Itzel respiró hondo mientras se acercaba al lugar en el cual se celebraría la unión de las parejas predestinadas, siendo acompañada por Teo, Kael y Rewlly. La noche de la luna roja había llegado, y el claro del bosque estaba iluminado por la luz sobrenatural de la luna llena. Las manadas se reunían una a una: la manada Estrella, la manada Luna Creciente, la manada del Sol Naciente, la manada del Viento del Norte, entre otras y finalmente, el consejo mayor.Itzel podía sentir la expectación en el aire. Los miembros del consejo de la manada Estrella observaban con atención, esperando que ella rompiera el vínculo con Teo, algo que había dicho que haría, pero que en realidad formaba parte de un plan mucho más grande que ellos desconocían.Con paso firme, Itzel se paró frente al altar, su mirada recorriendo a los presentes. Sabía que esta noche sería decisiva. Levantó la voz, resonando con autoridad y determinación.—Hermanos y hermanas, esta noche no solo celebramos la luna roja, sino tam
Teo.Podía oler a distancia el miedo que envolvió a los involucrados. Eran conscientes del castigo que se impondrá incluso antes de que aceptaran formar parte de aquello, entonces no podemos decir que no fueron advertidos.Mi mirada recaía sobre la hermosa mujer que despedía poder en cada palabra. Su mirada permanecía firme y serena, demostrando a todos los presentes que no había nadie en este mundo que pudiera causarle miedo.Es una loba poderosa, una por la cual estoy dispuesto a dar mi vida.—El vínculo que fue dado por la Diosa Luna no será roto por el consejo. Es algo que depende de los involucrados —continuó el líder, Astrad —si consideran que su vínculo no es tan fuerte para permanecer juntos o por razones que desconocemos no desean tener su unión, eso es algo que depende totalmente de ustedes. El consejo está para señalar lo que podría provocar la ruptura y tratar de disuadir con la idea de romper algo tan valioso.—Entonces eso termina de confirmar que el consejo de la manada
Después de ver las cabezas de los traidores rodar, las miradas de Itzel y Teo fueron dirigidas al consejo. Estos estaban sorprendidos ante el accionar de Aleron, pero claramente no esperarían el ataque sin defensa.Dando un paso al frente, Scramuth junto al resto de su consejo se transformaron en sus lobos. Los cuales pese a la avanzada edad, aún parecían fuertes para el campo de batalla.Itzel y Teo no se quedaron atrás, tomaron su forma animal teniendo junto a ellos la compañía de sus betas, quienes estaban listos para participar y proteger con todas sus fuerzas a los poderosos alfas.La luna llena iluminaba el campo de batalla, proyectando sombras alargadas sobre el terreno irregular. Itzel y Teo avanzaban con determinación, sus corazones latiendo al unísono con la adrenalina que corría por sus venas. El consejo, esperaba en formación, sus ojos brillando con una mezcla de desprecio y anticipación. La tensión en el aire era palpable, como una cuerda a punto de romperse. Sin más pre
La luna llena brillaba intensamente cuando el consejo mayor regresó del paseo con Rewlly. Habían decidido permitir que Itzel y Teo tomaran su venganza, la justicia que merecían por sus seres amados. Al llegar al lugar donde siempre celebraban las uniones de las parejas, observaron los cuerpos esparcidos y mutilados. Algo que quedaba como advertencia para cualquier lobo que tuviera planes de hacer algo semejante como lo que los traidores y el consejo hicieron.—Eran líderes poderosos, pero su ambición los llevó a la ruina —comentó un miembro del consejo mayor, mientras su mirada recaía en los cuerpos vacios de vida y negaba en desaprobación a su propia condena.Las demás manadas también regresaron al mismo tiempo, y la atmósfera se llenó de murmullos y susurros mientras los recién llegados visualizaban el desastre que quedó luego de tal atrocidad cometida a las dos manadas más poderosas. A pesar de la tensión, la celebración de la noche continuó, aunque con un tono más solemne.En medi
Itzel y Teo se miraron a los ojos, compartiendo una sonrisa cómplice. La fiesta había sido un éxito, pero ambos sabían que era momento de retirarse. Sin decir adiós, se escabulleron entre la multitud, dejando atrás el bullicio y las risas.A medida que caminaban, volviendo su mirada atrás asegurando que nadie los seguía, pero al volver su mirada adelante chocan con la presencia del poderoso León negro.—¿Y para dónde van ustedes? —preguntó en un tono serio, pero claramente estaba jugándoles una broma.—La batalla nos agotó y queríamos volver a casa para descansar —respondió Teo, observando como Rewlly cruzaba sus brazos.—¿Si? —cuestionó —¿Y estaban demasiado cansados como para despedirse? —continuó, viendo el sonrojo en ambos —bueno, sigan con su camino. Prometo que nadie se dara cuenta de que la urgencia los alejó —añadió, pasando junto a ellos mientras se carcajeaba por los rostros avergonzados de la pareja.Decidieron dejar de lado la verguenza y seguir antes de que alguien más p
Dias y noches largas habían pasado desde el enfrentamiento con los lideres del consejo tanto de la manada estrella como de la manada luna creciente. Todo había vuelto a tomar calma y ahora un consejo más responsable y honesto era el que resguardaba a los alfas de cada lugar.Una célebre fiesta se llevó a cabo para agasajar la unión entre Aleron; quien había sido nombrado Alfa de la manada luna creciente, Y Andy, una loba formidable perteneciente a la manada Lluvia.Todos estaban felices por la hermosa ceremonia y el nuevo reencuentro de las manadas en el lugar.Pero... había dos entre toda esa multitud, que no se regocijaban ante el amor inquebrantable del vínculo. Pues el dolor de la ruptura aún permanecía latente como la primera vez.Pese a que él intentó visualizarla desde su llegada, le fue toralmente imposible encontrarla entre la multitud.Con el corazón roto, Kael se apartó de todos, las lágrimas aún esparcidas en sus mejillas.Caminó sin rumbo fijo hasta llegar a una piedra al
El sol se filtraba tímidamente a través de las cortinas de la habitación, pero Itzel no mostraba intención alguna de abandonar su refugio. Por alguna extraña razón, prefería permanecer en la habitación, donde los empleados de la mansión le servían las comidas y solo Teo tenía permiso para entrar y quedarse con ella. Marlia, su beta, hacía guardia en la puerta, asegurándose de que nadie perturbara la paz de su Alfa. La curiosidad por saber lo que le sucedía estaba consumiendola, pero prefería darle su espacio y que le contara si lo creía conveniente. Otro día pasó, y Teo no podía contener más su preocupación. Necesitaba saber qué pensamientos mantenían a Itzel alejada de todos. Entró en la habitación con una bandeja de desayuno, dispuesto a obtener respuestas.—Amor, ¿qué te sucede? —preguntó con suavidad, sentándose a su lado en la cama—. ¿Por qué te aíslas así?Itzel levantó la mirada, sus ojos reflejaban una mezcla de confusión y determinación.—Teo, he estado pensando… —comenzó, s
Itzel.Había ciertas cosas que aún no cambiaban después de casi tres años de ausencia. Cuando el carro se detuvo frente a la casa en la que Cameron vivía desde que se independizó, pude notar que la puerta principal estaba abierta. Era algo habitual en él ser tan descuidado y eso no cambió pese al tiempo que transcurrió. Sin pensarlo demasiado, bajé del carro y caminé en esa dirección con pasos firmes y decididos. No fue quien cortó la soga en su momento, pero la burla en sus ojos al verme caer es algo que no puedo borrar de mi mente por más que así lo quiera creer. Entre sin tocar, sin esperar que se me otorgara el permiso para hacerlo. Teo venía detrás de mí, dispuesto a impedir que cometiera alguna locura, pero la realidad es que ni siquiera me importaba si trataba de detenerme o no. Tomaría la justicia por mi cuenta y nadie podrá juzgarme, después de todo caí por un acantilado hace casi tres años y estoy muerta para ellos. —Creo que no hay nadie aquí —dijo Teo, viendo de un lad