—Ok… de acuerdo, entonces la que se va de aquí soy yo—tomo la almohada y estoy por levantarme.
—De aquí tú no te vas—siento como Alexander toma mi brazo y me jala hacia atrás.
Volteo y lo veo con enojo mientras trato de soltarme, Alexander se reincorpora para luego tomarme de la cintura y atraerme hacia él.
Cierro los ojos y solo siento como caigo en la cama, no obstante con eso siento las manos de Alexander en mis glúteos y junto con eso siento como me acomoda a su lado.
Esto es demasiado cerca, tan cerca que puedo sentir su aliento, abro los ojos y todo eso que sentí es verdad, él me ve como si nada mientras siento como su mano se desliza por mi espalda, me hago hacia atrás pero él nuevamente me empuja hacia &eac
En cuanto llegamos a la hacienda le pido a Alexander que me baje, por lo que enseguida él lo hace, ambos estamos de frente, yo lo miro apenada mientras que él me mira con esa mirada inexpresiva, aclaro la garganta y solo trago saliva para luego caminar a la cocina en la cual están cocinando lo que creo que es pollo.Sonrío mientras camino estoy por entrar a la cocina pero Alexander me detiene, por lo que de inmediato volteo a verlo con reprobación.—Ve a bañarte—me sostiene del brazo para luego hacerme hacia atrás.Lo sigo mirando con reprobación para después soltarme de su agarre y caminar a la habitación.Antes de entrar al baño, veo la televisión. Ah vaya debo entretener a mi bebé y hacerlo que sienta que su madre es feliz, está bien lo hare por mi bebé.Camino hacia la mesita de noche y saco el control, prendo el televisor y pongo cumbias, no soy tan fan p
Alexander se suelta de mi agarre y hace una expresión de dolor, me rio de lo que hice y solo paso por un lado de él y sigo caminando hacia la cocina.—Nana Carmina ¿Puedes ordenar la cena? —digo con amabilidad para luego devolverme.Camino hacia ese pasillo y Alexander ya no está al parecer regreso con Lisa y Abel, sigo caminando hasta llegar al comedor que hay en medio de ese hermoso patio y me siento a un lado de mi esposo de mentiras.Una hora más tarde…Estamos platicando en la sala de estar del jardín, me siento muy llena y con mucho sueño, así que sin querer bostezo.
Escucho como Alexander suspira y después se pone de pie, luego de eso escucho como sus pasos se alejan de la habitación, escucho eso y aprieto mis ojos mientras sigo abrazando a Mango.***Días más tarde***Son las ocho de la mañana y a lo lejos escucho mucho ruido en la cocina, de verdad que de todos los días que he vivido en esta hacienda jamás había escuchado tanto ruido junto.La curiosidad se hace presente por lo que enseguida me levanto de la cama, me pongo las pantuflas y algo adormilada camino hacia la cocina. A lo lejos veo a Nana Carmina con cara de preocupación y regañando a las demás chicas.Me acerco con cuidado y escucho un “¿Cómo le vamos hacer si falta esa chef”—¿De qué h
Tuerzo los ojos y después sin mirarlo a los ojos desabotono esa camisa, lo hago botón por botón hasta llegar al último.—Mírame a los ojos—me toma de la barbilla y me hace verlo a los ojos.Veo sus ojos y esos ojos color miel se hacen obscuros y esas pestañas lacias se pronuncian más, trago saliva y lo empujo hacia atrás, claro él quiere jugar conmigo, con mis emociones y eso no se lo permitiré.—Listo—tuerzo nuevamente mis ojos y lo hago a un lado para pasar y finalmente irme de su habitación.Llego a la cocina y me siento tan acalorada que lo primero que hago es servirme un poco de agua de frutas frescas, me bebo ese enorme vaso para luego ver como se llevan los pasteles hacia afuera.Veo a donde los llevan y lo
Me asombro al ver eso, entro despacio y camino con precaución hacia él quien esta entretenido viendo hacia afuera de la hacienda.No puedo creerlo, él también cayó en mis encantos de repostería, sonrío ante eso, de pronto entra Mango buscándome, me agacho mientras frunzo el ceño, Mango me ve y ladra ¡Rayos! Le hago una pequeña seña a Mango pero él solo mueve la cola y viene hacia mí.Lo cargo para que guarde silencio pero es demasiado tarde ya que veo los zapatos impecables de Alexander frente a mis ojos.Poco a poco levanto la mirada y después sonrío nerviosa mientras que Alexander solo alza las cejas y su rostro solo muestra esa seriedad siniestra que de pronto es tan parte de él, trago saliva y me pongo de pie.—Viniste hasta acá ¿Para? —su mirada ahora es demasiado intensa para mis hormonas.—Vine a buscar a Mango—digo nerviosa me pongo de píe.
Estoy demasiado confundida tan confundida me encuentro en estos momentos que ni siquiera me sale el habla, será que él se golpeo la cabeza durante ese viaje o no ya sé, de seguro Zury le dio en la cabeza con esta caja de chocolates y ahora viene y me los obsequia a mí.Después de unos pequeñísimos minutos mi habla vuelve así que antes de contestar presiono un poco mis ojos y enseguida contesto.—No los quiero toma—se los devuelvo bruscamente y los estampo en su pecho.Alexander mira eso y toma mi mano enseguida una corriente eléctrica divaga por mi cuerpo, antes que nada aclaro mi garganta y después hago que me suelte.Por lo siguiente él solo me ve desconcertado para luego mirar esa caja de chocolates estampada en su pecho.—Te los traje porque… pensé que quizás se te antojaba algo dulce—me ve fijamente mientras trata de acercarse.
Sus ojos color claros se mueven de un lado a otro sin embargo no dejan de verme fijamente, sus pupilas están un poco dilatadas, sus manos están nuevamente en mis mejillas pero esta vez no solo tocan eso si no mi cabello también.Trago saliva y tal como lo dije antes esto es muy incomodo. Cuando me doy cuenta siento muy de cerca los labios de Alexander por lo que eso me hace fruncir el ceño y bajar la mirada.Veo sus labios y si, debo admitir que son muy tentadores pero… no puedo permitirme esto, aclaro la garganta y solo lo empujo y con la misma me doy la vuelta y pongo mis manos en mis labios.—Buenas noches ve a dormir —digo para enseguida meterme al baño.Me recargo en la puerta y esta vez me toco el corazón, el cual esta latiendo demasiado rápido.
Siento nuevamente los labios de Alexander acariciar y hasta succionar los míos, su mano está aún en mi cuello, siento como cada vez me apega más y más a él. Su respiración es agitada es como si no pudiera contener la respiración. —Al… Alexander —digo entre dientes mientras lo aparto de mí. Alexander me ve con desesperación y de pronto me toma de las mejillas y me vuelve a besar, es como si los golpes que trae no le molestaran en lo más mínimo. —Alexander….— digo mientras lo empujo nuevamente. Alexander parece que esta demente ya que él sigue besándome con tanta pasión que no dudo que esto sea un juego por lo tanto lo tomo del cuello y lo apego a mí para luego morder con fuerza sus labios. Alexander de inmediato se separa de mí y tapa sus labios mientras me ve desconcertado.