Holocausto. Renacer.

Capítulo XI.

Vague por los pasillos de aquel extraño lugar como alma en pena. Mi mente estaba en blanco ¿De verdad me estaba pasando esto a mí?... después de tanto tiempo. Mi madre había apecido y yo fui incapaz de reconocerla, entiendo el por que fui alejado de ella, más ella no uso su poder para poder proteger me, en cambio dejo que mi padre hiciera de las suyas conmigo, para luego desterrar me ha este lugar. Lo odio, pero este es un golpe muy bajo... Solo es un recuerdo de ella, no es ella en realidad, entonces ¿Dónde estará? ¿Se acordará de mí? ¿Sabrá que existo aún?.

Vague sumido en mis pensamientos hasta tropezar me con una gran puerta dorada, recuerdo haber pasado por este lugar más, no recuerdo haber la visto antes, era una puerta gigante casi de dos metros, estaba bañada de una especie de escarcha dorada, intente abrir la pero cada vez que tocaba la perilla, está quemaba mi mano como sí tocará fuego.

—¡Ves! te lo dije, era mejor evitar la— dijo Ash obstin