Alessandro Ferrara.Después de insistir demasiado, como nunca lo he hecho en la vida y soltar uno que otro soborno, al fin nos encontramos en la habitación del hospital, él con la ropa quirúrgica que le queda enorme y yo haciéndole compañía. He solicitado que la trasladen a una habitación con un poco más de privacidad y más espacio.He rodado una butaca para que el niño pueda estar cerca de ella y lleva un buen rato de rodillas, solo mirándola y sosteniendo su mano. Trato de distraerme leyendo algunos documentos que tengo atrasados y debo firmar, revisando algunas cámaras de seguridad de algunos lugares y leyendo mensajes del comisario quien me ha brindado nueva información.Al cabo de más de una hora, dirijo mi mirada hacia ellos y noto que el pequeño se ha vuelto a dormir, tal como dijo, le hace falta la compañía de su madre, pero no puedo traerlo todas las noches al hospital y ni loco pienso devolverlo a su familia sin saber qué demonios se traen, así que le tocará acostumbrarse a
Alessandro Ferrara.Después de pasar los pocos minutos que me permitieron al lado de Leonardo, ya que tenían que mantenerlo en observación, vuelvo a la habitación de Brooke.Pensando en sus palabras."Ella no tiene la culpa". Imagino que se refiere a que esta nueva versión de Brooke no es culpable de nada de lo que pasó porque no recuerda nada. Quisiera que fuese así de sencillo, realmente sería quitar un gran peso de mis hombros poder decir, ella es inocente, no recuerda nada así que no tiene nada qué pagar.Pero… ¿Y mi dignidad? ¿Mi dolor? ¿Mi culpa? ¿Dónde queda todo eso? Dije que solo tendría paz y podría avanzar el día que Brooke Turner me suplicara de rodillas perdón y sinceramente no creo que eso esté muy lejos. Y más teniendo a su hijo de mi lado. El niño está dormido en una pésima posición y creo que es momento de tomarlo y alejarlo sólo un poco de su madre porque si no lo hago, mañana será peor el remedio que la enfermedad.Lo tomo como puedo, pero aún su mano está aferr
Brooke Turner. Oscuridad. Es lo que hay a mi alrededor. Los párpados me pesan demasiado y por más que intento abrirlos no logro hacerlo.No sé dónde estoy, no sé que ha pasado. Intento moverme y no puedo, intento hablar, pero de mi boca no sale sonido alguno. Es como si mi cuerpo estuviese completamente atado o paralizado y esta sensación me da pánico. La cabeza me duele demasiado, intento recordar lo que pasó y la presión que ejerzo hace que desista.Me siento extraña, me siento diferente.Intento controlar mi respiración porque no puedo entrar en pánico, respiro profundo varias veces, pero mi cerebro se empeña en recordar lo que pasó hace un momento.El recuerdo de haberlo visto y el temor de que alguien viene tras de mí. Intento evocar el recuerdo que me llevó a sentirme desesperada, a sentirme de esa forma apenas desperté y poco a poco viene a mi memoria. Corro rápido por un largo pasillo, lo hago con fuerza porque vienen detrás de mí.Sé que estoy en la cama del hospital,
Brooke Turner *Flashback* —Tienes que venir conmigo, no huyas, que sabes que es en vano. Corro, las piernas me tiemblan mientras recorro la villa de los Ferrara en busca de la persona que puede ayudarme. Las manos me tiemblan y las piernas se sienten como si fueran de gelatina. Esto no puede estar pasando. No tiene que ser así. Mi pecho quema, mi garganta arde. Y es que, por más que mis piernas traten de dar el máximo, simplemente no logro llegar a dónde deseo, no logro llegar hasta él. Y, ¡Joder, tengo que hacerlo! Si algo le pasa no sé qué haré, qué será de mí. Mientras más lo pienso, no puedo creer que sean capaces de hacer algo como esto. Jamás pensé que la finalidad del plan hubiese sido esta, nunca imaginé que quisieran dañarlo de esta forma. Fui una estúpida, ilusa, por creer que todo era sencillo, sin más implicaciones. Pero no. Y ahora me siento como la mierda. Sí, me presté para demasiadas cosas que no debí hacer, me involucré demasiado en este plan absurdo, pero, s
Brooke TurnerMe siento confundida.Los recuerdos de mi vida anterior y de mi nueva vida comienzan a mezclarse creando confusión en mi mente.Trato de pensar con claridad porque es lo que necesito en estos momentos, es lo único que me va a mantener cuerda después de todo. Vamos caminando por el largo pasillo del hospital, la droga que me inyectaron no me deja moverme, hablar y a duras penas puedo respirar. Caminan rápido empujando la silla de ruedas, como si conocieran al completo el hospital, como si realmente trabajaran aquí. A medida que vamos avanzando, a nuestro lado pasan varios médicos y enfermeras sin siquiera tomarnos en cuenta, todos ignoran que esto es un secuestro, que las personas que están disfrazadas de personal de salud, no son médicos y enfermeras, sino que pertenecen a una de las familias más prestigiosas de Italia, una de las más temidas y respetadas, una familia involucrada en la mafia. Veo la puerta de salida y sé que mi destino estará sellado cuando la cruce,
Alessandro Ferrara Tengo más de una hora esperando que me den una m*****a respuesta y nadie me dice absolutamente nada. Estoy que me jalo los pelos de la desesperación que comienzo a sentir. Estoy en la sala de espera, caminando de un lado a otro, mientras recuerdo su mirada repleta de pánico, luchando con todos, mirándome fijamente. ¿Por qué no soy capaz de dejar de ver esa imagen ante mí? No tengo idea si el miedo era por mí o era por algo más, pero su mirada no era la misma de la mujer que salió del restaurante, era diferente, en ella había algo más. Y por algún motivo, eso no me hace bien. Preocupación, no lo sé. Pero es agotador sentir tantas emociones contradictorias mientras no tengo seguridad de nada. No sé por qué, pero algo me dice que quizá algún recuerdo del pasado vino a su mente y quizá ha recordado todo lo que hizo y por eso, al verme, sintió pánico por ella. Eso sería un motivo justo, según como lo veo yo. Sabe bien que si ella cometió un error, yo no lo voy a per
Brooke TurnerEl miedo que embarga mi ser en este momento es indescriptible. No soy capaz de controlarme, no soy capaz de abandonar la cruel idea de que este es un punto de no retorno. Irónico que no pueda ser capaz de mover mi cuerpo, pero que mis pensamientos se sientan como reflejos físicos de lo que está por suceder.Un miedo atroz me llena. Temo por los que me importan, por los que son mi vida entera, el motivo que me ha hecho fuerte estos años que han pasado. Lo hago, no soy ingenua, y ahora que en mi cabeza todo va asentándose, conozco los riesgos. Conozco y he sido testigo, de primera mano y durante casi toda mi vida, de las locuras de esta mujer demonio que tengo enfrente. Al menos, por la gran parte que ahora soy capaz de reconocer, aunque los recuerdos no sean tan nítidos.Poco a poco mi mente se va aclarando. Es tan raro cómo funciona el cerebro humano, lo que es capaz de hacer para superar traumas, para estar en paz consigo mismo y tratar de controlar emociones que pueden
Alessandro Ferrara ¡Mierda! ¡Mierda!¿Qué cojones es lo que está pasando?El olor a humo es insoportable, mi respiración es pesada y me cuesta demasiado controlarla. Sigo tirado en el suelo, cubriendo con mi cuerpo al completo el del niño, dejando que lo peor pase y todavía escuchando el ruido atronador de pequeñas explosiones en la camioneta. El pito en mis oídos aturdidos es una jodida molestia, entre eso y el fuerte impacto cuando tuve que tirarnos al suelo, siento que mi cabeza me da vueltas, mareado, pero me mantengo con los ojos cerrados y trato de recuperar la coordinación. Poco a poco esa sensación se va dispando.Y más vale, porque siento que en cualquier momento el que explotará seré yo. La rabia que siento no me permite pensar con claridad, todavía no soy capaz de creer que alguien se haya atrevido a tanto. No puedo creer que todo esto esté pasando, que todo se esté saliendo de control. ¿De qué sirve tener todo un ejército de hombres fieles a disposición si cosas como e