Por la tarde, apareció Megan, tenía el rostro cargado de tensión. Dejó el maletín en uno de los sillones y se dejó caer al lado.
— ¿Cómo nos fue? —Megan torció sus labios cuando Mina preguntó, esta estaba en su silla hundida en papeles y carpetas.
—Por primera vez he perdido un caso. —Mina levantó la mirada lentamente y giró su rostro hacia a ella son asombro, dejó lo que estaba haciendo para ir con su hermana. Megan se limpió las lágrimas, luego negó en silencio. —Jack salió sin nada de los tribunales. No pude lograr que la mujer pagara lo que hizo, ¡Se salió con la suya! —luego soltó un gruñido entre dientes, su rostro enrojeció. —El abogado nos jugó chueco…—su voz se quebró. —Hubieras visto el rostro de Jack al escuchar el vered
Macey esperaba de nuevo en el consultorio los resultados de su tratamiento, los nervios la tenían con el estómago revuelto, no había probado ningún bocado de nada al salir, el segundo medicamento tenía efectos secundarios bastante fuertes, su organismo estaba extraño que necesitaba averiguar si era normal. La puerta se abrió apareciendo la doctora, su rostro no mostró una señal de lo que estaba pasando.—Buenos días, Macey. —ella se tensó.—Buenos días, doctora.—Necesitamos hablar de los resultados, —ahora la preocupación estaba en todo el rostro de la doctora. —He descubierto que…—tomó aire y lo soltó lentamente, un momento después miró a Macey. —…no ha funcionado el tratamiento.— ¿Qué? —la voz se Macey se cortó. —Pero he
John miró a Macey quien se estaba conteniendo, él acarició su mejilla y le sonrió.—Todo va a estar bien, mi amor. —dejó un beso en su frente y luego otro en la punta de su nariz, después de unos minutos más, la doctora les pidió que pasaran al consultorio. John estaba emocionado, lleno de felicidad por lo que la vida estaba dándole, estaba al lado de su futura esposa, amor de su vida y ahora, tendrían una familia. Sentía ese hormigueo por debajo de su piel, la sonrisa no podía quitarla de sus labios, luego esta se fue esfumando cuando notó algo en Macey a su lado, así como las miradas con la doctora. — ¿No debo de estar aquí? —preguntó confundido al silencio que se había hecho en el lugar, la doctora sonrió educadamente.—Les daré privacidad para que hablen. —Macey asintió y
Byron miró las pantallas frente a él, se llevó una mano a su barbilla y se quedó pensativo.— ¿Qué quiere que haga, señor Pierce? —él negó y le hizo una seña de que se retirara. El hombre desapareció dejándolo a solas.—Esto no me lo veía venir. —susurró, miró la imagen de su hijo y de Macey en la pantalla, había escuchado cada palabra de aquella discusión, ahora sabía que Macey estaba embarazada y estaba enferma, le recordó a Michelle, la madre de ella. — ¿Qué es lo que harás, Byron? —se preguntó a sí mismo.Mina y Megan escucharon cada palabra de la boca de Macey, no sabían cómo reaccionar, lo que le dijo la cardióloga de evitar el embarazo, las había arrancado jadeos de terror, pero el saber que su herma
Eleonor salió de la oficina de John con un mal humor que ni ella podía aguantarse, el chófer le abrió la puerta y se subió, lanzó su bolso a lado de ella, contó mentalmente para poder tranquilizarse. El hombre vestido elegante que estaba al volante, miró discretamente por el retrovisor, su jefa estaba de malas.— ¿Está bien, señora Pierce? —Eleonor lo miró por el retrovisor.—Sí, llévame al club. —el hombre asintió y encendió el auto, luego, entró en el tráfico de la ciudad. Eleonor pensó detenidamente en las palabras de su hijo, él ahora también estaba interesado, sabía que no retiraría el dedo del renglón. Al llegar al edificio, sus tacones sonaron rudos contra el mármol negro, la mujer de recepción se paralizó.—Buenas tardes, se&
Macey miró la lista de invitados para la boda, tenía una manta cubriendo sus piernas, se recargó en el respaldo del sillón que estaba en la sala del ático, John no tardaba en llegar de la oficina, el sonido del elevador le hizo levantar la mirada hacia las puertas, se levantó dejando la hoja a un lado, cuando levantó la mirada para mirar a John, se detuvo al ver que no era él. —Señor Pierce, no sabía que vendría. —Macey se tensó a su presencia inesperada. Mina y Megan tenían todo listo para el gran día, Macey se sintió más agotada de lo normal, así que empezó a quedarse en el ático, John hizo lo mismo, Byron entendió que necesitaba cuidar de su futura esposa y su hijo.— ¿Necesita algo más, señor Pierce? —la asistente, Beatrice, estaba frente al escritorio esperando más pendientes. John levantó la mirada y negó.—Está todo terminado, por cierto, ¿Podrás confirmar la cancelación de los vuelos de la luna de miel? —asintió, pero él notó algo en su mirada que le hizo arrugar su ceño. — ¿Qué es lo que pasa? —Ella dudó en decirle, —Anda, sabes que puedes decirme las cosas. Habla, toma asiento. —Beatrice lo hizo, se sentó en una de las sillas frente al escritorio, dejó la tableta Capítulo 64. Ausencia
Mina comenzó a subir el cierre de la parte de atrás del vestido de novia, tenía el nudo en la garganta, intentó ser un poco más lenta para poder reponerse y que Macey no la viera así, pero falló cuando Megan intentaba limpiar sus lágrimas sin estropear el maquillaje.—Estás…hermosa. —Dijo Megan al detenerse frente a Macey, —Eres la novia más hermosa que he visto. Nuestros padres estarán viéndote desde dónde están, caminar al altar, llenándote de bendiciones…—Mina acomodó el velo que caía de manera elegante desde el recogido de Macey. Se puso a lado de Megan para mirar a Macey finalmente ya lista.—Gracias, gracias por todo. —Susurró Macey, su labio inferior tembló por un momento, —Son mi vida, nunca lo olviden. —Mina y Megan la abrazaron con cuidado de no arruinar
La música sonó en todo el lugar, había carpas blancas, una gran pista iluminada y un área de dj, los invitados seguían en sus mesas esperando que la pista fuese aperturada por los ahora, los Pierce. Macey miró su reflejo en el espejo del baño de la primera planta, intentó ocultar su episodio a todo mundo, escabulléndose por un momento, pero John la tenía vigilada, esperaba afuera del baño sin que ella se diera cuenta, sabía que sería bastante para ella y más en su condición. Se lavó las manos y las secó, se intentó mover por el vestido tan grande que no se había dado cuenta que ocupaba casi todo el espacio, maldijo entre dientes al no poder moverse con facilidad. Abrió la puerta y se encontró con John.— ¿Te encuentras mejor? —Macey suspiró, no le vendría bien mentirle ya que hab&iacut