TOMO 3. CAPÍTULO 174. Una mujer distintaLoganLa noche está tan oscura que apenas puedo ver unos metros delante de mí. El frío me cala hasta los huesos, pero no siento nada más que el tamborileo frenético de mi corazón. Mis piernas se mueven solas, cada paso impulsado por la desesperación. En medio de la penumbra, una silueta aparece entre los árboles: una mujer corriendo con dos sillitas de bebé en las manos.Escucho el disparo y por un instante pienso que es Liliana. La veo trastabillar y tratar de apresurarse, pero luego dos disparos más se escuchan. Las piernas no me alcanzan para correr más y la veo continuar a pesar de todo, desplomándose en los brazos de alguien.El Arthur. Arthur la alcanza antes que yo, mientras corro desesperado en esa dirección y escucho a Ranger gritar una orden para responder al fuego.—¡Liliana! —grito con todas mis fuerzas, aunque mi voz se pierde entre el caos.Cada segundo es una eternidad, y solo veo que a pesar de todo la mujer sostiene las dos sil
TOMO 3. CAPÍTULO 175. Las rejas o el ataúdLilianaEl frío del sótano parece más denso, como si el aire estuviera lleno de hielo y miedo. Estoy amarrada a esta silla y las lágrimas ya ni me queman en las mejillas; hace rato que la desesperación se tragó cualquier sensación de alivio. Cada vez que escucho un disparo, mi corazón salta y luego cae al vacío porque no lo entiendo. ¿A quién le están disparando? ¿Quién lo está haciendo?Pero evidentemente no soy la única con preguntas porque Ryker y Carolina se miran son comprender. Ella camina de un lado al otro como una leona enjaulada, con una sonrisa sádica pintada en el rostro. Ryker, por otro lado, parece un animal acorralado, con el ceño fruncido y las manos lívidas de apretarlas. Las veo justo cuando Carolina saca un arma y se la pasa frente a mí, como si fuera su papel ser el muro defensivo solo porque es hombre y “empleado”.Ryker apunta el cañón directo a mi pecho, y su mirada es la de un hombre que está al borde de la rabia abso
TOMO 3. CAPÍTULO 176. Todo atrásLoganMi corazón late tan rápido que parece que va a explotar. Mis ojos están fijos en Ryker mientras apunta la pistola al pecho de Liliana. Cada segundo que pasa siento que se me escapa la vida. No puedo dejar que le haga daño, pero tampoco puedo perder el control. Si él siente un mínimo de debilidad de mi parte, lo hará, la matará.Mis palabras son una apuesta peligrosa, pero están funcionando. Veo la duda en su mirada, su respiración agitada. Ryker es una rata, una cucaracha que siempre encuentra una grieta para meterse. Él no quiere morir, eso lo sé con certeza.Me giro hacia Ranger, que está inmóvil, como un depredador listo para atacar, pero apenas doy la orden veo al médico alejarse de Liliana y levantar las manos.Su voz es un chillido que llena la habitación y los hombres de Ranger no esperan ni un segundo ni una orden. Se acercan a él con pasos firmes, le quitan la pistola de un tirón y, sin decir una palabra, le dan un golpe tan fuerte que R
CAPÍTULO 1. ¡Sálvela!Liliana. —Ya no podemos seguir esperando, tu madre necesita un trasplante de riñón de emergencia. ¡Tienes que firmar para que podamos prepararla! —me apremia mientras mis ojos van al nombre bordado en su bata: Dr. Ryker.Frente a mí un doctor que no conozco me mira con impaciencia. Mi madre lleva esperando un milagro por años, pero en los últimos días su enfermedad se agravó de golpe.Tengo la mente un poco en blanco y otro poco en shock mientras reviso estos papeles que apenas entiendo. Son decenas y de todos ellos depende la vida de mi madre, y todos tengo que entregarlos con urgencia.—Entonces… si firmo esto, ¿mi mamá subirá en la lista para recibir un trasplante urgente, verdad? —pregunto y la voz se me quiebra porque estoy desesperada.A pocos metros de mí aquellos monitores a los que está conectada lanzan alarmas cada pocos minutos. —Sí, señorita Duque, así es —responde él, con un tono que me hace sentir como si fuera una niña tonta y asustada... quizás
CAPÍTULO 2. Una promesaLiliana“¡Llamen al doctor Benson!”“¡Traigan al equipo de trauma!”“¡Preparen el quirófano!”“¡Desocupen el piso!”Todos aquellos gritos resuenan a mi alrededor hasta que detengo a un médico por la bata.—¡Espere, oiga, escúcheme! —demando casi con violencia—. ¿Cómo que van a desocupar el piso? ¡Mi madre está grave!—El dueño del hospital acaba de llegar. Tuvo un accidente y está en estado crítico. ¡Es una emergencia, señorita!Siento que el corazón se me rompe un poco más. ¿Cómo puede ser? Todo el hospital parece estar pendiente solo de este hombre, mientras mi madre… mientras mi madre se queda sola, muriéndose y sin que nadie la ayude.—¡Necesito que un médico vea a mi madre, ahora! ¡Le hicieron un trasplante y se ve mal! —reclamo y el médico me mira con impaciencia, pero finalmente me hace un gesto para que lo guíe y corre a la habitación de mi madre detrás de mí.Estoy temblando y siento que las piernas apenas me responden. Cada vez que miro a mamá, el dol
CAPÍTULO 3. Cayendo en una trampaLilianaMi cuerpo no responde. Todo es oscuro y frío, pero siento un par de voces que retumban en mi cabeza, distantes y profundas. Mi conciencia va y viene por momentos, hasta que escucho un tono que reconozco y un escalofrío recorre mi espalda.“Prepárenla para el procedimiento”. Es la voz del doctor Ryker… estoy segura de que es él.¿Procedimiento? ¿Qué procedimiento? Lucho por abrir los ojos, por mover mis manos, hacer cualquier cosa, pero mi cuerpo sigue inmóvil. Luego solo hay silencio, oscuridad y miedo.Cuando abro los ojos otra vez, lo primero que siento es una sensación de mareo. La luz blanca y cegadora del cuarto me molesta, y los sonidos de los monitores y el típico olor a desinfectante me dicen que sigo en el hospital. Giro la cabeza y veo una vía conectada a mi muñeca, y todo el pánico sale de golpe.—¡¿Qué me hicieron?! —Mi voz sale como un susurro al principio, pero luego se vuelve más fuerte y desesperada—. ¡¿Qué me hicieron?!Una en
CAPÍTULO 4. Sin salidaLas palabras del doctor Ryker me golpean como una bofetada en pleno rostro. No puedo comprender lo que acaba de decir, siento que el mundo a mi alrededor se desvanece, que estoy atrapada en una de esas pesadillas horribles que parecen interminables.—¡¿De qué demonios está hablando?! —le espeto azorada, mirándolo como si fuera un completo loco.Miro al hombre en la cama, con el rostro pálido y rodeado de máquinas que pitan y zumban con insistencia.—Deja que te lo explique —responde él con esa voz fría que parece inhumana—. Este hombre es Logan St Jhon, magnate, hacendado, multimillonario…—Es el dueño de este hospital… —recuerdo porque en la entrada está su apellido.—Exacto, y este pobre hombre tuvo hace unos días un accidente con un caballo. Está muriendo, Liliana, y lamentablemente no hay nada que podamos hacer por él.Siento una mezcla de confusión y horror. Mi estómago se revuelve con cada palabra suya, porque presiento que eso no es cierto.—¿¡Y eso qué t
CAPÍTULO 5. Señor GreñitasLilianaMiro al hombre tendido en la cama, envuelto en cables y monitores, su respiración leve apenas hace que su pecho suba y baje. Es doloroso verlo así, porque no puedo evitar que me recuerde a mi madre. Camino hacia él tratando de limpiarme las lágrimas y miro su rostro, una venda le cubre parte de la frente, y el cabello claro, largo y desordenado le cae sobre las sienes. Parece un hombre fuerte… o al menos debía serlo, antes de que alguien decidiera que no merecía vivir.—Lo siento, Señor Greñitas, no creo que te merezcas esto pero… no sé cómo ayudarte —murmuró con el corazón destrozado.Obviamente no responde, pero el silencio me pesa menos mientras recuerdo las palabras de mi madre: “Prométeme que siempre vas a ser buena y generosa, que ayudarás a los demás, porque esa es la única forma en que tu corazón no se llenará de resentimiento, hija…”Y la verdad no sé si soy buena, o si no guardo rencor, pero no puedo soportar la idea de ver morir a alguien