CAPITULO 2

CAPITULO 2

Raquel prefiere contratar a una niñera rápidamente, todas sus amigas le habían hablado de Amelia y cuando vio su currículum al enviarlo se dio cuenta que se trataba de la misma mujer.

La cito de inmediato porque podía tener para niñera que todas sus amigas habían intentado retener y no habían podido, la manera de decirle a la alta sociedad que ella seguía siendo mejor.

Amelia se presenta muy temprano en la mansión con todos los requisitos que le había pedido Raquel, la paga era demasiado buena y además había una posibilidad de encontrar a su hija.

El tema ya se había convertido en una obsesión para la mujer porque no podía creer que no podía tener a su hija de nuevo en sus brazos.

Soñaba todo el tiempo con ella, tenia pesadillas del día que se la quitaron, sabia que tarde o temprano tenía que dar con ella aunque tuviera que viajar al extranjero, Estaba dispuesta hacer lo que fuera necesario para recuperarla.

Al llegar a la casa quién la recibe es la ama de llaves, Maria, Ella lleva mucho tiempo viviendo en la casa de los Carbo y conoce cada una de las historias.

— Por favor te voy a pedir que espere aquí durante un momento, le llamó a la señora Raquel, Ella es la matriarca de la casa y es la encargada de explicarle todo — la mujer se va de inmediato Para avisarle a su jefa.

Amelia espera ansiosa en la primera planta, dentro de su corazón siente mucha ansiedad, pero la relaciono con todo lo que está sucediendo en este momento.

Tiene mucho miedo dentro de su corazón, pero esto sucede cada vez que ingresa a un nuevo trabajo.

— Me imagino que usted es Amelia, llame a todas mis amigas, todas concuerdan en que usted es una gran niñera, pero no dura mucho tiempo en la mansión, inclusive me dijeron que intentaron duplicar el sueldo y aún así no aceptó ¿Porque?— Raquel se dio a la tarea de investigar a la mujer que ingresara a su casa.

— La verdad es que consideró algunos niños más difíciles de sobrellevar qué otros, así que prefiero no crear un lazo sentimental con ellos, me imagino que también le dijeron que sus nietos e hijos son niños muy grandes, interesó este trabajo porque su nieta aún es una bebé de dos años mucho más fácil de enseñar — Amelia ya había pensado una excusa por si le hacía en esta pregunta.

— Eso me agrada, sí de verdad usted es una buena niñera, quiero que eduque a Sofía para que sea una buena muchachita de alta clase social — Raquel sabía que el futuro de la familia estaba en manos de esa niña.

— Por supuesto, es lo que quiero, para educar a un niño pequeño y como usted dice convertirlo en alguien útil para la sociedad, Sofía va a ser educada como una dama inglesa por mis conocimientos — gran parte del currículum de Amelia de la mentira.

Ella siempre escribía que había estudiado en la escuela inglesa para niñeras, había falsificado el certificado, a las mujeres de alta clase social les impresionaba la realeza inglesa, así que nunca iban a rechazar a una mujer qué podía tener cercanía con ese tipo de personas.

Raquel empezó enseñarle la casa — Sofía es una persona muy importante para la familia, es la hija mayor de Rodrigo uno de los herederos y quién quedó como patriarca de la familia, su esposa acaba de morir hace un par de días y necesitamos ayuda con la niña — .

Amelia sintió un enorme escalofrío dentro de su pecho, generalmente en las casas en la que la contrataban, los niños eran descuidados por sus padres porque ellos preferían ir a eventos sociales, o sencillamente porque no se querían hacer cargo de ellos.

Pero la historia de esta niña era diferente, había perdido a una mamá como ella hace algún tiempo había perdido a la suya.

Raquel le pidió que esperaba un momento en el jardín mientras ella traía a la niña para que la conociera.

Amelia empezó a mirar lo maravilloso que el jardín, se veía que había sido cuidado con cariño, con devoción.

Sebastián se acercó a Amelia, la mujer era muy hermosa y llamaba la atención, también por eso en algunas ocasiones decidía abandonar los trabajos, porque los señores de la casa empezaban a acosarla.

— No sabía qué un ángel iba a visitar hoy nuestra casa — Sebastián se acerca con todo su prospecto seductor.

— Soy la nueva niñera de la niña Sofía, no soy ningún Ángel y la verdad es que no quiero serlo — Amelia ya había tenido que soportar a este tipo de hombres y sabía cómo manejarlos para mantenerlos a distancia.

— Mucho mejor que no seas un ángel, porque eso significa que eres una diablita — Sebastián tomo con disimulo un mechón de su cabello y lo olfateo.

Amelia dio dos pasos para alejarse de él

— Quizás tienes razón en decir que soy una diabla, pero no soy una sensual o sexual, soy de esas que son capaces de dejar a un hombre sin sus atributos con un par de tijeras — ella lo miro con rabia.

Sebastián frunció el ceño y se apartó un poco de ella dándose cuenta que no era como las demás empleadas a las que acosaba y no le decía nada.

— Soy tío de Sofía, el hermano de Rodrigo y el hijo de Raquel, en teoría puede decirse que soy también tu jefe — tenía una sonrisa malévola en un intento desesperado de sonar coqueto.

— ¿Tú eres quién emite los cheques de la familia?— pregunto Amelia con ironía, Sebastián se quedó en silencio sintiéndose humillado — Entonces si no eres el que paga las cuentas, no eres mi jefe, para mi solamente eres un habitante de la casa —.

— No la primera potra qué se siente indomable y que ha caído en mis manos, es lo mucho que me gusta dominar a una buena fiera porque durante mucho tiempo he practicado equitación — a Sebastián le encantaba la personalidad fuerte porque sentía que era un reto poder llevar a Amelia a la cama.

— Quizás otras mujeres se han dejado tratar como yeguas, pero yo soy una mujer y jamás me metería con un hombre que piensa que puede dominar a las mujeres como si fuéramos animales, así que creo que deberías girar tu vista para otro lado — Amelia lo ignora.

Raquel baja con la pequeña Sofía en sus manos, a pesar de todo lo que sucedió para poder lograr que Sofía llegara a su vida Raquel la quiere porque es única nieta.

A pesar de que hubiese deseado que su hijo Rodrigo tuviera una hija con su favorita Juliana, lo único que le interesa es que Sofía fue germinada con una muestra de Rodrigo.

Durante mucho tiempo Diana había querido ser madre, pero era estéril, intentaron buscar otros métodos para que ella pudiera quedar embarazada y Rodrigo se tomó varias muestras, varias de esas muestras fueron robadas por Raquel.

El plan de inseminar a una joven fue más de Sebastián que de ella, qué funciona uno solamente para que Rodrigo se quedara con la herencia si no puede tener a una legítima heredera y no se arrepiente.

Amelia carga a la niña en sus brazos y de inmediato siente una conexión especial con ella que nunca le había sucedido con ninguno de los niños que cuidaba.

En esta oportunidad sentía que tenía la certeza que esta niña no podía ser su hija, la muerte de su madre le hacía sentir que este cariño que empezaba a sentir por ella estaba relacionado más a ese sentimiento de verla como huérfana, un amor espejo.

La verdad es que lo único que deseaba era poderla proteger, sentimiento que había nacido en su corazón de la noche a la mañana sin entender porque.

—¿Que decide? El pago que le estamos haciendo es mucho más elevado del que le pueden ofrecer en otras familias, además como usted lo dijo Sofía es una bebé a lo que puede educar — Raquel quería tener a la niñera que todas sus amigas habían intentado conseguir.

— Si señora, acepto quedarme a cuidar a Sofía, puedo empezar de inmediato porque sé que debe estar algo agobiada con las tareas de cuidar a una bebé — Amelia tomó la decisión de quedarse a pesar que la situación con Sebastián le había hecho por un segundo reconsiderar esta idea.

Amelia lleva a la niña a la habitación y se da cuenta que está llena de lujos, su habitación parece una juguetería pesar de que tan solo es una niña que apenas da sus primeros pasos.

La deja en la cuna mientras Sofía le da una suave caricia en la mejilla, María se sorprende pues Sofía es una niña que no se acostumbra a estar con otras personas tan rápidamente.

— La señora ordenó que te pusieras el uniforme, así que te voy a dar una habitación provisional hasta que preparamos la tuya, para que tomes una ducha y puedas cambiarte — Amelia es llevada a una de las habitaciones de visita para que se organice.

Mientras ella se prepara para tomar una ducha e iniciar la labor que ha decidido aceptar.

Rodrigo llega a la casa después de un largo día de trabajo, la verdad es que quiere pasar mucho más tiempo con la pequeña Sofía pero parece que las responsabilidades en la empresa no dan espera.

—¿Qué ha pasado hoy María?— pregunta en un tono seco porque se siente cansado.

— La señora Raquel ya contrato una niñera adecuada para la niña Sofía, El joven Sebastián decidió ir al torneo de equitación, no ha lo sucedido nada más extraordinario — sonríe María mientras recibe el maletín.

— Voy a tomar rápidamente una ducha, para que por favor prepares mis instrumentos de jardinería — el encargado de cuidar aquel jardín era Rodrigo.

Rodrigo había tomado como un hobby la jardinería, una manera de desestresarse después de los grandes golpes de su vida al perder a su padre y después a su esposa.

A pesar que nunca logró llegar a sentir amor por Diana, los dos habían sido mejores amigos y la quería con todas las fuerzas de su corazón además tener que vivir con ella El calvario de su enfermedad dejo una enorme cicatriz en su pecho.

Rodrigo no había podido dormir en la habitación dónde convivía con Diana, así que no le había dicho a nadie de su familia que había tomado una de las habitaciones de visitas para poder despejar su mente y sobre todo tener un poco de tranquilidad.

Amelia se desnuda y toma una ducha, tras el agua fría cae por su cabeza piensa si estaba haciendo lo correcto al desperdiciar su vida en una búsqueda que parece interminable.

Lo único que le queda es recordar las palabras que le dijo a su madre en la tumba donde le prometió qué haría lo que fuera necesario para encontrar a su hija, la pequeña Sofía le llegó al corazón.

Rodrigo entra ala habitación y se desnuda rápidamente para tomar también una ducha, empieza a mirar su celular para mandar algunos correos con órdenes para sus empleados.

Abre la puerta del baño al mismo tiempo que Amelia se preparaba para colocarse la toalla.

El la ve completamente desnuda mientras ella suelta la toalla en medio del nerviosismo de ver a un hombre delante de ella.

María sube corriendo al darse cuenta de su error —¡Señor aquí se encuentra la niñera!— abre la puerta rápidamente.

Pero ya Rodrigo a conocido cada una de las siluetas que componen el cuerpo de Amelia y ella siente que su corazón late rápidamente.

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