—No sabría decirle si… ¡Oh! ¡Detective, sigue aquí! —La recepcionista llamó la atención de Patrick cuando iba saliendo del elevador en la primera planta y él se volvió a verlo— Este caballero quería verlo.
—Elliot… —Patrick se acercó al sonriente abogado y lo miró con sorpresa— Tú... ¿Qué haces aquí?
—Vaya, también me alegra verte —bufó, Patrick negó rápidamente con su cabeza—. Estoy bromeando, tonto, rayos... —soltó una risita— ¿Todos los detectives toman las cosas tan en serio siempre?
—Bien, no quiero sonar rudo... De nuevo… pero en serio, ¿qué haces aquí?
—Vine a traerte el traje que me prestaste el otro día, lo llevé a la tintorería así que no debes preocuparte p
Luego de la mala noche que había pasado al ver a Patrick y al que presumía era su nueva pareja, Jung había decidido llamar a Jonathan y tomarse unos cuantos días libres, no quería que Patrick lo malinterpretara, es decir, claro que le dolía, él lo amaba, verlo con alguien más era como si alguien lo forzara a apuñalarse a sí mismo ya que él lo había dejado, pero había sido por el bien de ambos así que no podía hacer nada. Jung quería que Patrick fuera feliz y, aunque al hombre no le había tomado ni un mes encontrar un reemplazo, él estaba más que dispuesto a darle su mejor cara y animarlo a que persiguiera una nueva relación... sólo que no podría darle esa cara tan pronto, si el castaño llegaba a ver al pelinegro lo más seguro es que se largara a llorar al pensar en cómo había besado a aquel sujeto frente
—Uhm, Nicki... —Jung sorbió su nariz y se levantó de su sitio en aquel incómodo sillón, sacando la mano del mayor de su mejilla— Quería hablar contigo, estaba esperándote. —Asintió, tomando por sorpresa al abogado, quién ladeó su cabeza al no creerse lo que había escuchado y frunciendo su ceño.—¿Querías verme? ¿Tú? ¿Querías verme a mí? —Se señaló a sí mismo, la confusión parecía haber dañado su cerebro— No me malentiendas, estoy halagado, pero
—Vaya… —Nicholas dio otro sorbo a su bebida y aclaró su garganta— Eso es algo complicado —admitió, dejando su vaso sobre la mesa y clavando su mirada en el distraído coreano que trazaba los bordes de su propio vaso con la punta de su dedo índice.—Lo es. —Asintió, aún concentrado en el cristalino recipiente— Nuestro capitán puede estar en graves problemas por culpa de esta persona, incluso mi trabajo está en juego. Estamos contra la espada y la pared, por eso vine hasta aquí...—Así que... Tu jefe te envío aquí como último recurso, ¿no? —preguntó, Jung asintió— ¿Y tú aceptaste porque...? —Alargó esa última sílaba, indicándole al menor que quería una explicación.—Porque no tenía más opción…
—¿A quién engaño? —Jung suspiró al ver la copa de vino que se había servido, dejándola de lado y llevándose la botella en su lugar.Su cabello aún goteaba por la ducha que acababa de tomar, empapando la bata de baño abierta que llevaba, ni siquiera se había tomado la molestia de secar bien su cuerpo ya que la pereza y la falta de ánimos lo estaban carcomiendo, por lo que hasta su bóxer azul marino se habían humedecido un poco en los extremos de la tela. Tomó asiento en su sofá, junto a Pickles y Mochi, tomó el control de la tv pa
El sol brillaba hermosamente afuera del salón de clases, si se fijaba la vista en el árbol que estaba junto al ventanal más grande podía verse claramente a las aves que arreglaban su nido con calma, ignorando el bullicio del aula a su lado; una pequeña ardilla corría por el césped en busca de esa castaña que había caído luego de mucha insistencia, captando la vista del hombre aburrido y con anteojos que no sabía qué más hacer en el momento de receso.La mirada de Kyle volvió a sus pequeños alumnos y una sonrisa se posó en sus labios, los ni&
—Bienvenido de vuelta —Patrick se dio vuelta en su asiento y se volvió a ver al coreano que venía entrando—. Pensé que te tomarías otro par de días. —Llevó su bolígrafo a sus labios y lo mordió un poco, Jung alzó una de sus cejas.—¿Quieres dañarte los dientes? —Quitó el bolígrafo de su mano y observó que la tapa ya estaba bastante mordida— ¿Estresado? —preguntó, tomando asiento frente al pelinegro y viéndolo reclinarse en su asiento con cansancio.—¿Me acompañas un segundo a la cocina? —Lo miró, había un poco de súplica en sus ojos.—Uhm… claro. —El coreano se encogió de hombros y lo siguió.Patrick se detuvo frente al gran refrigerador y tomó un pequeño envase con fruta, ofreciéndole un poc
—Igual estás castigada —Patrick miró a su hija mientras caminaban y ella sonrió ampliamente.—Bien —asintió.—Un mes —agregó.—Entiendo. —Mantuvo su sonrisa.—Y vas a disculparte con Elliot.—Vale. —Asintió enérgicamente.—Realmente no te importa —Patrick suspiró y Jung soltó una risita.—¡Vayamos a un juego!La niña, que estaba caminando en medio de su padre y el coreano, tomó las manos de cada uno, llamando la atención de ambos mientras seguía su camino al puesto que más llamaba su atención en aquel momento. Jung se volvió para ver al más alto y éste hizo lo mismo, manteniendo su mirada por algunos segundos, el castaño no pudo aguantar más y se volvió hacia el otro lado mientras su rostro come
—¡Buen día! —Jung entró a la oficina y saludó a su decaído mejor amigo— Vaya, no tan buenos, al parecer... ¿Qué pasa contigo?—No lo sé —Jason se volvió a verlo con una miserable sonrisa y él se sintió mal inmediatamente—. Realmente no lo sé. —Suspiró— Voy a dar una vuelta, ¿le avisas a Taylor si llega y pregunta por mí? —preguntó.Último capítulo