Teo se quedó en silencio, procesando las palabras de Itzel. La revelación de su vulnerabilidad y la petición de ayuda lo golpearon con la fuerza de una tormenta. Se levantó lentamente, su figura imponente se recortaba contra la luz tenue que se filtraba a través de las ventanas altas.'Amul, ¿qué sabes de esto?' —preguntó en voz baja, dirigiéndose al lobo que yacía en su interior.'No más de lo que tú sabes. Pero está claro que ella es más de lo que parece. Su fuerza no reside en su físico, sino en su espíritu.' —respondió Amul, su voz un gruñido bajo.Teo asintió, su mente trabajando a toda velocidad. Se acercó a Itzel, su mano se extendió y acarició suavemente su cabello. La conexión entre ellos era innegable, y él lo sabía. ¿Era hora de aceptar el vínculo, de aceptar que su destino estaba entrelazado con el de ella?—Itzel, sé que puedes oírme —susurró, su voz apenas audible—. No estás sola, prometo que todos los que te han hecho daño pagarán por su falta contra ti y contra mi.Con
Itzel.Los bellos de mi piel comenzaron a erizarse ante la presencia del peligro. Sabía que algo a mi alrededor no marchaba bien y quería saber el porque. Claramente no había regresado a casa, pero podía sentir una comodidad diferente a la que me dieron en éste lugar. ¿Quizas mi padre presintió el peligro y vino a auxiliarme? No, nada de eso podría ser real. Pese a la conexión que teníamos debido al pacto realizado, él no tenía forma de saber si algo me pasaba a menos que me mandara a seguir. Mi corazón comenzó a acelerarce, un torbellino de sentimientos se abalanzó sobre mi pecho y un desgarrador grito abandonó mis labios. 'Peligro' la voz de mi loba me alertó, por lo que mis ojos se abrieron abruptamente y mi cuerpo se doblo dejandome sentada en una cómoda cama. Mis ojos observaron el alrededor dándome la absoluta certeza de que estaba en la habitación de alguien. 'Estan en peligro' Volví a oirla decir, sin poder enlazar mi mente con la de ella y descubrir de lo que hablaba.M
El asombro en los ojos de los presentes no pudo ser ocultado al ver como aquella mujer se abría paso entre los enemigos. Cortando cabezas, lanzando flechas, usando toda la furia que parecía emanar de su interior. En un posible ataque, la vieron correr y saltar, dejando una nueva version de su apariencia. Una poderosa loba blanca se encontraba frente a Teo, siendo el escudo que necesitaba en ese momento. —Itzel... —pronunció Teo, tratando de ponerse en pie sin conseguirlo. —No necesito de tu ayuda, sólo ve a refugiarte porque así herido no le sirves a nadie —contestó con voz de mando, dejando al alfa ofendido por sus palabras. Bien, admitia que en ese caso ella tenía razón y no se atrevia a cuestionarla. Pues como alfa no supo separar sus pensamientos y dejó que estos lo envolvieran a tal punto de llevarlo a casi la primer derrota de su vida.Dos de los guardias más cercanos caminaron hasta él y lo escoltaron lejos de la loba blanca. Pues temían que ante una posible rebelión fuera
Al entrar nuevamente a la habitación y con la solicitud de nueva ropa para Itzel ya en marcha, la sienta sobre la cama dando un paso atrás. Luego de carraspera su garganta, procede a inclinarse delante de ella y pedir una vez más las disculpas que sabía, no se merecía.Si Rewlly llegaba a saber que él encerró a su hija y los de su manada casi la matan, sabía que no le quedarían huesos en el cuerpo. —Pido nuevamente disculpas por los acontecimientos recientes. Como Alfa debí darte la oportunidad de hablar y explicar la razón de tu aparición por nuestras tierras —suspira —admito que si actúe de manera impulsiva, fué porque sé el poder que el vinculo tiene sobre mí y no quería tomar una mala decisión por dejarme llevar de los sentimientos que nacieron al verte.—Comprendo tu posición al ser un Alfa, pero como tal siempre se debe indagar en cualquier circunstancia —respondió Itzel con dureza —si en lugar de ordenar que me encerraran apenas me viste, hubieras preguntado quien era o de do
Mientras la espalda de la mujer caía en el suave colchón y la mitad del cuerpo del hombre se posisionaba sobre el de ella, los besos seguían plasmandose sin romper el límite impuesto. Ahora ambos notaban cuanta verdad había cuando decian que 'Una vez que se prueba el amor, ya nada lo puede detener.' Pues ellos eran la clara muestra de eso.Entre susurros entre besos y caricias que viajaban, Teo seguia insistiendo a su pareja para que lo aceptara. No quería ser rechazado ni romper ese vinculo que se le fue otorgado. Pero no todo se debía a la fuerza que podía perder o al dolor insoportable que esto pudiera causarle. Se debía más al saber que posiblemente no pudiera encontrar otro amor tan profundo como el que estaba dejando emanar. Podría ser el más fuerte de su manada, el lider temible al que nadie quería contradecir. Podría incluso apartar de su camino todo aquello que le estorbara o lastimar sin piedad a alguien, pero delante de ella, de su hembra, su mujer... Él quería ser sumis
ItzelLlegó el día en que por fin podía moverme con libertad dentro de éste castillo. Sin bien en la noche acepté formalmente el vinculo de pareja, decidí que lo mejor era esperar la famosa fiesta de "luna roja" para dar el siguiente paso, el que nos unirá como pareja y por lo cual yo llevare su marca y él la mía. Debido a mi decisión tomada y sin aceptar las quejas de Teo, no le quedó más opción que otorgarme otra habitación y permitirme ante nada prepararme para el encuentro fortuito en el que nuestros cuerpos se conviertan en uno y nuestras almas se junten. Amul no parece alguien con quien negociar, pues según Lena, mi loba, decía que estaba desesperado por un encuentro. Era el responsable detrás de la insistencia de Teo. 'Tontos los dos' dije para mi misma. Ni siquiera con Nick me había sentido tan deseada y amada. Pues pese al mal recibimiento, Teo fué amable al otorgarme una comida todos los días y la posibilidad de frecuentar un baño distinto al que la mayoria de prisioner
Mientras caminaban por los pasillos iluminados por la suave luz de la mañana, Itzel sentía cómo el poder de su loba interior se calmaba tras el enfrentamiento. A su lado, Teo parecía perdido en sus pensamientos, probablemente repasando los puntos clave para la reunión con el consejo.—¿Estás bien? —preguntó Teo, rompiendo el silencio.Itzel asintió, aunque su mente aún estaba en la confrontación.—Sí, solo estoy pensando en lo que esa empleada dijo. No entiendo por qué hay tanta resistencia a mi presencia aquí.Teo suspira.—La manada estrella es un lugar de tradiciones y jerarquías. La llegada de alguien como tú, poderosa y de un reino distante, sacude los cimientos de lo que muchos consideran su realidad.Itzel miró a Teo con una sonrisa torcida.—¿Y tú? ¿Qué piensas de todo esto?—Yo… —se detuvo y la miró directamente a los ojos —Creo que eres exactamente lo que necesitamos. Alguien que desafíe lo establecido y nos haga cuestionar nuestras propias normas —respondió, dejando un suav
Kael.Comandando el grupo de soldados a falta de un comandante para que quedara a cargo, decidí buscar entre el más fuerte de la manada alguien que pudiera ocupar dicho lugar.No es fácil dividir mis tareas en dos y ocuparme de ambas partes, como también sé que no lo es para Teo al tener que ocuparse de mis labores cuando yo estoy aquí. Los veía entrenar, ir y venir, luchar, derramar mucho sudor durante el trayecto. Pero aún así ninguno estaba calificado.Decidí dejarlos que siguieran con su entrenamiento mientras iba por un poco de agua a la prisión que estaba solo a unos pasos. La cual debido a que la supuesta amenaza mayor estaba controlada, ya no era tan requerida la asistencia de guardias.—Son todos unos debiluchos —escuché decir a una mujer, la cual me recordaba un pendiente sin resolver.—¿Que puedes saber tú de fuerza —contesté mientras mojaba mi rostro, sin querer darle la absoluta atención. —Que sea mujer no quiere decir que no posea una fuerza superior a tu equipo de sol