determinación. Desde que está creciendo ha sido la típica niña gruñona con carácter amargado, solo a su corta edad.—¿Injusto? Soy tu madre y decido el castigo sino recoges lo que hiciste.—Solo traté de que las plantas tuvieran agua, me he dado cuenta que eres una mujer olvidadiza, papá lo ha dicho... Y las flores están triste. Quería que vivieran. —ya en sus ojos se formaba una capa brillosa que nublaba su vista, no lloraba por el posible castigo sino por la molestia, era una vieja en cuerpo de niña, una viejita precoz.—Elian... ¡Obedece!.
P R Ó L O G O—¿Crees en él amor a primera vista?... —la entrevistadora alias Destino me observa con suma atención, (éste interrogatorio se hizo por separado para evitar interferencias de uno en el otro).—Creo en el amor no correspondido, ese en que tu sólamente te enganchas con la otra persona que está perdidamente enamorada o enamorado de otra que no eres tú.Amor a primera vista... Bah; quizás: ilusión, admiración, deseo... pero ¿amor?, No.No soy tan incrédula, he visto cómo otros se enamoran hasta los tuétanos y lo más satisfactorio es que la otra lo corresponde. Si lo he visto porque yo he quedado en medio y no en medio de los dos, sino, en medio del olvido.Marginados sentimentalmente.—aquí un suspiro resignado por ambos protagonista—.»»No fuí la única. Se que hay otros con el mismo problemilla que el mío. Y cuando pienso que todo sale mejor, sombras de mi pasado aparecen para dañar mi solucionada vida.<
U N ONueve de la mañana la puerta es tocada. Pensé: es Christopher con los folios. Mas un asiático de aspecto cansado y que no es Chris estaba esperandome en la puerta.—Ah... ¿ Se te ofrece algo? —no podía negar que su presencia me molestaba. Él no era culpable de que la mujer que me gustaba se interesaba por él, pero bueno no se va acabar el mundo por un amor no correspondido.—Si. ¿Puedo pasar? —se veía muy estropeado, como si lo fueran corrido sin aceite. O su rallador no tuviera agua, claro si de coche hablamos.Lo dejé pasar por educación porque si fuera por mí le cerrara la puerta en las narices. «Basta Eliezer, deja de ser tan pedorro»—Siéntate. —dije, obligando a mi voz a salir sin un tono que denote mi malhumor por su presencia.—Es rápido. Y claro, un poco extra&nti
D O SEra la grandiosa Stefanía Belmonte, surguí de un puesto de secretaría a ser la directora técnica administrativa de una de las corporaciones internacionales de Toronto, se que no surguí al principio por buenos modos, soy atractiva y tomé provecho de eso, de mi cuerpo, mi sensualidad, mi feminidad y todo cuanto podía... De ser mujer.Intenté siempre salir con alguien que me representara, mucho de esos fueron mis jefes. Tenía grandes ideales y expectativas y un hombre con su cuenta bancaria vacía no era una de ellas.Luché siempre por ser la única mujer en la vida del hombre a quien yo elegí.Rubia aunque en realidad soy castaña escondiendo mi cobrizo, ojiazul aunque son mis lentes de contacto porque mis ojos los considero grises, como mi actual circunstancia, no soy noventa sesenta noventa pero mi cuerpo es deseable, me he esforzado para ser deseada por un hombre. Mi madre me enseñó que debería ser y hacer eso para tener un futuro. Soy un
T R E STIEMPO DESPUÉSMe había quedado sin ingresos, lo peor que le puede suceder a una persona es quedar sin plata, sin medio, sin una locha, dejé de trabajar porque quise aunque me pidieron que no lo hiciera, tenía la necesidad de hacerlo. La gente me veía como algo raro, me había quedado una pequeña gran cicatriz en la cara que consumía múltiples cremas para mejorar el aspecto pero no daba resultados. El día que salí del hospital, salí diferente, no se cómo explicarlo, de verdad salí renovada, era cierto que volví a nacer, me propuse a ser lo que mi madre me aconsejó que no hiciera, sentía a pesar de ser burlada por la vida que tenía la oportunidad de cambiar mi destino.Decidí marcharme, mi madre lo dijo sin filtro: sí te era difícil buscarte un marido sin esa cosa en la cara imagínate ahora,