Duncan hacía todo lo posible para no reírse, Jessie le sorprendía más y más.
—Ahora doña Micaela…
—Llámeme Mica, por favor.
Compraron una computadora portátil, algunos artículos de baño y algo de ropa. Estaban en la caja cuando escucharon a algunas mujeres conversando. Una pila de caja de zapatos las ocultaban por lo que las chismosas hablaron libremente.—Es una total vergüenza para nuestro pueblo, una mujer descarada que escribe basura.
Jessie tardó media hora en llegar a casa, iba a desactivar la alarma cuando se dio cuenta que la puerta estaba abierta. Casi podía jurar que había cerrado todo. Llamar a Duncan estaba descartado ya que luchaba por salvar a su animal.Tomó aire e ingresó a la casa, al parecer estaba todo en orden. Regresaba a la cocina cuando reparó que las paredes tenían pintadas palabras ofensivas.
Cuando se acercaron a la cabaña, Susie soltó una maldición, Duncan siguió su mirada y observo lo que sucedía. Pero no podía moverse, antes de darse cuenta sus mejillas estaban empapadas. Su Jessie se retorcía mientras el látigo le daba una y otra vez.Susie detuvo el auto junto a los postes y abrió la puerta de Duncan, aunque no lo bajaron.
Cassie y Lucién
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La pequeña Cassie
Historia 2 Ojos de LLuviaKian era un hombre tranquilo. Desde pequeño intentaba mediar entre sus amigos y las personas del pueblo, todos decían que lle
El servicio fue íntimo, tranquilo…perfecto. Era como si Kian supiese lo que anhelaba su corazón. No la atosigó con palabras sin sentido, solamente se quedó a su lado tomándola de la mano. Al volver a casa Kian la llevó a la biblioteca para leer el nuevo testamento de Richard.E