ALESSIO Estaba pálida, su pecho subía y bajaba agitado. Parecía cansada y sin aliento, como si hubiera corrido en un jodido maratón. ¿Qué estaba ocurriendo con ella?Salí del auto sin pensarlo, había sido un impulso mío, algo que no hacía todo el tiempo. No acostumbraba a ser alguien impulsivo, siempre reflexionaba las cosas antes de actuar, pero desde que esta chica se cruzó en mi camino, mi control se desbocaba rápido.En un segundo ya estaba de pie frente a ella. El tono de la piel de su rostro estaba casi blanco, más pálido de lo habitual. ¿Acaso había visto un fantasma?― ¿Estás bien? ― pregunté de repente preocupado.¿Qué demonios, por qué me preocupaba por una desconocida? Si seré hipócrita, ayer estuve a casi nada de besarla, si no hubiera sido por Narkissa, tal vez hubiera ocurrido lo que estaba deseando hacer. Apenas la había visto unas cuantas veces en el club, sin contar la primera vez, cuando me ganó la carrera. Es que había algo en ella que me intrigaba, pero al mismo t
ALESSIOEn cuanto dejé a Asha en su casa, le regrese la llamada al abuelo, pero este no contesto.― ¿Para qué demonios me llama si después no va a responder? ―murmuré.Tal vez se molestó porque desvié su llamada antes de haberme dado cuenta que Asha bajó de mi auto. Otra vez estuve a nada de besarla. ¿Qué mierda me estaba pasando con esa chica? Últimamente, he estado muy distraído, incluso no he podido concentrarme en el asunto de la Bratva y del maldito Krait.Al final decidí por llamarle a Luca. Sabía que estaba fuera de la ciudad y posiblemente también del país, pero eso no me importo. También sabía que él iba a responder de todas formas o después me devolvería la llamada si no podría responder en ese momento. Por lo regular siempre hacia eso cuando trataba de comunicarme con él. Luca toma la llamada en el primero pitido.― ¿Qué pasa, Alessio? ¿Ocurrió algo?.―Parecía agitado, no voy a preguntar que mierda estaba haciendo antes de que respondiera la llamada.― Tu padre me llamo, p
NATASHA—¿Entonces… solamente huiste y ya? —indagó Jenny.—¿Qué otra cosa querías que hiciera? —me molesté por su respuesta, cuestionarme no era lo que quería —¿Qué esperabas, que me iba a quedar allí sentada en su auto viendo cuando se animaba a terminar por besarme? O no, tal vez, debí haberle preguntado: Hey, Niño bonito, ¿a qué hora se te antojará besarme? —mi tono sarcástico estaba cargado de furia.No le dije que ese asunto ya me tenía frustrada. Frustrada sexualmente, esa era la palabra correcta.¿Cómo es que eso pasó de ser una cosa a otra? Él no me agradaba, incluso fue grosero conmigo cuando me dejó en el apartamento de Jenny, y, aun así, estuve a punto dejarme besar por él.¿Qué diablos me estaba pasando?Era un desastre.La tarde pasó rápido, ya estaba arreglándome para subir al escenario esa noche. No me había cruzado en el camino a Alessio, creo que eso era lo mejor, ya que no quería pasar otro momento frustrante como el último.Termine de maquillarme después de colocarm
NATASHA ¿A dónde me llevaba? ¿Acaso me llevará a un lugar de aquellos dónde suele llevar sus conquistas? Ahora mi pregunta era: ¿Existirá tal sitio? Eso iba a estar en mis pensamientos por un buen largo rato. Me llevó hasta su auto, el mismo en el que me hizo subir aquel día cuando me encontró huyendo de los desconocidos que me perseguían esa noche. Pero esta vez no replique, ni siquiera dije una sola palabra, pues no podía hacerlo, era como si estuviera entumecida desde que nos besamos. El camino también fue silencioso, Alessio tampoco dijo nada, y la verdad agradecí mentalmente por ese silencio. Aunque no era nada cómodo el momento, al menos no me había avergonzado haciéndome preguntas o molestándome con algo que no quisiera discutir en este instante. Hablar de lo que pasó hace rato atrás en el club, eso me dejaba nerviosa y confundida. Sé que yo lo quería más, sin embargo, él no sabía lo que estaba comenzando a sentir. No quería que supiera que me sentía atraída por él. Pues
NATASHALa adrenalina corre por todo esté ambiente. La gente grita, apuesta, silba e insulta cuando al que le invirtieron pierde. Amo la adrenalina, la velocidad, el viento cuando roza mi cara mientras monto una motocicleta. Sin embargo, siempre he usado casco, pues sabía que mi seguridad era lo primordial.Stefano nos llevó apartados de la muchedumbre. Vimos tres carreras, ninguna estuvo interesante hasta que compitió Alessio. Sí, era muy bueno, y eso me dejaba en duda, ¿cómo es que yo le había ganado aquel día?Algo había pasado con él en ese momento, porque el Alessio, que acababa de correr ahora, no mostró lo mismo aquella vez.—¿Siempre es así de bueno? —dije aun viendo hacia la calle.—¿A qué te refieres con bueno? — giré para ver a Stefano, me estaba sonriendo —Si te refieres a si es bueno en la cama o si está bueno, eso solamente tú debes de saberlo o si no de averiguarlo.Sentí correr un calor en mi cara y mi cuello. Este chico no tenía filtros, habla conmigo cómo si me conoc
NATASHA ―Algún día te llevaré enfrente ―anunció con seguridad. ―Eso jamás… ―puntualice. El viaje fue agradable, demasiado diría yo. Pues me sentía segura estando con él, a pesar de subir a una motocicleta y saber que estaba acostumbrado a conducir sin límites, tuvo la cortesía de hacerlo con precaución y a una velocidad aceptable también para los demás conductores que circulaban en las calles de New York. Supongo que no lo hacía por el reglamento de conducción, o por temor a que una patrulla de policía nos detuviera por exceso de velocidad. Se notaba tranquilo, como si nada le preocupara, podía observarlo por el pequeño espejo y también podía sentirlo, pues su cuerpo no estaba tenso como en otras ocasiones, se sentía relajado, ¿cómodo? Condujo hasta las afueras de la ciudad, entro en un terreno medio rocoso, había un estrecho sendero por donde la motocicleta podía cruzar sin problema alguno. Aun así, aferre mi agarre a su cintura. Recuerdo cuando subí a su moto y me sostuve de su
NATASHA¿Acababa de aceptar mentalmente que estaba enamorada de Alessio? Sí, lo hice.Estaba enamorada de su sonrisa seductora, de su mirada traviesa, de sus labios suaves y carnosos, de brazos y manos fuertes, de ese rostro tan atractivo, pero sobre todo de su manera de ser conmigo. Tenía la amabilidad de tratarme con delicadeza, de hacerme sentir única.¿Era una fachada, una para llevarme a la cama? Qué demonios importaba eso, Alessio me tenía ya comiendo de su mano.Lo observé atreves de mis pestañas. Nos habíamos sentado ambos en una misma silla de la noria. Mis manos sobre mi regazo se movían inquietas y las palmas sudaban. ¿Por qué estaba nerviosa? Alessio fijo la mirada en el cielo, ni siquiera me estaba mirando a mí, no sabía por qué me inquietaba.―Cuando veníamos y nos subíamos a la noria, le pedía a mamá que hiciera que detuvieran la rueda por unos minutos para sentirme cerca del cielo ―explicó. Me sorprendió que hablará y revelará algo de su pasado. Sin embargo; no me atre
ALESSIO Mis manos se movieron con velocidad hacia su cuerpo, la tenía apretada contra el mío, no la iba a dejar ir fácil, no en este momento. ―Alessio ―murmuró muy bajo y con dificultad. Podía darme cuenta de que tan necesitada estaba de mi calor, y eso me ponía como un jodido cachondo. ― ¿En dónde estamos? La había traído al apartamento de Luca, sí, le había dicho a Stef que se viniera a quedar a este lugar, sin embargo, conociéndolo, sabía también que no estaba aquí, así que me atreví a traerla sin avisarle que vendría acompañado. ―Es el sitio donde me estoy quedando ―susurre en su cuello. Era imposible apartar mi boca de su suave piel. Sin embargo, me tuve que ver obligado a apartar mi cara de su cuello por unos segundos para ver por donde la guiaba. Salimos del elevador, con mi brazo en su cintura la dirigí a la puerta del apartamento de Luca. Pronto coloqué el código para acceder al Penthouse, orgulloso de haberlo hecho bien y no colocar un código mal por lo distraído que me