Al terminar la cena, se fueron a casa, mientras tanto, Mason esperaba afuera en la entrada, caminó de un lado a otro pensando donde estaba su esposa, por qué aun no llegaba y por qué las tres tenían el celular apagado. Vio las luces de varios autos, dedujo de inmediato que eran las tres, y efectivamente se asomó la Rover de Macey, el convertible BMW de Mina y por último el Bentley de Megan.
Se bajaron de sus autos y usó su sarcasmo con Mina, al ser la primera en acercarse a la entrada.
― ¿Y no traes hoy un hombre contigo? ―Mina se detuvo frente a él, soltó un largo suspiro, puse su mano en el hombro de este y negó lentamente.
―Pronto no tendrás que mirarlos más. ―caminó a la entrada desapareciendo de la vista de Mason, quien estaba tenso, preocupado y su estómago hecho un nudo. Macey saludó sin decir una palabra y siguió al interior, Megan venía hacia a él.
― ¿Por qué tienes tu celular apagado? ¿Sabes lo mortificado que estaba? ―Mason se quejó, Megan finalmente se detuvo frente a él, contempló su rostro unos segundos más sin decir nada, Mason arrugó su ceño al no escuchar una respuesta por su parte.
―Tenemos que hablar. ―Mason se tensó más de lo que ya estaba. ―Y es en serio. ―Megan lo esquivó y subió las escaleras para dirigirse al ala oeste de la casa, que es el área dónde estaba viviendo con su esposo. Al cruzar el corredor principal, llegó a la sala que estaba al adentrarse más, luego las habitaciones principales, Megan entró se retiró su saco del traje y se descalzó, Mason entró y miró a su esposa, pensó que debió pasar algo malo ya que no estaba discutiendo con él como se había acostumbrado este último año. Esta se sentó en la orilla de la gran cama y soltó un largo suspiro.
― ¿Ha pasado algo en la empresa? ―Megan levantó su mirada a él que siguió de pie de brazos cruzados cerca de la puerta de la habitación.
―Nos vamos a divorciar. ―Mason arrugó su ceño, ¿Divorcio? ¿Seguía con esa idea?
― ¿Por eso es que estás así? ¿Callada? ―Megan presionó sus labios color rojo carmín y luego suavizó su rostro.
―Estoy cansada, Mason.
Mason finalmente entendió que lo que estaba diciendo su aún esposa, era real. Este se recargó en la pared a lado de la puerta y poco a poco comenzó a deslizarse hasta quedar sentado en la alfombra.
―Entonces está pasando…―susurró, pero Megan había escuchado a la perfección sus palabras.
―Está pasando, Mason. ―él levantó su mirada de sus manos y miró a Megan.
― ¿Es por la falta de intimidad? Por qué si es así…
―No, Mason. No es en sí por el sexo, es solo que ya no estamos conectados. No somos los mismos de hace años atrás. Esto se ha enfriado y no necesito estar casada y ser infeliz.
― ¿Eres infeliz? ―preguntó Mason atónito.
― ¿Estás bromeando? ―sonó irónica Megan.
―Bueno, ―comenzó a levantarse Mason, para sentarse sobre sus talones frente a Megan que seguía sentada en la orilla de la cama, este tomó sus manos que tenía ella sobre su regazo. ―Sé qué llevamos un año sin tener intimidad, que nuestros trabajos nos consumen, que lo único que queremos es llegar a descansar…
―Pero lo único que hacemos es discutir, pelear por cualquier cosa, siento a veces que me odias, como si yo fuese tu carcelera, como si…―le llegó un mensaje a Megan, iba a verlo pero se detuvo, ―Esto no está funcionando, Mason.
―Pero si… ¿Y si vamos a terapia de pareja de nuevo? ―Mason empezó a desesperarse.
―No funciona con nosotros. ―sonó de nuevo el celular de Megan, lo buscó en el interior de su pantalón y vio el mensaje de Ernest por la barra de notificaciones sin abrirlo, decía algo como: “Conseguí pruebas para acelerar el proceso de divorcio” Megan arrugó su ceño, ¿De qué estaba hablando Ernest? ―Espera. ―Megan se levantó y se alejó de Mason, este se sentó en la orilla de la cama y la siguió con la mirada.
Abrió el mensaje y vio fotos de Mason con otra mujer, luego fotos con…un niño. Por un momento sintió un fuerte escalofrío recorrerle de pies a cabeza, su corazón se agitó con fiereza y la ira comenzó a correr por su sangre. Leyó que era hijo de Mason, que la mujer era su amante y que tenía una casa a nombre de ella, averiguó también que estaba desviando dinero de su cuenta a otras, que estaban conectadas con la mujer.
― ¿Está todo bien? ―preguntó Mason a su espalda. Megan sintió como su labio inferior tembló, al parecer Mason se había ido a cumplir su sueño de ser padre. ― ¿Megan? ―esta se giró y lo miró detenidamente.
― ¿Cuántos años tiene? ―Megan preguntó, Mason estaba confundido.
― ¿Quién? ―arrugó su ceño.
―Tu hijo. ―Mason abrió sus ojos mucho más de lo normal, pasó saliva con dificultad, su postura cambió a uno de defensa.
―Acaba de cumplir dos años. ―Mason se levantó y no bajó la mirada de Megan. ―Si esperas a que me disculpe por ser padre, toma una silla y siéntate. Por qué eso jamás ocurrirá, Megan.
Megan no mostró ninguna reacción a sus palabras, por dentro estaba hecha fuego, pero era fuerte, demasiado y no le demostraría que su traición la estaba afectando. Repasó mentalmente todo detalle de lo que tenían los dos.
―Te equivocas, Mason. ―Mason se tensó al ver la frialdad en ella. ―Jamás te pediría semejante cosa. ―Megan bloqueó su celular y lo guardó de regreso a su bolsillo. ―Ya que nunca he esperado NADA DE TI. ―Mason sintió una punzada de ira.
― ¿Quieres el divorcio? Antes me darás todo lo que te pida. ―Mason torció sus labios. ― ¿No crees que el aguantarte lo merece?
Megan sonrió.
―Más vale que tomes tus cosas y salgas de inmediato de esta casa.
―No me iré, Megan. Hagas lo que hagas, hasta que me des lo que quiero, seguirás en esto conmigo.
― ¿Cuánto es lo que te robaste de mi cuenta privada? ―Mason alzó sus cejas con sorpresa.
―No sé de qué hablas. ―el porte de intimidación se desvaneció. ― ¿Ahora me vas a involucrar en algo falso?
―Tengo pruebas de tus desvíos de dinero de mi cuenta, así que quédate con los cinco millones que te robaste, será tu compensación por haberme soportado cada año de matrimonio, ve toma tus putas cosas y sal de mi casa….―dijo Megan con ira contenida y apretando sus dientes sin dejar de mirarlo. ―…o tomaré cartas en el asunto para hundirte en la cárcel.
Mina se cruzó de brazos mientras observó desde la ventana de su habitación a Mason subir sus maletas a la parte trasera de su auto, pensó que Megan había puesto definitivamente un fin a un matrimonio de cinco años.―En fin…―se giró hacia su cama, en ella había un hombre joven de unos veintitrés años, en ropa interior, a primera vista uno pensaría que era un modelo, de esos que tienen su abdomen con cuadros bien marcados y un rostro de chico malo, pero era el chico del valet parking del restaurante dónde había cenado con sus dos hermanas.― ¿Todo bien? ―Mina asintió y sonrió, comenzó a desvestirse lentamente hasta dejar caer todo a sus pies, ―Eres una mujer hermosa, ¿Lo sabías? ―Arthur preguntó en un tono de voz seductor.―Lo sé, todo el tiempo me lo dicen, pero… ¿Sabes que tienes el
Por la mañana en MC Cosmetic, Mina, Megan y Macey estaban en una reunión importante, estaban a poco de lanzar la nueva colección de maquillaje y una línea de sombras, habían sido unos meses intensos, aunque las tres tenían todo los conocimientos del negocio, fue un poco difícil adaptarse a nuevas áreas aparte de las que tenían ya, Macey era la directora de finanzas, y se encargaba de todo lo administrativo, ahora, tenía el área de recursos, él último lugar para saber si una persona sería contratada, ella era quien tenía la última palabra. Megan era la encargada de todo lo legal, así como los permisos, contratos para nuevas adquisiciones, y ahora, también todo el piso de publicidad estaría como jefa. Y por último, Mina, ella era la cabeza de la empresa y había decidido que antes de hacer cualquier movimiento, tomaría e
Macey al escuchar las palabras de John, le había provocado una opresión en su pecho. Era una molestia que no podría describir. ¿Qué es lo que le pasaba? ¿Por qué seguía esperando que John siguiera sintiendo algo por ella a pesar de haberle roto el corazón? Era claro que no era así, de alguna manera quería hacer las paces con el pasado para poder avanzar…con otra mujer. No con ella.Macey bajó la mirada a su taza de café.―Después de tantos años…―Macey levantó lentamente su mirada hacia a él, ―Vas y te apareces a mi oficina, das gracias por ayudar a los Cox, luego te vas, me llamas en la noche para pedirme que tomemos un café, me niego y esta mañana cuando acepto ese arreglo gigantesco, decido venir… ¿Y me dices que solo quieres avanzar? ―John repasó sus palabras rápidamente confundid
Megan tenía las manos sobre el mármol del lavamanos de su oficina, tenía su mirada en el reflejo del espejo.―Es lo mejor, Megan. ―se dijo a sí misma, ―Tienes que sacarlo de tu vida.Escuchó la puerta abrirse ya que la del baño la tenía así.― ¿Señorita Crawford? ―se miró de nueva cuenta y salió. Su asistente estaba cerca de la puerta, tenía la tableta contra su pecho.―Dime…―Megan caminó hasta su silla.―El señor Jones avisó que el señor Warren va a llegar dentro de diez minutos, que se ha atascado en el tráfico de la ciudad.―Bien, gracias. Avíseme cuando llegué…―la asistente asintió y luego salió de la oficina. Megan se dejó caer en su silla y la giró para el panorama a su espalda, había edificios vecinos, el cielo azul, era las nueve y cu
Megan miró a Mina que estaba distraída y que se estaba tardando para ordenar la comida, miró a Macey quien también la miró algo, ansiosa.― ¿No pedirás lo de siempre? ―preguntó Megan, Mina alzó la mirada del menú.―No podría ya que no está en el nuevo menú. ―Mina era la única que siempre pedía lo mismo. ―Debería de quejarme con el dueño. ―Macey soltó un largo suspiro.―Hazlo en otro momento, estamos muriendo de hambre y sabes que ordenamos al mismo tiempo, prueba algo nuevo, anda. ―Macey dejó el menú frente a ella empezando a irritarse por el hambre y ni se diga Megan.―Bien, ya, dejen de mirarme así. ―Mina revisó de nuevo y pidió al final una ensalada sencilla, para su sorpresa notó que su mesero era de nuevo, Arthur. Este le sonrió con emoción, ella solo neg&oa
Porter terminó el platillo como todo un profesional en la cocina, los empleados se habían quedado sorprendidos al ver que se había puesto una filipina y se hizo un espacio libre para cocinar a lado de ellos. Se retiró rápidamente la filipina y se lavó las manos para llevar el platillo personalmente, sonrió discretamente, pero luego se detuvo en la salida de la cocina cuando ellas estaban saliendo del local, la sonrisa desapareció lentamente, los meseros lo esquivaron al ver que no se movió de su lugar, Arthur estaba regresando con la charola con los platos vacíos a excepción de la ensalada que estaba intacta, vio a su jefe regresando al interior de la cocina, al entrar del otro lado, notó que tenía en la charola el platillo, Porter y &eac
Mina y Macey vieron a Mason irse de la empresa sin que este las viera, entraron a la oficina de Megan quien pareció no haber pasado por aquel huracán de ira con su ex.― ¿Quieres hablar? ―preguntó Mina sentándose frente al escritorio, Macey se quedó de pie, descansando sus manos en el respaldo de la silla.―Tenemos trabajo. Se acerca un lanzamiento, mi abogado se encargará de todo. No hay más que hablar por el momento. ―Macey y Mina entendieron que debían de dejarla sola, y así fue, ambas se fueron.Después de un par de horas, Megan estaba en un rincón de su oficina sentada en el suelo, una botella de whisky, el favorito de su padre, esta dio un largo sorbo a su copa de cristal, iba a cumplir treinta años, pronto sería una mujer divorciada, sin hijos y sola. ¿Eso era lo que había planeado a futuro? A esta edad ella quería hij
John colgó la llamada con su persona de confianza que radicaba en Italia, había dado órdenes de encargarse de hacer prioritaria de sus cosas personales y enviarla a New York, negó vender, mejor dejaría la casa cuando necesitara tomar vacaciones o alejarse de su padre, lo cual no descartaba ya que sabía que en algún futuro tendría que alejarse.― ¿Ya terminaste? ―John se giró a la puerta del despacho de su padre, su madre tenía en sus manos una charola de plata. Él asintió y sonrió al verla, ella entró y dejó en la mesa del centro de la sala la charola. ―Finalmente podré disfrutar de la presencia de mi único hijo. ―John sonrió y se acercó para saludar a su madre, dejó un beso en su frente y la abrazó, pero era de esos abrazos que podían llegar hasta el alma, así se quedaron por unos momentos m&aacu