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Día después de la fiesta.

Cameron Thompson.

Sé que mandarle este mensaje es un error porque estoy seguro que mañana ella va a amanecer con una resaca del infierno y probablemente recuerde lo que pasó esta noche de forma vaga, pero quiero ver hasta que punto va llegar con la borrachera que carga así que solo envio el mensaje antes de que me arrepienta de mandarlo. 

Me dirijo hacia el baño que está  en mi cuarto y la vuelo a recordar, ella encima de mí  moviéndose  de forma lenta pero certera, esa seguridad y deseo en su mirada, el pelo cayendo en ambos lados de la cara y esa sonrisa maliciosa. 《¡Carajo! Tengo que dejar de pensar en eso, solo fue un momento en que el alcohol tomó las  riendas de su cuerpo》

Me estoy lavando los dientes  cuando veo la pantalla de mi teléfono prenderse en la cama. Sé  que es ella, así que cuando termino de hacer todo lo necesario me tiro en la cama, alcanzo mi teléfono y entro al chat cuando lo primero que capta mi atención es una foto de ella sentada en su cama con una pose donde pone una mano sobre la rodilla  mientras  deja ver un poco de su escote, piernas que en estos momentos solo está en una bragas negra y parte de su mandíbula pero no la cara. Que me condenen a una vida en el cielo si es que esa foto no hace estragos en mí entrepierna.

Rara Hanks: 

>Y también sé calentar a alguien sin estar presente, Ice cube. 

        > ¿Me acabas de llamar cubo de hielo, Hela? 

Una sonrisa se forma en mis labios. Entre tantos apodos esta chica tan extraña decide llamarme cubo de hielo. 

Noto que ya no sigue en línea así que apago mi teléfono y aunque intente dormir ahora mismo se me va a hacer imposible porque la fiesta abajo sigue, no me gusta las fiestas y menos la que organiza Harry ya que siempre duran hasta las seis de las mañana y apenas son las 2 a.m. así que me dirijo a mi ordenador resignado a dormir para irme al instituto. Solo a Harry se le ocurre hacer una fiesta un jueves.

Me intento concentrar en mi juego pero no voy a negar que esa mirada llena de lujuria vuelve a mi cada nada y me encuentro observando la foto que me mando mínimo unas cinco veces más. 

Cuando dan las siete de la mañana me levanto a empezar a alistarse para el colegio, no le doy tanta atención a la gente con la que me encuentro tirada en la escalera y sofás. 《No me interesan, solo me hacen recordar los ridículos que pueden llegar a ser los humanos》. 

Llego con 15 minutos de antelación y me dirijo al salón  de matemática avanzada, me dispongo a usar mi teléfono cuando escucho una risa y un intento de regaño en la entrada del salón, me enfoco en quienes van a entrar y me encuentro con una chica que conozco muy bien por la contextura de su cuerpo. Me notan y ambas se quedan calladas de golpe, una me mira de pies a cabeza intentando descifrar algo y fracasa. La otra me mira con una intensidad digna de ella, pero también hay vergüenza y se nota que intenta que no lo descubra. 

—Hola.  —dicen al mismo tiempo, mientras pasan por mi lado. Mientras yo solo les doy un asentimiento y me concentro de nuevo en mi celular. 

Luego de un momento veo a su amiga salir del salón. 《Esta es mi oportunidad 》Me levanto y me dispongo a irme a su lado. Tenemos 10 minutos a solas antes de que empiecen a entrar todos en el salón.  

—No tienes porqué estar avergonzada de nada, solo estabas borracha. 

—Sabes, no es algo que hago siempre, ya sabes eso de ir mandando fotos intentando ser sexy a cualquier desconocido que me hable — habla rápido mientras evita mi mirada. 

—No te estoy juzgando y no fue un intento de ser sexy porque lo lograste. ¿Te acuerdas de todo o solo en partes? —mi voz sale ronca —  La verdad me sorprende que vengas al colegio con la resaca que estoy seguro que tienes ahora mismo. 

—Solo me acuerdo de algunas parte como yo siguiendo al ladrón de bebidas, hablando en tu cuarto y de repente estoy yo ahorcadas sobre ti. Luego solo viene a mi mente recuerdos borrosos y a la mañana encontré los mensajes, —me mira los ojos y luego la boca mientras me cuenta de lo que se acuerda. —lo peor de todo es que no hay arrepentimiento por lo hechos delictivos que cometimos o cometí ayer. 

Me coloco atrás de ella, me agachó para estar a su altura y paso las yemas de mis dedos en un movimiento suave y casi notoria trazando un camino que va desde las puntas  de sus dedos, pasando mis dedos hacia su clavícula y noto como inclina su cuello dándome acceso a esa zona y dirijo mi mano a través de su cuello a la parte de su oreja. Pongo mi boca cerca de su oído y susurro muy bajo.

—Tus arranques de dominio anoche, me dejó pensando muchas cosas y yo que tú comenzaría a preocuparme por eso. 

—¿Por qué me tengo que preocupar si en el intento lo puedo disfrutar? —lo dice tan despacio que llego a creer que son imaginaciones mías, pero veo esa sonrisa maliciosa, esos ojos decididos y eso me quita una sonrisa. 

—Porque puede ser peligroso jugar esto, no solo para ti. Yo también me estoy arriesgando.—aprieto un poco mi mano en su cuello y ella se estremece.

Dicho esto me pongo de nuevo de pie y me devuelvo a mi lugar, sin darle oportunidad de replicar algo. Me vuelvo a concentrar en mi celular y empieza a llegar los demás alumnos, no les presto atención y las clases siguen con normalidad  aunque siento la mirada de Hela de vez en cuando y eso me gusta, que me mire, que sienta mi presencia, pero es algo que no voy a demostrarlo 

            Hela Hanks.

No paro de procesar lo que pasó. 《¿En qué  momento empecé a tener estos momentos con Cameron?》 Creo que para ser el inicio del instituto estoy empezando fuerte, muy fuerte. No sé de dónde carajo saque el atrevimiento para mandarle esa foto a Cameron porque definitivamente era algo que yo no hago y menos si ni siquiera es mi novio/amante o esposo aunque la foto que le envíe salí con una bonita figura, un poco borrosa, pero con una bonita figura. De vez en cuando se me iban las miradas hacia Ice cube, no sé  cómo me ingenie ayer para llamarlo así pero le quedaba bien, frente a los demás él  era un témpano de hielo, no hablaba más de lo necesario, no aceptaba el contacto físico con nadie y trataba de no socializar con nadie dentro del instituto.

Kathe me dio un codazo más fuerte de lo necesario y me eso me hizo mirarla.

—Trata de disimular un poco esa mirada si no quieres que nadie se de cuenta lo que pasa entre ustedes ¿no? 

—No pasa nada, Kathe. Además no lo estaba mirando, estaba pensando en que hacer con Nick,  —trato de desviar del tema porque no quiero seguir pensando en él — creo que le voy a seguir hablando, ya que básicamente en ningún momento hablamos de un “nosotros" lo que quiere decir que no le puedo recriminar nada. 

—Fue un completo imbécil y aunque no me lo demuestres sé  que te afecto verlo follar con alguien más, —lo último me dice susurrando con cuidado a que nadie se entere  de nada — te estabas empezando a ilusionar. 

—Creo que tú te ilusionaste más  con algo que podría tener con Nick que yo. 

—No te voy a negar eso, sus hijos iban a hacer hermosos. 

—¡¿HIJOS?! ¿ESTÁS  LOCA, KAT? —No me puedo contener el grito y no necesito mirar a mi alrededor para saber que todos me están mirando. 

—Señorita Hanks y McCall si no les interesa mi clase les invito a retirarse a ambas de mi clase para poder enseñarle a la gente que sí quiere aprender. —la profesora nos mira a ambas como si fuéramos las peor escoria del mundo, lo admito, me intimida esa mirada. 

—Lo sien...- intenta disculparse Kathe pero la interrumpe. 

—Creo que no fui clara, no fue una advertencia, fue una petición. Retírense de mi clase, señoritas. 

Resoplo resignada mientras empiezo a juntar mis cosas, Kathe se quedó quieta durante unos segundo  pero luego parece reaccionar y empieza a juntar también sus cosas, es la primera vez que nos quitan de una clase se siente raro que todos nos estén  mirando en el proceso. Él me mira entre divertido y curioso yo le doy una pequeña sonrisa a la par que salgo de la clase con mi amiga al lado. 

—No lo puedo creer. Hela, sentí un escalofrío cuando nos miró como si fuéramos b****a, total nunca entiendo la clase de esa amargada.

—Amargada, con falta de sexo y encima con aires de superioridad. Ya no me cae bien la vieja bruja verde. 

—¿No que era tu profesora favorita? —se burla, — estoy casi segura que una vez me dijiste eso. 

—No fui yo, fue patricia. 

—Nene, vamos al patio o a la cafetería. 

A espaldas de ella veo como sale Cameron del aula y me indica que lo siga con un movimiento de cabeza. 

—Adelántate. Me voy a ir al baño un rato. 

—Te espero en nuestro lugar de la cafetería ¿quieres que te pida alguna cosa? 

Niego con la cabeza mientras me voy hacia donde desapareció Cam. No creo que pueda entrar en el baño de los hombres así como así, no soy tan descarada ¿o sí? Al demonio todo. Entro y cierro la puerta detrás de mí  para evitar que alguien nos vea y realmente no sé  porque lo hice de forma inconsciente. 

Me voy frente al espejo que tienen en los baños y me mojó un poco la cara, al abrir los ojos me encuentro con él  detrás de mí. Siento la necesidad de girar y quedarme frente a frente, él  parece notarlo porque me agarra la cintura, dando un ligero apretón y negando con la cabeza dándome a entender que no quiere que me gire. 

—¿Hijos? —pregunta de forma cautelosa, —¿Me quieres explicar qué  fue eso en la clase? 

—Solo fue Kathe con sus delirios de loca, no tiene que ver contigo, Cameron. — intento concentrarme en la conversación y no en todo lo que está causando ese simple toque. 

—Ah, ahora soy solo Cameron y no ice cube, —se burla en mi propia cara y siento que se apoya un poco más a mí. —me gusta más cuando estas borracha. 

—¿Piensas que solo borracha soy capaz  de perder vergüenza y coquetear o toquetear lo que quiero? — el reto en mi voz es demasiado notoria. 

—No, pero puedo notar la vergüenza en tu rostro. No sé  de qué te avergüenzas  realmente, no es algo fuera de lo normal lo que estamos haciendo, chica rara. 

No sé qué carajos estamos haciendo o lo que yo estoy haciendo en estos momentos pero doy un paso atrás para que ese pequeño espacio que existía entre nosotros desaparezca. Lo miro a través del espejo de nuevo y veo como sus ojos se oscurecen de nuevo. Me empiezo que restregar sobre él de arriba hacia abajo y luego incluyo movimientos circulares, noto como se empieza a poner duro, eso me motiva a poner una de mis mano en la parte trasera de su cuello y lo aprieto un poco para que se acerque un poco más  a mí  mientras que con la otra mano guio una de sus manos a  mi pecho, él  empieza a masajearlos sobre mi remera pero eso no me basta, quiero sentirlo y él  parece que tiene el mismo pensamiento porque mete su mano dentro de mi ropa y empieza a juguetear con mi pezón mientras noto su respiración caliente en mi cuello eso causa que me moje más. 

—¿Siempre tienes las palabras correctas para los momentos? 

—No, pero ahora mismo estoy contento de tener “las palabras correctas”– hace comillas con los dedos. – porque lo que sea que activo este lado tuyo, me gusta. 

—Me pareces tan sexy cuando me miras de esta forma, Ice cube. 

—¿De qué  forma te estoy mirando ahora mismo, Hela? 

—Me miras con esa intensidad, esa lascivia,  con interés y deseo. Y no sabes cómo me gusta que seas tú el que me mire de esta forma, aquí, ahora. 

—Vamos a necesitar hablar de esto luego. 

—Solo que ahora quiero que  me toques y me desees. 

—¿Quién soy yo para negarte esa petición? 

Saca su mano de mi pecho y cintura, yo le pido permiso para girarme con la mirada y él solo asiente, cuando estoy por darme la vuelta para continuar esto, siento que mi teléfono suena haciendo que los dos nos separemos de golpe y maldigo mil vidas a la persona que me está llamando en este momento. 

Los dos observamos mi teléfono y noto como Cameron se empieza a tensar a ver el nombre de Nick Holland. Genial. Lo que faltaba para que mi día sea el mejor de todos, Cameron cambió totalmente su actitud, se alejó de forma disimulada de mi y yo maldije por lo bajo mientras me debatía sí contestar o no la llamada. 

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