Megan soltó una carcajada al escuchar a Jack contarle un chiste, estaban los dos sentados en el bar de un restaurante del muelle, tenían una hora que habían llegado y ella había por primera vez…apagado su celular. –claro, primero avisó a sus hermanas con quien estaba y dónde- Ambos tenían ese babero de plástico con el logo de la langosta sonriendo.
―Dios mío, ¿Recuerdas a la maestra de música? ―Jack sonrió y asintió antes de dar un gran sorbo a su tarro de cerveza bien fría. ―La maestra era muy estricta, recuerdo haberme quedado hasta las cuatro de la tarde castigada al ser descubierta cuando suplí a Mina, nunca descubrimos como nos había detectado.
―Vaya, esa si es impresionante. ―Megan dio un sorbo a su tarro de cerveza que estaba a punto de terminar. ―Yo no tengo hermanos, ni familiares. ―Megan arrugó su ceño a la d
Macey estaba abrazada a si misma viendo el océano, John llegó a su lado y le entregó una copa de champagne.―Aquí tienes, mi querida amiga. ―John sonrió, Macey presionó sus labios y negó soltando enseguida un largo suspiro, aceptando la copa.―Parece ser que te divierte la situación. ―dijo Macey regresando la mirada al océano, el clima era agradable pero un poco frío a la vez.―No es que me divierta, pero se me hace un sueño verte aquí, a mi lado. Creo que en cualquier momento voy a despertar…―Macey posó sus labios en la orilla de la copa y antes de dar un breve sorbo, habló:―Solo es un almuerzo, Pierce. ―luego dio el sorbo.―Uno de tantos. ―Macey giró su mirada a John que estaba dando un sorbo a su copa.―Eso ya veremos.Después de un par de minutos, el chef a cargo del almuerzo, anunció que est
Jack y Jaren reían de uno de los intentos de chistes de parte de Megan, Mina solo negó y dio un largo sorbo al resto de cerveza, en medio de la mesa había dos langostas a mitad de terminar de comerse.―Bueno, creo que es hora de terminar, estoy cansada. ―Mina anunció, Megan hizo un gran puchero.― ¿Por qué tan rápido? ―preguntó decepcionada, hace mucho no se la pasaba tan bien, solo había faltado Macey para completar esa tarde-noche de langosta, cerveza y chistes.―Por qué estoy cansada. ―Mina miró a Jaren. ― ¿Te vas o te quedas? ―eso le molestó a Jaren y lo disimuló, Megan y Jack se miraron disimuladamente por como Mina le había hablado.― ¿Estás molesta? ―preguntó Megan cuando su hermana se puso de pie para tomar su bolso.―No, estoy cansada. ―remarcó irritada, Jaren la miró desde su lugar.
― ¿Y si cambiamos el lugar del lanzamiento? ―Byron preguntó a su esposa que estaba del otro lado de la mesa de la sala de juntas, John miraba un punto fijo en los documentos que tenía entre sus manos, estaba hundido en sus propios pensamientos, no había hablado, ni mensajeado con Macey desde ese día en el muelle.―Tenemos que hacer este lanzamiento por todo lo alto… ―Eleonor anunció, luego miró a su esposo. ―Y no quiero límites.―No voy a escatimar en gastos, lo sabes. ―dijo Byron, luego miró a su hijo en espera a que dijera algo, pero estaba callado. ― ¿John? ―lo llamó su padre, este levantó la mirada y asintió a toda prisa.―Sí, no hay que escatimar en gastos. ―se aclaró la garganta y luego cerró la carpeta, miró a su madre. ―No dudo que sea una de los mejores lanzamientos que has organizado, madre. ―Eleonor sonrió.
Macey miró detenidamente el final del reporte del mes, las ventas se habían triplicado durante el primer bimestre desde que tomaron el mando de la empresa; comenzó con sus dedos a mover su pluma concentrada en los números. La reunión terminó, pero las tres hermanas se quedaron para debatir unos puntos.Mina era quien empezó a destacar los puntos a trabajar, después de hacerlo, se sentó en su silla, Megan tenía unas grandiosas ideas de publicidad para el siguiente lanzamiento de maquillaje, Macey asintió a cada decisión, sus hermanas estaban tomando muy buenas decisiones.―En dos semanas es el lanzamiento de nuestro nuevo producto, ya está el lugar, así como las modelos, la música…―El pago de cada empleado de la casa, la comida, cristalería, mantelería, el templete y los meseros…―anunció Macey.―Ya la pu
Jack miró detenidamente cada nota que había hecho acerca de la información de la posible dirección dónde podría encontrar a su esposa, tenía que encontrarla, así como a los hombres que trabajaron para ella, tenía que encontrar a como diera lugar, pero estaba dándose cuenta que lo que tenía de dinero para buscarlos, se estaba acabando, tenía que pagar renta, tenía que comprar algo de comida, ya que si seguía comiendo ramen, su salud se vería perjudicada más adelante. Se pasó sus dedos por su cabello y cerró los ojos con fuerza. ―Tienes que pensar co
Mina miró a lo lejos el auto de Jaren parqueado frente al restaurante. Sus manos apretaron el volante con fuerza, tenía una molestia en su interior que no la dejaba, tenía que quitarse eso para seguir con su vida, solía tener amantes casi seguido en su cama llenándola de placer y lujuria, pero desde que Jaren había estado con ella, no había tenido ese apetito por buscar a otros, al contrario, no tenía ganas de tener a alguien a excepción de Jaren. ¿Qué le había hecho? ¿Acaso algún tipo de brujería para que no estar con alguien más? Quería volver a estar con él, aunque sus propias reglas se lo impedían.Entonces se congeló en su lugar al ver a Jaren hablando con una mujer al salir del local, le puso el abrigo como todo un caballero y le sonrió. ― ¿Que mierdas es esto?―Mina murmuró para sí misma, Ja
Mina escuchó que era su hermana, así que con lo poco que le quedaba de dignidad ante la escena ridícula que hizo al seguirlo, tenía que salir airosa de alguna manera, así que sutilmente extendió su mano y sonrió.―Mucho gusto, Mina Crawford. ―Connie extendió su mano para aceptar su mano pero se congeló en su lugar, abrió sus ojos con mucha sorpresa y luego se llevó una mano a su boca.― ¿De los cosméticos Crawford? ―Mina asintió lentamente, luego se soltaron de la mano.―Connie, por favor. ―dijo Jaren intentando que su hermana menor no brincara alrededor de ella emocionada.―Amo todas las líneas de sombras, las del maquillaje, los tratamientos de la piel, ―Connie se tocó las mejillas con sus dedos. ―Me tienen mi piel hidratada como ninguna otra lo ha hecho, además, ―hizo un gesto de satisfacción. ― ¡Los labiales
Salieron del departamento de Jack, Megan sintió que tenía que ayudarlo de alguna manera, pero sin que él supiese que ella lo estaba haciendo. Cuando había leído todo acerca de Jack y de dónde estaba viviendo, sabía que había tomado la decisión correcta. Megan miró a Jack cuando llegaron a la acera dónde tenía estacionado su auto. ― ¿Quieres comida italiana? ―preguntó algo ansiosa.― ¿Qué te parece comida co