NATASHAParpadeé varias veces y gruñí mientras me llevaba la mano a la sien, me dolía mucho la cabeza. Un zumbido muy molesto me pitaba en los oídos, aun así abrí los ojos, la habitación parecía dar vueltas o era yo la que no se sentía del todo bien.Traté de levantarme, mi vista se fue aclarando con cada pestañeo. Sentí el entorno caliente, tenía calor y de la nada empecé a tener hambre, esa era buena señal, ¿no?Al menos sentía algo, dolor, calor y hambre, aunque nada de eso es agradable.—Permanece acostada —dijo una voz con un tono amable.De repente siento la calidez de la mano de esa persona, pestañeo de nuevo al tiempo que levanté la mirada, se me formó un nudo en el estómago. Mi corazón se disparó en el pecho y sentí la urgente necesidad de levantarme y salir corriendo de aquí.No, estaba segura de que había sido una pesadilla, él no podía estar vivo. Saber esto ahora, se sentía más como una bofetada que un alivio.—Aléjate de mí —dije, cortante.No hizo caso a mi demanda, así
NATASHACalmar el fuego interior, calmar los gritos internos, era lo único que podía hacer mientras procesaba cada una de las palabras que había dicho mi padre.Me sentía asqueada, decepcionada e insultada, lo más lastimoso, es que todo eso era por culpa de mis padres. Papá no se podía llevar el premio al mejor padre del mundo, porque también se había equivocado y muchas veces, sin embargo, él no lo había hecho con la intención de lastimarme, así como lo hizo mi madre.Madre, ¿se le podía llamar de esa manera? Tal vez no sabía mucho de ese tema, del amor maternal y esas cosas lindas que en algún momento quise experimentar con Iriana. Ahora lo único que tenía era rabia y resentimiento hacia ella, pero aun después de eso, de haber sabido lo que intentó hacer conmigo, no era capaz de hacer como si no existiera, no tenía la sangre fría así como ella para dejarla con esos malos hombres.Algún día yo también seré madre, y finalmente sabré el significado de lo que es amar y cuidar a alguien
NATASHAAhogué un quejido cuando sus dedos largos se ciñen en mi brazo, con mucha fuerza. No sé en qué momento llegó hasta a mí.Tiró de mi brazo y en eso mi cuerpo chocó con el suyo, tenía su mirada oscura más cerca de la mía y lo único que sentí en este instante fueron mis piernas temblequear.—¡Dante, suéltala! —gritó Luca, estaba parado dónde mismo.El padre de Alessio dejó de verme y comenzó a caminar conmigo, todavía con ese firme agarré. Salimos del cuarto de baño, mi tío se detuvo en el pasillo cuando nos vio, pasamos por su lado, no hizo ni un solo movimiento para luchar contra este enorme hombre peligroso.Unos pasos atrás se escuchaban que nos seguían, creo que era Luca o mi tío, o incluso ambos. Cuando llegamos a la puerta principal mi padre estaba esperando con su arma, y sí, apuntado al padre de Ale.No intenté liberarme de su agarré, solamente me removí un poco por el dolor que estaba ejerciendo en mi brazo, es muy probable que termine con una marca roja o morada.Me se
NATASHA—¿Cuándo fue su último eco o su chequeo?—Yo qué m****a voy a saber, ella no es mi asunto—Pero bien que estás aquí preguntándole al médico.—Porque ahora es mi rehén.—Ya déjalo, Dante. La chica ni siquiera se puede mover.—Tú cállate.—Señores, necesito que se calmen, la paciente está aquí y todo esto…—¡Cállate! —esas fueron muchas voces juntas.¿Era un sueño? No sé, todavía no podía abrir los ojos, solamente podía escuchar esas voces. De nuevo caí en la oscuridad, a lo lejos oía la discusión, poco a poco todo se apagó de vuelta.*****Mis ojos se abrieron lentamente, pesaban un poco mis párpados, pero traté de cerrarlos y abrirlos otra vez hasta que conseguí mantenerlos así. Mi vista tardó en aclararse. Me moví y sentí una ligera pulsación en mi vientre, ya no era tan fuerte como antes, pero continuaba la molestia.—Ay —me queje en tono bajo.En eso se escuchó el rechinido de una silla y después unos pasos.—No hagas esfuerzo —llegó mi padre a mi lado. Lo observé después de
NATASHAEl sonido de una llamada sonó en el entorno del auto, Diablo respondió, tomando el manos libres, pues seguía conduciendo.—¿Qué? —preguntó, en la pantalla estaba el nombre de Iván.—Tenemos que ir a Dresde —le comunicó.—¿Me estás preguntando o me estás ordenando? —inquiere con una ceja levantada, miró de reojo la pantalla y después volvió a la carretera.—Es una sugerencia, lo sabes —respondió Iván.Por Dios, Dante intimida a todo mundo, incluso a otros hombres peligrosos cómo él.—No iré a dónde se encuentra se jodido viejo amargado —apretó su mandíbula, cómo si le molestara nombrar a esa persona.—¿Entonces dejarás a tu mujer allí?Por un instante creí que detendría el auto, solo disminuyó la velocidad mientras vi cómo apretaba el volante hasta que sus nudillos se blanquearon.—Cambiemos de dirección —demandó con un gruñido.Después de eso finalizó la llamada. No habló en todo el camino, bueno, al parecer él no parecía muy conversador. Así que hice lo mismo, tampoco pregunt
ALESSIO—¿Cuándo me llevarás a la casa de tu padre? —me reclamó Narkissa por el altavoz del celular. —¿Al menos ya les comentaste sobre lo del matrimonio?—Deja de joderme las pelotas, Narkissa — sisé molesto.—¡No me hables así! —bramó, casi me deja sordo, tuve que alejar la bocina de mi oreja. —Más te vale que lo hagas pronto, si no intenté a las consecuencias.—No tengo miedo a tus amenazas —escupí furioso.—Eso ya lo veremos. ¿Por quién te gustaría que empezará, por la Fiera o por la mocosa grosera?Apreté los dientes. Aunque sabía que mi madre estaba completamente segura bajo el techo en el que se encontraba, no podía arriesgarla, y menos a Antonella, ella siempre desobedecía cuando uno le decía no.—No puedo ahora —es lo único que le respondí.Eso era cierto, bueno, no es que no pudiera hacerlo, sino que mis padres no estaban en este momento en la mansión. Padre todavía andaba en Alemania, sabía el porqué, y mi madre, salió del país de imprevisto, creo que el abuelo le llamó, al
NATASHAPerdí la cuenta del tiempo, no sé si pasaron dos, tres o hasta más horas. Lo que si es que, termine tendida en uno de los sofás de este salón.Me tuve que mover de lugar cuando los ronquidos y los pies de Leo me incomodaron. Tenía sus pies sobre mis piernas, no sé en qué momento llegaron ahí.Alan seguía distraído en su móvil, no lo dejó en ningún segundo, después de haber finalizado la conversación que tuvo por mensaje, se puso a jugar.Cerré los ojos y apoyé la cabeza en el respaldo del sofá, tenía sueño, pero no era el sitio indicado para que yo me quedará dormida, de hecho para nadie, pero a Leo no le importó eso.—Dios, ronca como camión averiado —dije con un bufido.—Si te molesta lo podemos arreglar ahora —contestó Alan con una malvada sonrisa.No parecía afectarle los ruidos que hacía Leo mientras dormía, cómo si estuviera acostumbrado. No capté lo que quiso decir, simplemente me quedé viendo lo que hizo.Dejó su celular a un lado y se inclinó para levantarse del otro
NATASHAIntente no parecer demasiado afectada, aunque mi corazón latía furiosamente contra mi caja torácica y quería gritar todo el dolor que llevaba adentro.Pero no hice nada, ni siquiera podía reaccionar. Mis rodillas se doblaron y estuve a nada de caer al suelo; sin embargo, un brazo fuerte me tomó del mío para mantenerme estable.Me sentía un poco mareada, pero pude darme cuenta de que Leo me sostuvo. No me miraba, sus ojos estaban fijos en Alessio, cómo si quisiera perforarlo con su mirada.Ahogué un grito cuando Dante se balanceó hacia Ale, pensé que lo golpearía; sin embargo, lo volvió a agarrar de las solapas de su chaqueta de cuero y quedaron cara a cara, a pocos centímetros.—He llegado al límite contigo, mi puta paciencia se acaba aquí —siseó entre dientes. —Esta vez no moveré ni un jodido dedo para sacarte de tu porquería. ¡Me estás oyendo!Alessio no le respondió, temí por él. No quería que nada malo le ocurriera, aunque ya no quisiera saber nada de mí. Incluso no quería