—¿Qué quieres decir con que está en problemas? —Patrick dejó a la chica pasar y ella comenzó a frotar sus manos con nerviosismo— ¡Hyesung! —bufó, lo estaba poniendo nervioso— ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Sabes quién soy? —Frunció su ceño, luego negó con su cabeza— No, acabas de llamarlo Allan —dijo casi en un susurro.
—No sé quién eres, pero sé que en definitiva no eres un profesor de historia y que probablemente Allan no sea el nombre de tu esposo… Quizás no sean ni siquiera una pareja, pero sé que son buenas personas… creo —su duda saltó con la más grande demostración de sinceridad al soltar ese pequeño "creo" al final. Patrick suspiró.
—Jung… Su nombre es Jung —corrigió, la chica tragó fuer
—Tsk… —Patrick miró al piso y frotó sus manos ansiosamente, Hyesung siguió hablando en voz baja.Había llegado al hospital hace algunas horas y su única compañía en aquel lugar era la nerviosa chica, quien había ponderado por mucho tiempo si contarle la historia completa al detective o no, decidiendo hacerlo al ver que Patrick no la presionaba y que de hecho no parecía realmente interesado en el asunto; el sujeto estaba tan preocupado por el estado actual del coreano que realmente había mandado aquella misión al carajo hacía muchas horas atrás. Hyesung decidió que, además de confesar todo lo que había pasado y acabar con aquel asunto de una vez por todas, distraería al estresado pelinegro a su lado, quien parecía a punto de matar a uno de esos doctores que seguían yendo de un lado a otro sin decirle nada.Hy
—¡Muchas gracias! —Eddie tomó el café de las manos de la linda chica y le regaló otra gran sonrisa— ¡Lindo día! —Ondeó su mano en despedida, tomando por sorpresa a la apenada mujer, quien devolvió el saludo con sus mejillas enrojecidas.Su acción lo distrajo por más tiempo de lo normal, olvidando prestar atención al frente y chocando con la persona que venía desde su derecha, terminando por derramar su café sobre él y temblando levemente debido a la fría sensación.—Demonios… —El sujeto a su lado vio sus brazos manchados por el café de Ethan y él titubeó.—¡Lo siento mucho! —dijo rápidamente, su rápida respuesta hizo que el otro se volviera a verlo con una de sus cejas alzadas.—No deberías caminar sin ver al frente&
—Amigo, debes dejar de hacer eso —Patrick se volvió a ver a Ethan y éste le devolvió la mirada.—Necesito un baño. —habló en un suspiro, su mano aún seguía debajo de su camisa, palpando su propio abdomen una y otra vez— ¿Quién diría que el café podría ser tan pegajoso?El menor apretó sus labios para suprimir una risita y golpeó la mano del mayor al ver que el encargado de aquel hotel se acercaba a ellos con cara seria, Ethan sacó su mano de debajo de su ropa y se enderezó en su lugar. En serio quería tomar una ducha.—Buenas tardes, señor… —Entrecerró sus ojos al mirar la identificación en el uniforme del hombre con expresión amargada— Rogers… —Asintió, apretando y cerrando su mano inconscientemente. Pegajosa— Detective
—Vas a matarme de un infarto, Jung. No vuelvas a hacer eso —Jason apretó la mejilla de su mejor amigo y éste suspiró.—Lo dices como si fuera mi culpa. —El coreano lo miró con sus ojos entrecerrados y tomó la mano del mayor para quitarla de su rostro— Pero está bien.La mirada del castaño fue instintivamente hacia su novio y reprimió una pequeña sonrisa al ver que este le devolvía la mirada antes de retomar lo que estaba haciendo y terminar de guardar todas sus cosas. Luego de que Jason terminara de hablar, él decidió posar su vista en su recientemente designado chófer de aeropuerto y frunció su ceño, ¿qué le pasaba al sujeto? Cuando Ethan había llegado por él se veía completamente normal, ahora parecía a punto de desmayarse mientras el primo de Jason lo laceraba con la mirada. As&ia
—Te ves bien —Mark se acercó a su mejor amigo, quien bajó de su auto casi al mismo tiempo que él y comenzó a caminar al hotel, de la mano de la risueña Sophie, caminando como modelo de pasarela con su brillante vestido—. Ambos se ven bien. —Miró a la niña y esta le dio una sonrisa de portada de revista.—Gracias, lo escogí yo misma. —Se jactó, Mark sonrió.—Ya veo. —Asintió feliz antes de volverse al pelinegro— ¿También lo escogiste tú solito? —Tiró de la manga del traje del menor y él suspiró.—No, lo escogió Jung —dijo, casi como que si aquello no fuese una obviedad de lo más grande.—Pues te ves bien, se nota que no lo escogiste tú. —Se burló, el menor lo vio con su ceño fruncido.&
—Ah… —Jason miró a su amigo y éste frunció más su ceño— Creo que deberíamos apresurarnos entonces.—No me digas —Taylor suspiró—. La ceremonia debió haber empezado hace una hora, tonto. —Se quejó— Sólo vamos de una vez. —Revisó su imagen una vez más en el espejo y asintió satisfecho. Todo estaba en su lugar.Luego de salir de la habitación, la mirada del teniente siguió a su apresurado amigo hasta el elevador, no podía evitar alzar una de sus cejas al notar cómo el chino comenzaba a apretar desesperadamente el botón en la pared con su dedo índice; hizo todo lo posible para suprimir un suspiro y simplemente guardó sus manos en los bolsillos de su elegante pantalón, manteniendo su vista sobre Jason, quien parecía reacio a darse por vencido en aquella pel
—Maldita sea. No me pagan lo suficiente para esto —Jung se quejó, arrastrándose de nuevo y soplando hacia arriba los mechones de su cabello que se venían abajo sobre su rostro.El coreano miró hacia abajo por una de las rejillas y bufó al notar que no estaba en la habitación correcta, retomando la marcha por el estrecho ducto de ventilación y siguiendo su tortuoso camino de arrastrado eterno.No se lo podía creer, simplemente no podía asimilar que aquello estuviese pasando justo el día de la boda de Jonathan y Taylor; tampoco se podía creer la poca suerte de aquellos sujetos, quienes decidieron secuestrar el lugar cuando estaba infestado de policías. Aquella había sido una muy mala decisión. Pero por culpa de aquella mala decisión ahora él se encontraba recorriendo los ductos de ventilación para poder llegar a la habitació
—… No… —Por enésima vez aquel día, Jung movió su cabeza de lado a lado y vio suspirar a su atareado compañero.—No quiero hacer esto… ¿Por qué demonios tengo que ser yo? —Ethan bufó.El pelinegro se dejó caer en el asiento del capitán y soltó un gran y pesado suspiro, que no era el primero de esa mañana; el capitán y el teniente de aquel precinto se habían embarcado en su viaje de una semana de luna de miel aquella mañana y Jonathan había dejado a Ethan a cargo. Todos estaban sorprendidos por la decisión ya que, si querían ver la parte lógica, Mark hubiese sido la elección obvia.—¿Por qué me sigues preguntando a mí y no vas con Mark? —preguntó, el mayor lo miró como que si su comentario lo hubiese ofendido.—&