No podía creer las palabras que acababan de salir por su boca. Planeaba realizarle un aborto a mi hermana sin pestañear, como si se tratara de algo sin importancia.
-¿Serías capaz de hacerle eso a mi hermana?–pregunté mostrando la decepción que me causó pensar que una persona fuera capaz de tal atrocidad.
Permaneció callado durante lo que me pareció demasiado tiempo.
-Contéstame. Eso es lo que acabas de decir ¿no?
Se dio vuelta y se alejó hacia el vestidor, dejándome parada en la puerta mirando su espalda. No iba a dejarlo pasar, de ninguna manera. Lo seguí al vestidor y observé cómo se desvestía.
-¿Lo harías? ¿Matar a su bebé por venganza? &
Una luz intensa y cegadora me despertó del mejor descanso que he tenido en mi vida. Quien haya creado esa cama se merece el cielo, siento que dormí sobre una nube. Poco a poco abrí mis ojos y miré cómo alguien se movía en la habitación, la empleada de Lucciano.El lado derecho de la cama estaba vacío, así que mi esposito se había levantado antes. Anoche pensé que rompería su palabra de no tocarme. ¿Quién confiaría en la palabra de un mafioso?, pero me vi sorprendida cuando se acostó de espaldas a mí y apagó la luz para dormirse.Bueno, no se durmió enseguida, lo supe por su respiración desigual, era obvio que no lo haría hasta que yo durmiera. Intenté quedarme despierta toda la noche, pero llevaba un par de días agitados y estaba cansada, por lo que terminé durmiendo unos minutos despu&
No tengo idea de cuánto tiempo me quedé en la terraza sintiendo mucho enojo, tristeza y decepción. Repetía una y otra vez la escena en mi cabeza, donde mi hermana sufría perdiendo a su hijo y yo, a su lado, la consolaba sabiendo que su dolor era mi culpa. ¿Pero qué opciones tenía? Ninguna, estaba entre la espada y la pared, bueno, entre un arma y la pared más bien.Lucciano no cedería y aunque odiara admitirlo, tenía razón. Si el bebé de Giannella no se parecía a ella, estábamos muertos, todos. Los hijos Tonelli incluidos.El carraspeo de cierta empleada irrespetuosa me sacó de mis pensamientos.-¿Qué? –pregunté de mala gana.-Necesitamos limpiar la terraza y lleva mucho tiempo aquí.Me levanté para volver a mi habitación. No estaba de humor para replicarle nada a esta mujer.-Los pad
En el instante que la puerta de entrada cerró me acerqué mi hermana. Levanté su mentón y la obligué a mirarme. Enorme tristeza se reflejaba en sus ojos, la abracé y dejé que llorara sobre mi pecho sin importarme nada.Escuché a los dos hermanos acercarse y a mi esposo suspirar tirando de su cabello.-¿No salió tan mal eh? –preguntó Loretto sonriendo.Lo fulminé con la mirada. ¿Era idiota o se hacía? Mi hermana llora desconsolada y él bromea.-Solo quería relajar el ambiente un poco. Amargados.Se acercó al bar y se sirvió unos dedos de whiskey bebiéndolo de un solo trago, para volver a servirse más. Los brazos de mi hermana me rodearon y la apreté contra mí fuertemente temiendo soltarla y perderla nuevamente.-Todo va a estar bien Nella –mentí.Nada volver&ia
Los siguientes días los pasé acompañando a mi hermana e ignorado al resto de la casa. Solo quería apoyar a Nella, por lo que pasaba todo el tiempo en su dormitorio hablando organizando su próxima boda, que era inevitable e intentando distraerla de su dolor. A veces lloraba de la nada durante horas hasta que se dormía, para levantarse como si nada hubiera pasado. Me preocupaba un poco, pero entendí que era su manera de atravesar el duelo por la pérdida de su bebé y la traición del hombre que creyó amar.-Este me gusta –dije señalando un vestido perlado de una revista.Lucciano desde la cena con sus padres me ignoraba casi todo el tiempo, de hecho hasta ahora no había vuelto a dormir junto a mí en nuestro dormitorio. Se estaba quedando en una de la
Capítulo 13El malestar que me dejó Lucciano me impidió dormir en toda la noche. Por mi mente se repetía una u otra vez lo que había pasado. Si cerraba mis ojos y podía sentir sus manos y labios sobre mi cuerpo nuevamente, pero recordaba sus palabras posteriores y el enfado me invadía.Hasta la noche anterior tenía mis dudas acerca de Lucciano y su elección por mi hermana, pero su forma de asaltarme en la oficina y el deseo que vi en sus ojos, en su cuerpo presionado contra el mío, me confirmó que tenía sentimientos por mí. Tal vez no amor, porque dudo que pueda sentir algo tan fuerte como eso, pero sí pasión. Por eso me enfurecieron tanto sus palabras después de terminar. Quería hacerme daño para poner esa brecha entre ambos, pero me niego a darle e
La noticia del secuestro conmocionó a toda la casa. Loretto se notaba conmocionado, como si fuera imposible que su padre pudiera ser capturado, pero así era. Minutos después de que lo anunciara, lo llamaron actualizando la información. En las cámaras exteriores, vieron como arrastraban a un Tonelli inconsciente hasta una camioneta negra, y el recuento posterior de muertos fue demasiado. Cuarenta y cinco hombres fueron asesinados y la mitad de ellos quemados por el fuego.Jamás se había escuchado de un ataque como este hacia nosotros. Si bien se habían impartido guerras con otros que han querido apoderarse de la ciudad, jamás llegaron al punto de atacar por la espalda y masacrar sin ningún motivo. Por este motivo Lucciano estaba ardiendo de furia.Inmediatamente después de que Loretto entrara a la oficina, se puso manos a la obra convocando a todos sus hombres, organizando como iban a proceder,
El silencio que había en la casa segura era sofocante. Un lugar blindando con tres mujeres asustadas, nerviosas y ansiosas por noticias, no era una buena combinación. Por mi parte, me encontraba en uno de los dormitorios, sola, apartada de mi hermana y la madre de Lucciano.Ellas prefirieron quedarse en la sala, pero yo no podía estar cerca de Giannella en este momento. Seguía muy enfadada y terminaría haciéndole daño con mis palabras. Además, no dejaba de pensar en que podría convertirme en viuda dentro de poco, y si eso pasaba, sería su culpa.-Toc toc –escuché y levanté la cabeza viendo a la mamá de Lucciano apoyada contra el marco da la puerta -¿Puedo pasar? –preguntó.Asentí y se acercó sentá
La impresión que me causó ver a Lucciano inconsciente y sangrando sobre la camilla me dejó impactada.Las piernas me fallaron y tuve que sostenerme a la pared para evitar caer al suelo.Su cabeza estaba hacia un lado con los ojos cerrados, pero su pecho subía y bajaba. Al menos estaba vivo, por ahora.El médico que atendió a mi hermana estaba sobre Lucciano clavando unas pinzas en sus heridas y apretando los labios con fuerza como si le costará mucho esfuerzo.Me levante, no sé cómo, y decidí que no iba a dejarlo morir. Me prometió que volvería, y por mi vida que lo iba a hacer vivo.-¿Cómo ayudo? -pregunté remangando mis brazos.-Señora, no es momento de bromear, intento salvar a su esposo.