Narra Idally:
Fui sacada arrastras de mi casa, no entendía la razón, ni por qué estaban haciendo las cosas, pero tampoco les cuestioné.
Escuche a Karim gritar y exigir que me liberarán pero ninguno lo hizo al contrarió dijeron que habían sido órdenes, él único que podía darlas era Iker.
Entonces él lo había hecho.
—Maldito Iker—susurré entre dientes mientras me llevaban.
Después de caminar por unas largas horas llegamos hasta la mazmorra, nadie conocía de ellas pero lamentablemente yo más que nadie las conocía, había estado en ellas cuando apenas tenía uso de conciencia.
me empujaron hacia dentro, mi cuerpo toco el duro y frío piso, detrás de mi cerraron las puertas, tras las rejas mire a niños, compañeros de mi clase, todos en la misma situación que yo.
No nos necesita—respondió Néme con simpleza—Así son los que tienen poder, ellos se deshacen de lo que no necesitan
Entonces caí en cuenta que no necesitaba a habitantes débiles. Los guardias platicaban entre ellos sobre la ejecución de nosotros, la cual sería después de la transformación del alfa.
Uno de los guardias paso por las rejas y comenzó a dar números, al llegar a la mía abrió y metió a un pequeño niño que lloraba, hecho prosiguió a hablar—Tú eres el número 120—me señalo—y tú el 121, esos son sus nombres desde ahora.
El hombre se marchó, los números dados sin duda eran para la ejecución me acerque al niño y arrulle entre mis brazos, él no paraba de llorar.
—Todo estará bien—susurré para calmarlo.
Lo prometes—preguntó con ilusión
Como le diría que no a esa carita de angelito que tenía, entonces mentí—Claro lo prometo. ¿Cuál es tú nombre pequeño?
—Mi nombre es Daniel—sonrió
Un gusto Daniel, yo soy Idally—respondí besando su mejilla.
Un hermoso niño—exclamó Néme—es nuestro—declaró
Automáticamente Néme lo había declaró como suyo y yo no estaba en contra, al contrario sentía que debía protegerlo.
Los días comenzaron a pasar lentamente y estos eran tortura para cada uno de los que estaban aquí, día a día cada uno era golpeado, maltratado y mucho más.
La comida ofrecida era tan poca que ni siquiera alcanzaba para llenarlos, pero aun asi no podían, ni debían quejarse.
Narra Karim:
Esto es injusticia, hacer eso está mal, donde quedo mi mejor amigo, por más que intente hallar parecidos en él desconocido que tengo frente mío no logro encontrar nada, simplemente me sigo decepcionando.
—Karim—Gruñó con autoridad
Perdón, no prestaba atención—Respondí sin siquiera mirarlo
—Intenta prestar atención, faltan pocos días para que sea el alfa completamente—expreso sonriendo
Iker, ¿Qué dirían tus padres si vieran todo lo que has hecho? ¿Estarían felices?—le cuestioné intentando que por ellos recapacitará.
Sin embargo...
Iker ni se inmutó al oírme, al contrario su expresión seguía siendo la misma—Es una lástima que ellos ya no estén aquí, Mi padre hubiera hecho cualquier cosa para levantar a la manada y mi madre hubiera aceptado cualquier decisión que él tomará—en su tono de voz había frialdad, una frialdad capaz de dejar temblando al que la escuchara.
—Están muertos—dijo con simpleza haciendo un movimiento de "No importa"
Me quede callado, me vi sumergido en mis pensamientos, él aun no es alfa pero da las órdenes como si realmente lo fuera.
Él definitivamente no es el alfa que requerimos, no es Él alfa que decía que cambiaría las cosas en esta manada, se vio arrastrado por el poder y la ideología de este lugar.
Del Iker que conozco ya no queda nada, jamás conocí a sus padres pero tenía la esperanza que hubieran sido diferentes pero él se expresó como si hubieran sido peor que él.
—Si tienes algo que decirme dímelo a la cara—Su voz potente y firmé me hizo volver a la realidad.
Su semblante frío causaba en mi un poco de miedo pero para mí era imposible demostrarlo, me armé de valor y respondí.
¿Qué acaso nadie busca a la gente que tienes encerrada? ¡ESTAS VIOLANDO SUS DERECHOS!—exprese enojado, tal vez creía que si le hablaba así el reaccionaría pero no fue así, mientras más le mostraba mis emociones, su expresión tenía una sonrisa que daba a entender un "Gane"
—¿Buscarlos?—cuestionó con su típica sonrisa de burla, se estaba burlando de lo que le dije—Son órdenes Karim, ellos obedecen porque tanto como yo, creen en mí, creen que puedo lograr lo mismo que los antiguos alfas, lo mismo que mis padres, pero no, yo lograre mucho más que ellos.
Su rostro tenía una sonrisa, sus ojos ya ni brillaban como en el pasado, ya no era el mismo, él no era igual, el de ahora era un monstruo, el monstruo que destruiría todo a su paso y arrastraría a cualquiera que se pusiera en su camino impidiéndole cumplir su objetivo.
A diferencia de él, no sonreí, estaba pálido observando en que se había convertido, pero por más que intentara buscar la razón de su cambio, no la encontraba—Sabes—su voz se hizo presente.
Cambiaré a la manada, pero a mi forma—expreso sin piedad, ni sonrisa alguna—MOLDEARE esta manada como si fuera una pieza de PLASTILINA.
el oírlo hablar así no me permitió callar—Iker, ¿Qué demonios te paso?. Tú no eras así, decías que cambiarías todo aquí, qué harías que dejarán esas falsas ideologías y más, pero ahora no te reconozco—Grite
El tono que use no pareció gustarle, su expresión lo decía todo—Lárgate, no quiero oírte—Gruñó
No me iré hasta que recapacites—le grite
—Lárgate—ordenó con semblante frío.
No pude decir nada, porque era una orden, una orden de un Alfa y yo debía obedecer, por lo mismo me di la media vuelta y salí de aquel sitio.
Narradora:
Estar encerrada era lo que más odiaba Idally, pero al menos tenía a Daniel junto a ella y eso la hacía mantener la cordura.
El mísero alimento que recibía era poco pero aun así prefería darle de comer al pequeño en vez de alimentarse a ella misma, apenas habían pasado 4 días y la mirada cansada de Idally comenzaba notarse, los demás estaban igual o peor que ella, los guardias los hacían trabajar sin descanso para fortalecerlos o eso era lo que ellos decían.
El cuerpo de muchos estaban demasiado agotados, varios eran llevados nuevamente al encierro por el desgaste extremo de su físico, de los 121 que habían, en menos de dos semanas ya solo quedaban 70, el resto había muerto o se encontraba enfermó por tan mala calidad de vida que les daban.Idally procuraba que Daniel no se enfermará, aún si eso le costaba a ella misma su propia vida, el cansancio se asomaba en todos, la desnutrición era evidente, se notaba en sus cuerpos, los huesos de la mayoría se asomaban a través de su ropa sucia, se veían las ojeras que tenían y el cuerpo cubierto por moretones, cicatrices y heridas infectadas por no ser atendidas.los guardias no tenían compasión con ninguno, nadie era la excepción, a todos les iba por i
Iker fue felicitado por todos los presentes incluso por su Beta que sólo lo hizo por compromiso.Felicidades—Expreso dándole una palmada en su espalda sin sonreír—Gracias Karim—dijo con una sonrisa, la cual que se desvaneció al ver que su amigo no sonreía del mismo modo que él lo hacía.Era una "felicitación" por compromiso y eso no le gustaba para nada.¿Me puedo ir ahora, Iker?—le cuestionó Karim fríamenteEres mi beta, debes quedarte—gruño con enfado—y te quedarás.Si claro Alfa—expreso mirando a o
¿Quién era? No era nada más y nada menos que Iker, él había detenido la ejecución, todos miraban con confusión la escena que estaban presenciando, mientras Idally no sabía si estar agradecida por estar viva o prefería estar muerta en ese instante—pero, alfa...—Quiso decir más el hombre que la ejecutaría pero, Iker no lo permitió ya que había cogido la mano de Idally jalándola para llevársela, cuando él hizo eso, ella jalo al pequeño tras ella, no planeaba dejarlo por nada del mundo.Lo protegeria de cualquiera.Narra Idally:Creí que moriría, pero cuando todo se detuvo ten&i
Ella no puede ser mate de él, Ella es mía—gruñó Iries con enfadoÉl se había enamorado, yo la había comenzado a querer pero ella era prohibida para los dos.La subí con delicadeza y busqué una habitaciones desocupadas, le mostré la suya al pequeño, él entró a la habitación mientras que yo fui a llevarla a ella a la habitación de lado.La recosté despacio para no despertarla, se veía mucho más frágil de lo normal, extrañaba verla, pero lo que más extrañaba era su aroma, si, si podía sentir su aroma pero no tenía ni la mínima idea del porqué.La observé un rato hasta que tuve que marcharme porque Iker me buscaba.A Kiara, ¿La hija de la manada vecina?—cuestione dudoso por su peticiónSi, si no a quien más—respo
El ocasionaba miedo en mí, pero aun sabiendo eso, no era tiempo de huir, quizás era tiempo de intentar de dejar de escapar solo para protegerme... Romy ese hombre me da miedo—expreso Daniel abrazándose a sí mismo —No temas mi niño, yo siempre estaré para protegerte—acaricié su cabello Te quiero Romy—respondió dejando un cálido beso en mi mejilla. Toc... Toc.... Toc... —¡Puede pasar!—Dije en voz alta. La puerta se abrió dejando ver un rostro con semblante frío, la mirada vacía y la oscuridad completa detrás de una sonrisa... ¿Cuál es tu nombre?—me cuestiono mirando al p
Cuándo ellas recuperan su alma, se puede ver a su loba cambiar de color dependiendo de la fuerza que estas tengan en sí.Estos hechos han transcurrido desde tiempo atrás. Daniel tenía que cuidarla y para ello su edad se detuvo dejándole verse como un niño hasta que ella recuperará el envase de su alma, sólo de ese modo él podría volver a tomar su apariencia real.Narra Iker:Después de salir del despacho fui a casa de la manada vecina, mientras iba en caminó a está, algo comenzó a inquietar a mi lobo.Regresemos—gruñó KillerAhora... &iqu
Karim—¿Dónde queda Idally en todo esto?—Jamás me ha importado lo que pase con ella, jamás he querido realmente estar con ella, no siento nada, me da lástima el solo verla—confeso¿Lástima? Este tipo es de lo peor, ni siquiera me hace falta verlo para saber que en este instante debe estar con una sonrisa él muy estúpido—pensó el pequeñoDaniel no quiso quedarse a escuchar más, lo que había oído era más que suficiente para saber que debía encontrar el cuerpo real de ella, era una situación urgente.Narra Daniel:
—¿Ahora que harás señorita?—cuestionó—dudo que quieras quedarte a sufrir con un bueno para nada como él estúpido sentado en la sala—rio con gracia¿Ahora que debía hacer? ¿Era libre?Podría ser un nuevo comienzo a mi vida—Aún estamos atadas a el—respondió mi loba—no es ningún comienzo, es el infierno.—aclaróNo, me negaba a quedarme y ser dañada, el solo recordar las heridas en mi cuerpo y sus agarres bruscos en mi piel, me hacía temblar, sentirme totalmente desprotegida.mientras pensaba,