–Hermano Bratt– lo llamo con un rostro abatido y triste mientras le tiraba suavemente de la manga de su camisa.
Bratt bajo su mirada al escucharle hablar, viendo sus ojos llorosos y su expresión triste mientras lo miraba con un toque de timidez. Su corazón se oprimió al verla en ese estado haciendo que su sangre hirviera de coraje al ver la responsable que seguía caminando tranquilamente como si nada. Sin poder evitarlo, tomó la mano de Lizzy para llevarla con esa mujer y reclamarle.
–Rouss, Lizzy esta siendo amable contigo y tú actúas como si nada, ¿acaso tienes sentimientos?– gritó con los dientes apretados y un rostro feroz al mirarla fijamente con desprecio.
Rouss se quedó mirando esos ojos que alguna vez la habían mirado con amor y ternura, donde solo se reflejaba ella y en los cuales se perdía sin querer volver, esos mismos ojos ahora la miraban con tanto odio y resentimiento. Parpadeando sus largas pestañas para esfumar de su visión el recuerdo de esa mirada. Así como al mismo tiempo una mirada seria se torna en su rostro y un aire frío los envolvió en cuestión de segundos.
–Señor Miller, si tengo o no tengo sentimientos no es de su incumbencia, y para terminar, soy libre de hablarle o responderle a quien yo quiera– respondió con una mirada seria llena de frialdad la cual también estaba en su tono de voz. Dándose la vuelta, camina en dirección a donde estaba Janet platicando con una persona.
Bratt se quedo petrificado en su lugar, aún podía sentir la frialdad que Rouss había dejado en el aire, ¿Quién era esa mujer?, ¿esa era la verdadera Rouss?. Gracias a Dios ya había visto sus verdaderos colores y se libro de esa mujer tan altanera y desvergonzada.
–Hermano Bratt, no lo tomes personal contra mi hermana, ella…ella es buena– susurró Lizzy tímidamente con ojos suplicantes y llorosos. Aunque por dentro estaba mas que feliz al ver como Bratt la defendía y menospreciaba a Rouss.
Después de llegar al lado de Janet, Rouss se olvidó rápidamente de ese par, colocando todo su atención en conocer a todas las personas posibles para en un futuro no muy lejano trabajar junto a ellos, ya que se había especializado en el área de marketing y publicidad y también se desarrollaba muy bien en otras áreas.
Ya había enviado su hoja de vida a varias entidades, aunque si fuera por ella, mejor abriría su propia compañía para hacerse un nombre respetado en la industria del entretenimiento y tener bajo su ala a muchas figuras públicas importantes. Pero lamentablemente no contaba con el recurso para hacerlo.
–¿No es esta la primera señorita Wyner?– exclamo un hombre algo panzón y calvo mientras la miraba con una mirada llena de lujuria. Su comida había vuelto y estaba vez no la dejaría ir, estaba vez la haría suya a toda costa.
Los presentes al escuchar sus palabras comenzaron a murmurar mientras la veían.
–¿Así que esa desvergonzada ha vuelto?–
–¿Cómo se atreve a volver a mostrar su rostro?, es tan repugnante–
–Seguramente siguió con su acto desvergonzado estafando a hombres para poder vivir–
–Debe estar llena de puras cirugías, por eso es que se ve tan bien–
Eran algunas de las frases que llegaban hasta los oídos de Rouss. Si hubiese escuchado esto hace cinco años atrás, habría tratado de explicarse y seguramente se hubiera alterado sin control, ya que aún era una joven sin experiencia en aprender controlar sus emociones.
Con una sonrisa y un rostro imperturbable, siguió como si no hubiera escuchado nada mientras tomaba un sorbo de su vino.
Lizzy que miraba su rostro desde la distancia sin rastro de perturbación rechino los dientes en disgusto, pero, ¿como podía dejar ella pasar esta oportunidad para molestarla?, silenciosamente se escabulló de los demás hasta llegar junto a ella.
–Hump, que mujer tan desvergonzada para atreverte a volver, ¿acaso estas buscando que te vuelvan a humillar?– le dijo suavemente con una sonrisa amable.
Rouss la miro sin ninguna expresión, oficialmente la guerra había empezado, y de la cual, no se le permitía tomar otro lugar el cual no fuera el vencedor.
–Ya veremos si me dejó humillar, de todos modos tu me seguirás– musito con pereza entrecerrando sus ojos.
Lizzy se congeló un momento al verla actuar tan despreocupadamente, pero se recompuso inmediatamente al ver a Bratt acercarse por encima de su hombro. Dando un paso mas cerca de Rouss, mejor dicho, en dirección donde ella tenía sujetada la copa de vino, tomando a Rouss desprevenida, la copa de vino se derrama en su impecable vestido blanco.
–Hermana, no tienes porque actuar tan impulsivamente, en verdad me enamore del hermano mayor. Pero por favor, no tomes represalias en su contra, desquítate conmigo, es todo mi culpa por enamorarme de él – gritó con lagrimas en los ojos y un rostro lleno de dolor y angustia.
Rouss miro consternada por un momento a Lizzy, pero entendió todo al ver llegar a Bratt.
–Rouss, ¿Cómo puedes ser tan malvada?, eres una mujer tan vil y siniestra– vociferó lleno de furia colocando a Lizzy detrás de su espalda protectoramente.
Lizzy asomó la cabeza por el costado de Bratt dándole una sonrisa malvada a Rouss, –hermano Bratt, es todo mi culpa, no debí enamorarme de ti, por favor no culpes a Rosy– susurró en un hilo de voz mientras las lágrimas se deslizaban por su rostro afligido.
La expresión llena de furia y odio de Bratt se transformo en una llena de preocupación y amor mientras miraba a Lizzy , atrayéndola hasta su pecho mientras tratando de consolarla.
¿Este era el hombre que había amado hasta los huesos?, por el cual estaba dispuesta a dar su propia vida si era necesario. ¿cuan ciega estaba en ese entonces?. Jamás debió creer en sus promesas vacías de cuidarla y protegerla. Pero ahora podía ver sus verdaderos colores, su verdadero ser, el cual jamás la amo y le creyó.
¡Que bastardo!.
–Una mujer tan siniestra y desvergonzada como ella se merecía que la abandonaran el día de su boda, ahora no es nada más que un par de zapatos usados que ha perdido todo su valor. Ningún hombre estaría dispuesto a tomarla para algo serio, siempre será una p**a usada y eso no cambiara– gritó furiosa la recién llegada con una actitud arrogante y superior.
Rouss enarco una ceja mirando tranquilamente a la joven que la miraba superiormente con el mentón en alto de forma arrogante. No era nadie más que Cristal Miller, la hermana menor de Bratt, y la cual siempre la había odiado ya que era amiga de Lizzy.
Bratt se tensiono al escuchar las palabras de su hermana, volviendo a recordar ese nefasto día donde estuvo tan cerca de caer en las garras de esa desalmada y desvergonzada de Rouss. Aún recuerda su rostro lleno de lágrimas e hinchado como si fuera ayer. Al pensar en esto, un malestar surgió en su interior, pero el cual sepultó inmediatamente sin darle la misma oportunidad de surgir o intentar saber que era.
Después que Cristal había disparo su artillería contra Rouss, se sentía tan bien que quería seguir haciéndolo. Pero justo cuando iba hacerlo, por el rabillo del ojo vio a la molesta de Janet acercarse, frunciendo los labios en disgusto, mira la cara lagrimosa de Lizzy y su odio vuelve a intensificarse.
–Hermano, ¿Cómo pudiste estar con una zorra cómo esta?. Esta mujer es de lo peor, solo se merece… ¡ahh!– antes de terminar de hablar, Cristal soltó un gritó al sentir algo caliente derramarse en su vestido.
–Oh, lo siento, dañe tu vestido– se disculpo Janet al haber derramado su copa de vino ‘accidentalmente’ sobre el vestido de Cristal. Aunque su disculpa estaba lejos de ser una.
–Déjame ayudarte a limpiarlo– musito Janet tomando una servilleta para hacerlo, pero en vez de limpiarlo, el vestido se ensuciaba cada ves más.
–Ahhh basta, ¡quítame tus sucias manos de encima– explotó Cristal desesperada apartando a Janet, la cual se alejo con una sonrisa complacida.
–Cristal, ¿estás bien?– le pregunto Lizzy con una expresión preocupada acercándose a ella.
–Esa estúpida daño mi vestido, el tuyo también esta arruinado por culpa de esa pe**a– espeto Cristal con el rostro negro de rabia y odio en su voz.
–No estés molesta por ese vestido tan feo, tómalo como un favor por ayudarte a desacerté de el– vocifero Janet mirándolas de pies a cabeza al tiempo que negaba con la cabeza, –esos vestidos de ambas son tan anticuados y feos– agregó al final mientras se reía divertida al ver sus expresiones de retorcidas de estas.
–Janet, ¿Qué haces jugando?, solo estás perdiendo el tiempo, mejor vallamos a comer algo– propuso Rouss tranquilamente con un aire sofisticado sin darle importancia a lo que pasaba a su alrededor y sin darles el gusto de verla alterada. ¡Que mejor manera de hacerlos vomitar sangre si eran ignorados!.
Janet la miro con una sonrisa asintiendo caminando junto a ella –la verdad me estaba divertido, lastima que ya no puedo seguir haciéndolo– respondió animadamente con un toque de ‘tristeza’. Como una niña chiquita que tenía un nuevo juguete para divertirse y le impedían hacerlo.
Rouss sonrió sin decir nada, ladeando su cuello al escuchar nuevamente a Janet .
–Rosy, alguien quiere conocerte– musito Janet mirándola de reojo para ver su reacción.
–¿Es así?, ¿quién es?– indagó frunciendo los labios con voz neutra que no delejaba espacio para detectar algo inusual.
–Ya lo veras, es...–.
Las voces de las dos se fueron desvaneciendo a medida que se alejaban cada vez mas de Lizzy y los demás.
¿Qué carajos había pasado?.
Se suponía que Rouss tendría que estar siendo criticada y humillada hasta el punto que se arrodillara y pudiera clemencia, pero aún así, no tendría ni una pizca de ella. Lizzy sentía su sangre caliente inundada de un profundo odio que crecía cada vez mas por Rouss. Sus manos temblaban del coraje que estaba sintiendo, saliendo de su distracción al escuchar la voz de Cristal.
–¡¿Pero que m****a se creen esas mal***as?, ¿creen que pueden irse así como si nada después de lo que hicieron?– Gritó Cristal con los ojos inyectados de sangre del coraje y el odio que le carcomía hasta los huesos.
No, ella no permitiría que esas dos se fueran así nada más. Ella tomaría su venganza ahora mismo y las haría arrastrarse en el suelo hasta pedir clemencia, no dejaría que la bofetada que había lanzado le diera en su misma cara.
Con la cara retorcida y cenicienta, Cristal no alcanzo a dar dos pasos en dirección a buscar a Rouss y a Janet cuando se paralizo en su lugar al escuchar los cotilleos de las personas.
–Que joven mimada, solo es otro niña consentida sin modales–.
–A pesar de ser de la alta sociedad no sabe comportarse–.
–No ahí mucha diferencia entre ella y alguien de bajo nivel, ninguno tiene modales–
Al escuchar estas frases, todo el cuerpo de Cristal estaba paralizado en su lugar, sus ojos estaban bien abiertos por la sorpresa que esto le generaba.
–Cristal– la llamo Bratt con los dientes apretados haciendo que reaccionara y lentamente se girará en dirección a él.
–¿En dónde aprendiste ese vocabulario?, ¿en dónde crees que estás parada?, irse inmediatamente– musito junto a ella seriamente dándole la orden para que la acatara sin problemas.
Lizzy estaba avergonzada de Cristal. No era nada mas que una niña estúpida consentida que hablaba y actuaba sin pensar en nada más. Aunque no le agradara, tenía que sopórtalo, ya que era muy fácil de manejar y manipular a su antojó y la necesitaba para sus planes. Colocando unos ojos suplicantes y lastimosos se acercó a Bratt tirando de su manga tímidamente.
–Hermano mayor, no seas tan duro con ella–
Bratt al escuchar sus palabras y al ver su expresión preocupada se calmó enseguida. Lizzy siempre lograba calmarlo, era como la suave brisa que lo rodeaba brindándole esa paz que necesitaba. –¡Pero hermano!, no es mi culpa, es culpa de esas…..– Lizzy que gritaba con rabia e impotencia se calló automáticamente al ver la mirada fría de Bratt sobre ella , sabia cuando no podía pasar sus límites, y este era uno de ellos. –Cristy, mejor vallamos a cambiarnos los vestidos– musito Lizzy con una cálida sonrisa mientras entrelazaba sus brazos. –Hermano mayor, volvemos en un momento– le dijo a Bratt mirándolo con ojos de amor y tranquilos. Tocando el corazón de Bratt , el cual asintió en reconocimiento viéndolas marcharse. Después que Rouss y Janet se habían alejados de ellos se dirigieron al baño para retocar su maquillaje, al llegar, escucharon unas voces desde el interior. –Es tan desagradable que esa bandida de Rouss halla regresado– dijo una voz molesta. –¿Viste su aspecto?, segu
Lizzy había vuelto justo en el momento donde Thiago le pedía ser la heroína, ¿Qué rayos estaba pasando?. Ella había estado luchando por este papel desde hace un tiempo y siempre se le era negado. Ahora aparece su hermana y se lo ofrecen como si nada. ¿Acaso estaba Thiago loco?. ¿Quién se cree que es para menospreciarla?. los dientes de Lizzy rechinaban del coraje que sentía. Rouss y compañía voltearon en dirección a la voz, viendo a Lizzy junto a Bratt y la desagradable de Cristal. Lizzy ahora llevaba un vestido en tono pastel hasta la rodilla con algunos dibujos en el y Cristal tenía uno de color lila con unas flores sutiles en el. –Sr. Thiago, ¿Cómo esta?– Saludo cordialmente Lizzy con una sonrisa en sus labios. –La señorita menor Wyner es muy cordial, espero que este bien– musito Thiago con voz tranquila mientras le sonreía cordialmente. Bratt le asintió en saludo y luego posó sus ojos en Rouss. Viendo esa cara tan hermosa sin expresión alguna al verlo. –¿Por qué le estas
La escena de despedida bajo la luz de la luna tenía muchas emociones encontradas, debías dejar que tus emociones se plasmaran en tu rostro sin hablar, era una escena bastante difícil de lograr. Rouss repasó el guion en el tiempo que le dieron para prepararse. La heroína que debía interpretar era la única hija con sangre pura de una familia influyente de la ciudad. Su nombre era Ashley Evans, una chica de veinte seis años desenfrenada sin temor a decir lo que pensaba y actuar en el nombre de la justicia. Su madre había muerto bajo sus ojos cuando tenía diez años, después de cinco años. Su padre volvió a casarse y su actual esposa tenía una hija que tenia veinte dos años. La escena de la despedida era en una noche lluviosa bajo una paraguas, la desenfrenada chica que nunca había amado, ahora sufría por amor, porque una vez que lo hizo entregaría de todo de sí. –Rouss, ¿estás lista?– le pregunto Thiago sentado despreocupadamente desde su silla con todo la atención puesta en e
Después que Rouss había firmado, el abogado también agregó su firma entregándoselos. –Oficialmente eres la dueña de todo, estos títulos de propiedad son tuyos, máximo en una hora, recibiera el deposito– le dijo Ethan mirándola con una mirada suave y ojos cálidos como si estuviera viendo a su nieta. Asiendo que el cuerpo de Rouss se colocara rígido ante su mirada sin saber como reaccionar, tenia años sin recibir este tipo de mirada. El señor Morris se levanto tomando su maletín para marcharse, haciendo que la vieja señora se recompusiera de su impacto por la noticia. –Sr. Morris , ¿Por qué no supimos de esta herencia anteriormente?– indagó con los dientes apretados con evidente molestia en su tono. Ethan la miró sin evidente molestia por su tono marcando cada palabra dicha –la Sra. Larton dejo muy especificado que la herencia No debía ser conocida por nadie antes que la señorita Wyner. Temía que pudieran arrebatársela sin antes ella saber de su existencia– él era un veterano en
Una vacilación paso por los ojos de Bratt al mirar a Rouss, ‘¿acaso no sabían que era alérgica a las nueces?, ¡eso era imposible!, ellos eran su familia’ termino por concluir sin darle mucha importancia. Rouss recargo su cabeza despreocupadamente en su mano mirando a su ‘familia’ que aparentaban tener una buena relación con ella, una sonrisa divertida brillo en sus hermosos ojos negros –ya que padre tiene buena memoria y nunca olvida las cosas importantes , ¿Cómo es que olvido que soy alérgica a las nueces?, algo tan importante para su hija, ¿Cómo pudo olvidarlo?. O en primer lugar, quizás nunca lo ha sabido– tanteo con la mirada sonriente mirándolo directamente. Don se congeló en su lugar, la mano que sostenía el tenedor quedo suspendida en el aire temblando ligeramente, sus ojos abiertos como platos miraban a Rouss –tú...¿eres alérgica a las nueces...?– Pregunto aún en su trance, haciendo que el ceño de Rouss se frunciera y sus labios se crisparan. Al ver la situación, Fan
Después que Rouss ingresara al coche, su móvil vibró con un mensaje de texto, al tomarlo de su cartera y revisarlo, era un mensaje de Janet. --¿Ya estas en tu apartamento?--. --Voy en camino, no te preocupes--. --Ok, cuídate y no te dejes afectar por nada— respondió Janet con el emoji de una carita sonriente y al fina un ‘te amo' con unos corazones y besos. Una suave sonrisa se dibujo en los labios de Rouss. Aún tenia a su hermana del corazón que se preocupaba por ella. --También te amo— envió el mensaje con corazones y besos. Rouss guardo el móvil apoyando su cabeza en la ventana y cerrando los ojos llevando una mano a su corazón presionándolo para detener el malestar que quería surgir nuevamente. Una arruga de disgusto se formo en su entrecejo ‘recuerda que solo lates para mantenerme viva, no se te permite latir por otro motivo diferente’ le hablo a su corazón volviendo afianzar la armadura a su alrededor. Todo esto lo hizo sin percatarse que no estaba sola en el lugar de
Al girar su cuerpo, la mirada de Rouss se posó en los negros y profundos ojos del hombre sobre ella, haciendo que su cuerpo se estremeciera un poco ante su intensa mirada – gracias por su ayuda Sr. Bennett – musito al recuperar su voz, no solo le agradecía al haberla traído, sino también por su anterior ayuda. --No ahí nada que agradecer, la noche es fría, entra rápidamente a tu hogar – respondió tranquilamente con una pequeña sonrisa en sus labios, haciendo que Rouss se quedara hipnotizada al verlo sonreír. Su rostro se veía tan atractivo al sonreír que sentía su corazón latir rápidamente, espera...¿Qué?, su corazón no podía latir a ese ritmo. Apartando la mirada y parpadeando para esfumar ese rostro sonriente de su visión, sale rápidamente del coche. Este hombre le estaba desordenando sus latidos y no le gustaba. Viendo su espalda al caminar, Daniel sentía una inexplicable calidez recorrerle el corazón. Aún podía sentir el suave aroma que desprendía Rouss en sus fosas nasa
Rouss que se encontraba sumamente avergonzada al quedar expuesto antes los ojos de un hombre por primera vez, deseaba salir corriendo rápidamente de ese lugar, pero su cuerpo no reaccionaba a su deseo. De pronto, una sombra la cubrió al tiempo que sentía algo cálido rodear su cuerpo haciendo que levantara la mirada rápidamente, viendo el atractivo rostro de Daniel a escasos milímetros del de ella. Un rubor cubrió sus mejillas al sentir su cálida respiración golpear su cara haciendo que una pequeña corriente eléctrica viajará desde su rostro a todo su cuerpo haciendo que temblara un poco. Por su parte, Daniel sentía un calor invadirle todo su cuerpo. El suave olor de Rouss lo envolvía completamente incitándolo acercarse más y probar esos deliciosos labios para quitarle con los suyos el frío que seguramente debían sentir ya que estaban algo morados. Su cabeza se inclinó un poco más llevado por sus deseos, está era la primera vez que sentía una fuerte atracción y deseó por una mujer.