Martes, 11:34 am:
La mirada del coreano se posó en los vidrios de la rota ventana que ahora estaba en la ennegrecida alfombra y apretó sus labios, se sentía mal por la anciana que vivía en aquel departamento con su estúpido hijo, quien no había podido mantener su nariz alejada del contrabando de drogas, ganándose una persecución policiaca que terminó por romper la puerta de su departamento, una mesa de té y la pobre ventana por la cual había intentado escapar.
Observó al cansado Ethan, que seguía forcejeando con el terco adolescente que se movía como un psicópata al tratar de sacarse la esposas, cosa que evidentemente no iba a pasar. El mayor tiró de su oreja y lo regañó como si se tratara de un niño del kínder, una escena muy graciosa ante los ojos del castaño, sobre todo porque el sujeto dej&oa
Martes, 9:23 pm:—¿Estás segura de que aún quieres ir al cine? —Jung le preguntó a la pequeña de coletas que tiraba de su mano y lo instaba a caminar— Mañana no tienes que ir al colegio, quizás podamos quedarnos viendo películas hasta tarde en la TV y esperar a papá, ¿no?—Pero he esperado mucho para ir al cine. —Hizo un puchero— Era nuestra cita. —Lo miró con ojos tristes y él suspiró.La verdad es que esperaba que la niña permaneciese asustada por más tiempo, después de todo, no era algo común que intentaran secuestrarte en la entrada de la escuela. Los niños tenían una memoria bastante corta.Sus ojos tristes pudieron más que él y terminó accediendo a ir al cine aquella noche, no sin antes guardar su arma en su bolso y asegur
Jueves, 12:10 pm:—¡Repite eso otra vez! —Patrick intentó aproximarse al Capitán Martínez, totalmente dispuesto estampar su mejor puñetazo en su rostro, pero Simon lo detuvo.—Bien, ya fue suficiente. Los dos deben detenerse. —Soltó el Capitán más joven y alto del grupo. Jonathan se paró frente a Patrick y puso una mano en su pecho, empujándolo lentamente hacia atrás.—No ganas nada haciendo que te suspendan —dijo bajo—. No lo escuches —pidió casi en un susurro, el menor mordió su labio, apretó sus puños y agachó su cabeza.—¡¿Suspensión?! —Martínez escupió con molestia, su rostro aún seguía pálido por el susto de pensar que realmente iban a partirle la nariz— ¡No volverás a poner
Viernes, 8:55 am:Una vez más intentó tirar con todas sus fuerzas, pero sólo logró lastimar sus muñecas. Simon lo había esposado con sus brazos hacia atrás, dejándolo incómodamente amarrado a una de esas viejas tuberías expuestas por toda la pared; Jung se había dado a la tarea de averiguar si era una tubería de agua o de gas, moviéndose bruscamente de un lado a otro mientras intentaba descolocar alguna de sus viejas y oxidadas partes, suspirando aliviado cuando algunas gotas de agua cayeron sobre su piel.Quería desprender aquella maldita cosa, pero no importaba cuanto se moviese, tirara o empujara, la tubería no terminaría de ceder.Era bastante temprano y, en los días que Jung llevaba encerrado en ese jodido lugar, había notado que Simon seguía yendo al trabajo. Salía muy temprano en la ma&nti
Viernes, 3:36 pm:—¿También crees que es raro? —Ethan se quedó observando al castaño y alzó una de sus cejas antes de volverse a Patrick— Sé que los ha estado ayudando, pero no puedo terminar de tomarle el gusto al sujeto. Siento que las cosas han sido extrañas desde que comenzó a venir a la ciudad.—Uhm… —Lewis se cruzó de brazos y miró hacia atrás, clavando su mirada en la puerta de la azotea— Siempre soy uno de los primeros en llegar en la mañana y cuando lo hice Simon ya estaba aquí, sólo acomodaba algunas fotos en la sala de incidencias, pero me pareció realmente extraño, ¿dónde se está quedando de todos modos? El sujeto tiene su propio precinto que poner en orden, pero parece muy enfocado en resolver este caso…—Asegura que está preocu
Viernes, 8:21 pm:—¿Realmente esperas que crea eso? —Jung desvío su vista a la pared. Estaba cansado de seguir escuchando la misma basura proviniendo de aquellos labios rectos y rostros sin expresión.—Es la verdad —Simon aseguró.—Entonces déjame ir.—No puedo hacer eso…—No, te equivocas —bufó—. Puedes hacerlo, es sólo que no quieres. —Se quejó— Hay una gran diferencia en esas dos cosas, Simon, deja de justificarte. Sólo admítelo, me tienes aquí esposado desde hace días sólo para matarme, no sigas repitiendo esa basura, si no quisieras hacerlo entonces no lo harías. —Se volvió a verlo otra vez— ¿Puedes al menos ser sincero contigo mismo?—No quiero matarte.—Dios santo&hellip
Viernes, 9:33 pm:—¿Qué demonios hacemos aquí? —Jung suspiró, había perdido la cuenta de cuantas veces había hecho esa misma pregunta en la última media hora.Simon lo había arrastrado a un destartalado centro comercial que parecía incluso más inestable que el destruido edificio donde lo tenía encerrado con anterioridad. Su mirada recorrió el piso y las paredes e intentó tratar de ubicarse mentalmente ya que el mayor lo había tenido con sus ojos vendados cuando lo empujaba a caminar adentro de aquella pocilga. ¿Qué no había un centro comercial totalmente desocupado por un grave incendio? Recordaba haber leído sobre ello en internet hace no tanto. Patrick le había dicho que solía ir a comprar algunas cosas allí cuando recién había llegado a la ciudad. De ser así, no esta
Sábado, 1:09 am:El metálico y desagradable olor de la sangre era tan fuerte que podía sentirlo perforar sus fosas nasales con incomodidad. El dolor en su cuerpo era totalmente insoportable, sobre todo en su brazo derecho, estaba totalmente entumecido y adolorido, ¿cómo era posible esa combinación? Seguramente estaba completamente fracturado, y ni hablar del dolor en su torso y piernas, no dolían tanto como su brazo derecho, pero maldición que estaba pasando un mal rato. Su cabeza daba vueltas y asumía que lo que bajaba por su sien no era sudor.La blanca luz golpeó sus ojos al abrirlos y maldijo bajo al darse cuenta de que se encontraba acostado en el gran sofá de su sala. Se incorporó rápidamente y miró al segundo piso en busca de Sophie, pero no pudo ver ni escuchar nada, ni siquiera vio el más mínimo rastro de sus mascotas, por lo c
Sábado, 3:31 am:Una luz blanca lo recibió escandalosamente cuando abrió sus ojos otra vez, sólo que ya no era la iluminación de su sala, era la molesta y brillante bombilla de alguna habitación de hospital que desconocía, y vaya que él había estado en muchos hospitales en el último par de años. Relamió sus labios resecos y miró alrededor, su cuerpo aún dolía, pero nada tan terrible como lo hacía antes. El yeso en su brazo derecho le indicaba que había tenido razón con respecto a su extremidad, pero el resto de su cuerpo, simplemente vendado por las múltiples cortadas que se había hecho en el choque, le decían que Simon también había tenido razón al llamarlo exagerado.Una repentina exaltación se alojó en su pecho y lo hizo levantarse de golpe, maldiciendo bajo por el