Hola, queridas lectoras. Espero que estén disfrutando de esta historia, agradecería si me dejaran sus comentarios y que opinan de los personajes. Pronto se vendrán cosas más interesantes, ¿cómo por qué Natasha huyo de Rusia?, estamos cerca de lo que hay detrás de eso. Sigan disfrutando le la lectura.
ALESSIO ―¡Ay, no puede ser! ―exclamó Leo, con una expresión exagerada en su cara. ―¿Qué? ―replique, pero luego me arrepentí de haberlo hecho. ―Que no ves ―señala en dirección a Asha. Frunzo el entrecejo impaciente, no le respondo así que añade. ―Es rubia. ―¿Y eso en qué afecta? ―Resople exasperado. Leo podía cabrear a cualquier persona, le gustaba salir con sus comentarios sarcásticos, pero su mayor talento era soltar la lengua de un modo burlesco. Decía las cosas tan directas que irritaba a todo mundo. ―Por la poca estabilidad que te queda en tu vida ―dijo en el mismo tono que uso antes. ―No sé si preocuparme por ti o darte ya por perdido. ― Sacudió la cabeza mientras chasqueaba la lengua. ―Una rubia loca más a la familia. ―¿Les has llamado locas a mi madre y hermana? ―reclame irritado. Es un completo imbécil. Pero sé que no es el único que se ha dirigido a ellas de esa manera. ―Seamos sinceros ―encogió los hombros. ―Si es rubia, es señal de locura. La fiera fue la culpable d
NATASHA—Qué espécimen más sabroso están viendo mis ojos —dijo la amiga de Ivanna, mientras se relame los labios observando a Alan sin camisa, lleva solo unos pantalones cortos. —Miran ese abdomen, duro y mojado, tan perfecto…Antonella resopló mientras giraba sus ojos con aburrimiento.—Lo único que me tiene pendiente es que te tragues una mosca, mejor cierra la boca. —replicó ella después de echarle una mirada la chica. Volvió su atención a la revista que estaba hojeando e ignorando por completo la escena que teníamos delante de nosotras.Se notaba frustrada, cómo si el estar encerrada no fuera lo suyo o tal vez le molestaba ver a su guardaespaldas de ese modo. Antonella es demasiado joven, es entendible que no le interese ver a hombres en poca ropa.La amiga de Ivanna se pone de pie y comienza a acomodarse el diminuto bikini de la parte de arriba, haciendo que sus pechos sobresalgan de una forma poco inocente, podría decirse un anzuelo con carnada para pescar a cualquier hombre.—Y
NATASHAMe levanté lo más rápido que pude de la cama y me dirigí apresurada a tropezones hasta el cuarto del baño. Afortunadamente, no quedaba tan lejos de la cama y pude llegar pronto.Alce la tapa del inodoro como pude y me deje caer en el suelo en mis rodillas para inclinar la cabeza en el agujero del retrete.Solté varias arcadas sin parar, una seguida de la otra, sentía una revolución por dentro. Con ambas manos me sostuve en el borde del inodoro, pues comencé a debilitarme mientras vacío mi estómago.Una mano toma de mi cabello para apartarlo de mi cara, estoy segura de que es Alessio y se acaba de dar cuenta de mi corrida hacia el baño.Debí haberlo despertado cuando me levanté, pues él estaba dormido cuando abrí los ojos al momento que sentí que mi estómago se revolvía.Sentí la bilis en mi garganta, mi estómago ya estaba completamente vacío.—¿Te sientes mejor? —el tono de voz de Alessio sonó sumamente preocupado.Eso quisiera suponer, pero sin estar segura asiento con la cab
NATASHATodos ellos son tan unidos, unas personas buenas y grandiosas, es por eso que no les puedo hacer esto, es por eso que debo seguir ocultando lo de la llamada y lo que me dio ese hombre que hiciera.Observó a todos en el patio de la piscina, Antonella con Stef discutiendo sobre algo, Ivy con el gemelo de Ale, quién no quería salir de su dormitorio desde que llegamos aquí. Los demás están adentro del agua, jugando y nadando, todos felices, como una gran familia.Familia a la que posiblemente mi hijo tendrá derecho a pertenecer, si es que estoy embarazada.Esto me causa nostalgia, un hueco en el pecho.—Asha, ¿por qué estás llorando? ¿A caso el idiota de mi hermano te hizo algo? —No me di cuenta en qué momento se acercó Antonella.Rápido paso mis dedos por mis mejillas para limpiarlas.Sacudo la cabeza.—No, no es nada. Solo estoy un poco sensible, eso es todo —dije, forcé una pequeña sonrisa para que no supusiera nada.No le había mentido, últimamente me sentía sensible y conmoci
NATASHALa vibración del móvil en mi bolsillo de nuevo réplica, pero está vez un poco en silencio. Después de haber recibido los primeros mensajes, coloque el dispositivo sin tono. Tengo temor de que alguien note lo ansiosa que me pongo cuando este suena.Necesito terminar con esto pronto, así que lo mejor es, buscar lo que ese desgraciado me pidió. Me dirijo hacia el pasillo, no tengo idea de donde se encuentre el despacho de esta casa, pero si debo de averiguarlo lo haré abriendo cada habitación de este lugar.Abro la primera puerta y nada, di con una sala pequeña, después abro la segunda e igual fallo con mi encuentro, me voy así por una y por una, hasta que llegó al final del pasillo y llegó a la última puerta. Esta es diferente a las demás, oscura y de un material más grueso.Sé que no puedo encontrarme aquí al hermano de Ale y a su novia, porque ellos están en su dormitorio descansando. Los dormitorios están ubicados en la plataforma alta, y como la casa es muy enorme no logran
ALESSIOEl viaje de regreso a casa fue en completo silencio. Asha desde antes que subiera al auto estaba algo callada, su mente parecía estar en otra parte mientras los demás hablaban sin parar a su alrededor.¿Le estará pasando algo o hay algo que la esté perturbando?Demonios, ya me estoy haciendo muchas ideas en la cabeza, lo ideal es preguntárselo.—¿Te agrado el descanso que hicimos? —indague.No podía apartar los ojos del camino, pero en vez en cuando le echaba una mirada. No me respondió, seguía perdida en sus pensamientos, cómo si algo le preocupará.¿Qué está sucediendo con ella? La noto muy distraída.—¿Asha? —dije, mientras me orillo en la carretera y detengo el auto. Me giro un poco para verla. —Hey, —la tomo del mentón y giro su cara con cuidado para que me vea. —¿Todo bien?Parpadeó y luego de eso sus cejas se fruncieron, se muerde el labio y mis ojos caen ahí poniendo toda la atención en esa reacción suya. Hay algo que la está inquietando. He aprendido a conocerla un po
ALESSIOEntre de prisa a casa, los gritos se escuchaban hasta afuera, eso dejaba claro que mi padre ya se encontraba aquí.En cuanto cruce la puerta, Antonella me embistió en la estancia. Los gritos venían de la parte de arriba.—Por fin llegaste, todo aquí es un maldito desastre. Papá está a casi nada de derribar nuestra casa. No tengo ni idea que le ha hecho ponerse así. Parece un demonio —dijo todo rápido y alterada.—No parece, es un demonio —corregí.—No estoy para bromas ahora, Ale —se quejó y cruzó sus brazos contra su pecho. —Será mejor que vayas a ver qué sucede, a mi mamá me saco de tu habitación.—¿De mi habitación? ¿Qué demonios hacías allí?Encogió sus hombros.—Pues ahí es todo el alboroto, yo solo estaba como espectadora, pero mamá me echó…No seguí escuchándola, la dejé atrás y me fui. Subí los escalones tan de prisa como pude. Entre más me acercaba a mi habitación, los gritos de mi padre se acercaban.Cuando llegue pude darme cuenta de todo lo que estaba ocurriendo ahí
ALESSIO—¡Joder! — grité tan alto cómo pude, me encontraba afuera en la terraza de mi habitación.—¿Hermano? —ni quisiera había escuchado los pasos de mi hermana al entrar a la habitación. —¿Podemos hablar?Suspiré hondo y luego de unos segundos me giré para verla. Asentí, ella se acercó y apretó mi brazo en modo afectuoso.—Que sea breve, no tengo cabeza para nada —dije.No quería ser duro con ella, sin embargo, no quería hablar ni ver a nadie, mi madre también me lo había pedido, luego de haber salido del despacho de mi padre. Pero le pedí que me dejará solo y supo entenderlo.—No sé si esto te ayudé en algo, tal vez te termine por volar la cabeza, pero considero que debes de leer lo que te dejo escrito. —Me tendió un papel doblado, lo observé unos segundos y después a ella.—¿Qué es eso? —inquirí, algo ya me decía que podía ser, pero preferí hacerle la pregunta.—Averígualo por ti mismo —señaló con su cabeza el papel.Nuevamente, baje la mirada para ver el trozo que seguía en la ma