ALESSIO Mis manos se movieron con velocidad hacia su cuerpo, la tenía apretada contra el mío, no la iba a dejar ir fácil, no en este momento. ―Alessio ―murmuró muy bajo y con dificultad. Podía darme cuenta de que tan necesitada estaba de mi calor, y eso me ponía como un jodido cachondo. ― ¿En dónde estamos? La había traído al apartamento de Luca, sí, le había dicho a Stef que se viniera a quedar a este lugar, sin embargo, conociéndolo, sabía también que no estaba aquí, así que me atreví a traerla sin avisarle que vendría acompañado. ―Es el sitio donde me estoy quedando ―susurre en su cuello. Era imposible apartar mi boca de su suave piel. Sin embargo, me tuve que ver obligado a apartar mi cara de su cuello por unos segundos para ver por donde la guiaba. Salimos del elevador, con mi brazo en su cintura la dirigí a la puerta del apartamento de Luca. Pronto coloqué el código para acceder al Penthouse, orgulloso de haberlo hecho bien y no colocar un código mal por lo distraído que me
ALESSIO―Vamos, te llevaré a casa ―dije después de darme la vuelta y verla otra vez.Mostraba un gesto fruncido entre sus cejas, cosa que ignore de inmediato y mejor camine hasta la puerta para alejarme de allí. Debió haber entendido mis palabras y si no lo hizo con eso, entonces debió notar la prisa que llevaba por salir pronto del apartamento.En el instante que abrí la puerta me detuve de golpe, casi chocaba con Stefano, quien estaba allí parado frente a la puerta con una sonrisa enorme.―Te hacía en otro lado con tu chica ―dijo sin borrar su sonrisa. Trató de fisgonear por arriba mi hombro, era seguro que la estaba buscando.―Llevo prisa, quítate… ―demande tajante, para que se apartara de mi camino.Sin embargo, el idiota no se movió ni un centímetro, solo continuó viéndome con su tonta cara de niño feliz. No quedó de otra que hacerlo a un lado para pasar.― ¿A dónde tan rápido? ―Esta vez me detuve en seco cuando escuche la voz de Luca, había aparecido de repente en el pasillo.Gr
NATASHA¿Qué fue todo eso? Esto que acaba de pasar fue mucho para mí, no esperaba ver muy pronto a la familia de Alessio, ¿si era su familia, no? Entonces eso quiere decir que Stefano también es parte de ese círculo.Lo que me estaba diciendo antes, antes de que entraran todos. Me dejo confundida, menciono un poco a la chica rubia que entro con ellos, pero no me dio detalles y tampoco qué relación tenía con Alessio. Fue hasta entonces cuando ella le llamó hermano y él se mostró empático con ella, a pesar del escándalo que estaba metida; es lo que pude entender.Me dio tanta ternura ver esa parte suya, siendo comprensible y cariñoso con su pequeña hermana.― ¿Te vas a quedar? ―. La voz de Stefano me sacó de mis pensamientos.Sacudí la cabeza en negación.―No, debo irme. Creo que no es correcto que siga aquí.―Entonces deja que te lleve ―se ofreció.―No, no te molestes ―indiqué con mi mano evitándole que se levantara de donde estaba sentando. ―Ustedes tienen cosas que hablar. Yo puedo ll
NATASHAEl Sonido de un quejido provenía de algún lado. No conseguía abrir los ojos, tal vez ese quejido venía de mí, pero no estaba muy segura de eso. De repente escuché algo a lo lejos, era una voz femenina, muy extraño; pues yo que recordaba no fue una mujer la que intento secuéstrame. ¿O todo fue un mal sueño?―¡Eso te pasa por meterte con una mujer, maldito idiota! ―exclamó aquella voz.Lentamente, comencé a abrir mis ojos. Nada era visible, todo se miraba borroso y el dolor de cabeza persistía, pero ahora más fuerte que antes. Los cerré de nuevo para tratar de aclarar la visión. Cuando los vuelvo a abrir, finalmente vi poco a poco todo lo que estaba pasando a mí alrededor.Una chica rubia estaba sentada de forma ahorcajada en uno de los hombres encapuchados que me perseguían. Quise gritar y decirle que huyera, que ese tipo podía hacerle daño o incluso también podría intentar secuestrarla. Sin embargo, me llevé una gran sorpresa cuando me di cuenta de la escena.¿Antonella?Había
NATASHADe nuevo sentí ese dolor fuerte en mi cabeza, mis ojos comenzaron a abrirse despacio. Varias voces provenían de algún lado, unas a lo lejos y otras cercas.—¡¿Qué no escucharon?! —alguien gritaba, más no pude distinguir al dueño de esa voz, pero era una mujer. —Su circo está haya afuera, no aquí. ¡Fuera!Mientras mis ojos se abrían, pude notar una cabellera rubia moverse en el aire. Mi mente se puso a trabajar de inmediato.¿Rubia?¿Una chica?Mis atacantes.Muertos…Ahora lo recuerdo todo. Esa chica es Antonella, la hermana de Alessio, pero… ¿En dónde estaba ahora, estábamos en un lugar seguro?No solamente me preocupaba por mí, sino también por esta chica. Aunque después de haber visto cómo asesinó a esos dos hombres, ya no era tan necesario mi angustia.—¿Cómo está? —Esa voz, rápidamente la reconocí. Era Alessio, estaba muy segura de ello. —¿Asha? —me llamó en un tono bajo.Sí era él.—Su cabeza sigue sangrando de la parte de atrás —informó otra voz.Reprimí un quejido y apr
NATASHAEl hombre no dijo ni una palabra, solamente entró en el apartamento como si fuera el dueño del lugar.¿Pero, qué?—Disculpe, ¿quién es usted? —me giré para verlo.Me ignoró por completo, pues parecía estar buscando algo o a alguien. Estaba parado en medio de la estancia y únicamente movió sus ojos por toda la habitación.Luego de eso, fijó su mirada en mí. De nuevo me congelé, pues esos ojos fríos me escanearon de un modo sombrío.Cuando terminó su observación, se movió de nuevo, devuelta a la puerta donde estaba yo. Me quedé de piedra cuando se acercó, pero él, ya no me prestaba atención.¿Por qué estaba temblando? Ya ni me estaba viendo, era claro que yo no era el objetivo por el que vino.Ni siquiera sabía quién era el hombre, era la primera vez que lo miraba, así que no debía tener temor de su presencia. Pero… Aquellos hombres tampoco los conocía, y, sin embargo, intentaron secuestrarme, y… ¿Si él, también había venido a eso?Retrocedí un poco cuando su distancia fue más es
ALESSIO—Si digo que no quiero que te entrometas, es por algo —dijo, después le dio una calada a su cigarro.Ha vuelto a fumar, incluso ahora estaba bebiendo más que antes, eso lo supe por Anto; dijo que nuestro padre tenía una apariencia terrible. Y ahora que lo tenía delante de mí, podía darme cuenta de ello, estaba ojeroso y cansado.Quisiera no desobedecerlo, pero no podía evitarlo. No podía quedarme en casa viéndolo como se consumía en el alcohol mientras mi madre seguía en una cama, apartada de todos, ajena lo que pasaba allí afuera.—Sé a lo que te refieres, ya no soy un niño.—Me sigues demostrando lo contrario.Le dio varias caladas más a su cigarro y luego lo tiró al suelo para pisarlo con su bota.—Pensé que habías dejado el cigarro —comenté sin pensarlo.Me ignoró luego de echarme una mirada disgustada. Sabía perfectamente que no le gustaba que lo cuestionaran o le dijeran algo sobre sus malos hábitos.—Tú, y Antonella, regresarán a Italia conmigo. —Sacó su celular y comenz
ALESSIO—Te quiero fuera de este lugar —dijo la voz de mi padre.Había llegado al club, y estaba por entrar a la oficina principal, pero me detuve cuando escuché su voz.—¿A caso estás celoso, cariño? —la voz melosa de Narkissa se oyó a través de la puerta.—No digas estupideces —gruñó mi padre. —Sabes bien que tú no significas nada para mí, por mí puedes podrirte.Un silencio perpetuo se instaló adentro de esa habitación. Puse la mano en la perilla de la puerta pues estaba por entrar; sin embargo, ella le respondió.—Eso no decías antes. En nuestros tiempos la pasamos increíble juntos y nunca te quejaste de ello. Pero decidiste cambiarme por esa…—Cuida lo que vas a decir o harás que te cierre la puta boca para siempre —la interrumpió bruscamente.—Pero mi amor, mi diablo —le dijo, al momento que se escucharon unos pasos.—Que ni se te ocurrá tocarme otra vez, porque a la próxima responderé y no será de una forma agradable para ti.—No te atreverías a hacerme daño.—Ponme aprueba y l