Observé con atención a Tanner, de nuevo se encontraba sumido en sus pensamientos, pero esta vez mantenía la vista fija en su teléfono. Es difícil saber lo que piensa cuando no tengo ni la menor idea de lo que le está afectando.—¿Y bien? ¿No piensas decirme cómo te fue en la cena que tuviste con Jana? —volví a preguntar, dándole un manotazo en la cabeza para llamar su atención y se quejó—. ¿En qué piensas?—En nada —suspiró—. ¿Por qué me golpeas?—¿Por qué estás tan distraído?—No estoy distraído, estoy pensativo que es una cosa muy diferente —mintió, dejando su teléfono de lado—. Vinimos a hacer una nueva vida para olvidar de donde somos y ya estás pensando en cagarlo todo por una mujer. Debo admitir que me sorprende que estés perdiendo la objetividad por esa rubia. Greta es preciosa y no vamos a negar lo que ambos hemos pensado de ella, pero ¿crees que llevarla a la cama justifica y vale la pena lo que piensas hacer? Ya escapamos lo suficiente para seguir haciéndolo, Holden.—Eres u
GretaDespués de la decepción que me llevé con Connor, me prometí no volver a caer en los juegos de ningún hombre por un buen tiempo, pero no ha pasado ni un mes y ya estoy devolviéndole la pelota a Holden con la misma fuerza.Me entretiene, no lo voy a negar. Sus comentarios en doble sentido despiertan en mí algo que ningún otro hombre ha podido; un interés muy feroz, capaz de hacerme desearlo con una intensidad brutal. Su cercanía me embriaga y me deja hecha un desastre. Y sus labios tienen la capacidad de nublar mi sensatez. No me ha besado, pero sí se ha atrevido a rozar su boca por mi cuello u oreja y esa sensación de cosquillas y calor nunca la había sentido antes, recorriendo cada centímetro de mi cuerpo hasta situarse en el medio de mis piernas y bombear con una lentitud que está empezando a enloquecerme. He soñado incluso con los ojos abiertos la manera en que sus grandes y cálidas manos recorren toda mi piel y me somete a recibir todo de sí.Ese condenado está jugando con mi
Fui con el decano Rogers a su oficina, algo confundida y nerviosa por lo que sea que fuese a decirme. El hombre se veía muy estresado y no es para menos.—Toma asiento, por favor —me indicó y así lo hice.—¿Para qué me necesitas?—En un principio quise mantenerme a raya, después de todo, no soy quién para mandar en el corazón de otra persona, aparte de que sería muy hipócrita de mi parte. Dije, al diablo, allá ellos y lo que quieran hacer de sus vidas amorosas, siempre y cuando siguieran desempeñando sus labores sin mezclar el corazón. Tanto tú como Connor han hecho un impecable trabajo —suspiró—. Entiendo que sea incómodo para ti y créeme que estoy tratando de comprender cada uno de los puntos para no hacer sentir mal a nadie. La esposa de Connor vinculó su desaparición contigo. Está completamente segura de que él se fugó contigo...—Eso es una ridiculez. Ni siquiera sabía que Connor no había venido a trabajar en estos últimos días. Lo que sea que tuvimos acabó en el mismo instante
Mi trabajo ha sido lo más importante para mí desde que me decidí a ser profesora de arte. Pintar me transporta a un mundo diferente, donde yo soy Dios y puedo trazar el camino de cada una de mis pinturas, donde el orden y el caos se mezclan de modo homogéneo y crean un resultado único e incomparable. Pintar es todo en mi vida, me hace olvidar de lo malo y me hace ver todo lo bueno que me ha sucedido.Por más problemas y cargas que tenga, cuando tomo un lienzo en blanco y mis manos se mueven por sí solas en el, todo a mi alrededor se convierte en polvo. Me gusta imaginar que soy una pintura y que cada trazo son los caminos que tomé para llegar al final de mi vida.Miré el dibujo en carboncillo que acababa de hacer y el silencio a mi alrededor fue sustituido por varios aplausos que me sacaron de mi burbuja y me trajeron a la realidad. Mis estudiantes veían fascinandos mi trabajo, lo que me hacía sentir feliz y orgullosa.—Profe, usted está desperdiciando su talento aquí —comentó Esther
Holden miró el lugar al que lo había traído con una sonrisa divertida antes de mirarme fijamente y apretar los labios, conteniendo la risa.—Sé que el nombre te parece extraño y todavía más raro se te hará cuando veas a los meseros, pero te aseguro que es un buen lugar. La comida es rica y la cerveza también.—¿Los guardianes de la galaxia? —recitó el nombre del establecimiento y me encogí de hombros.—No es un nombre nada estrambótico ni ingenioso, pero hacen buenos shows.—¿Qué tipo de shows?—Lo mejor será que los veas con tus propios ojos —tomé su mano y lo guie al interior.El club estaba a reventar como cada viernes, por lo que nos hicimos en la barra. Desde que sucedió lo de Connor no había vuelto a venir y todavía no entendía por qué razón. No solo la comida es buena, siempre me ha gustado ver bailar a Jana, es una de las mejores bailarines que haya visto en la vida. La destreza de sus caderas es sorprendente.—¿Es algún club fetichista o algo por el estilo? —inquirió.—No que
***Sus manos recorrían mi cuerpo de una manera muy lenta, pero a la vez poderosa, logrando así que me removiera entre sus brazos y elevara el cuerpo exigiendo más tacto. Su boca descendió de la mía por mi barbilla y cuello hasta llegar a mi pecho y provocarme escalofríos ante la humedad y tibieza de su lengua, antes de darme una mirada tan profunda y poderosa y seguir con sus debidas atenciones.Continuó proliferando besos, lamidas y suaves succiones por mi pecho, siendo dueño de cada uno de mis gemidos y de la calentura que agobiaba cada parte de mi ser. Al ruedo se sumaron sus manos, las cuales no dejaron campo de mi cuerpo sin palpar.Me retorcía bajo sus manos y su boca, queriendo apresarlo entre mis adentros con la misma fuerza en la que sus dedos tiraban de mis sensibles y erguidos pezones y su lengua se deslizaba por mi pecho y vientre, yendo a un destino fijo y palpitante, deseoso por experimentar todo el poder que su boca posee.Esas palabras tan sucias y depravadas, tan cap
Antes de ir al supermercado, fuimos hasta el club y recogimos mi auto. En un principio pensé que las cosas estarían tensas entre nosotros luego de los besos que nos dimos en la noche, pero nunca me había sentido tan cómoda en compañía de alguien.Holden me desespera, su descaro no tiene límite y es tan elocuente que termino creyendo en cada una de sus palabras. Pero hay algo en él que me llama con fuerza y a la vez me grita que me aleje antes de caer en su red y no encontrar salida alguna.Entramos al supermercado y fue por un carrito mientras le enviaba un mensaje rápido a Jana, contándole en un breve resumen de lo que había pasado entre mi vecino y yo. No me respondió, pero estoy segura que cuando lo vea no podrá creerlo y me atacará sin un ápice de pena.—Pensé que solo comprarías fresas —le dije, caminando a su lado por el pasillo de las frutas.—Sí, pero también necesito otras cosas.—¿Sabes cocinar? —pregunté.—Algo, pero no soy tan bueno como...—¿Cómo quién? —ataqué sin pensar
Holden me atrajo a su cuerpo sin apartarse de mi boca y descendió sus manos por mi espalda muy lentamente hasta mi trasero, donde apretó y amasó con fuerza, frotando su gran erección en mis muslos y haciéndome muy consciente de sus ganas.De un momento a otro y sin verlo venir, me levantó en sus brazos y me obligó a enredar las piernas en sus caderas y mis brazos en su cuello. Siguió arrebatándome todo el aire en un beso rudo y lleno de humedad, apretando mis nalgas entre sus manos y rozando nuestras partes más latentes por encima de la ropa.El poder de su boca y el roce de sus manos por mi cuerpo no me permitieron pensar en nada más que no sea sentir y experimentar. Me aferré con más fuerza de su cuello y seguí su rudo beso con la misma intensidad y fogosidad, muy dispuestos a arrebatar el aire y la cordura del otro.Caminó conmigo en sus brazos unos pasos y me dejó en la barra, mordisqueando mis labios y volviendo a besarme con intensidad. Se separó de mi boca, jadeante, con los la