Kaleb navegó por el espacio vacío de Heradise. La sangre seguía goteando de sus labios, sus manos temblaban y perdía estabilidad. El viaje de regreso a su escondite lo sentía eterno, tanto, que pudo descifrar qué pasaba con su cuerpo heridiano y aún faltaba tiempo para llegar a su objetivo.
Escupió su propia sangre y miró por un segundo como flotaba en el vacío.
—Ronan…
El espacio vacío devoró sus palabras antes de que pudiera mencionarlas.
Recordó el peculiar daño que le causó en sus últimos instantes. El “intento desesperado” por detenerlo, al final entendió por qué se sacrificó de esa manera.
«M-Maldición…» gruñó y lanzó un puño a la nada. Sentía impotencia; nunca había tenido ese sentimiento, hasta ese momento.
Cans
Azriel estaba sorprendido.Antes no tuvo la valentía de preguntarle sus motivos y propósitos a Kaleb. Aun extrañaba a su antiguo padre, y era ese fuerte sentimiento el que lo aferraba a él.—Entonces… ¿los demás Dioses fueron el motivo de su cambio?—Se podría decir… que sí —le había mentido a su primera creación, temía la reacción que podría tener si supiera que el principal motivo era el deseo de poder y fuerza.—Además del inmensurable deseo de poder que usted abarca. Un deseo que… disculpe lo que voy a decir, lo llevará a la muerte y sin obtener éxito en el intento. Deténgase a ver lo mal que está. El cuerpo que ha adoptado está muriendo, además de que no posee las mismas habilidades que en Luvixia. ¿Qué le sucedió?—Ni yo lo sé,
El ejército de Kaleb, liderado por sus fieles capitanes teñían las acendradas regiones de Gilius en rojo carmesí. La atmosfera se envolvía por los incesantes gritos de batalla y los gritos de agonía de los ciudadanos que desafortunadamente eran atacados por las salvajes fuerzas del imperio de Kaleb.Nyroh y Kleit comprendieron rápidamente la gravedad del asunto y se pusieron manos a la obra. Pero Dante sintió un terrible escalofrío en todo su cuerpo.Nunca en mi vida viví algo como esto, pensó anonadado.Edificios enteros caían impactados por proyectiles ígneos, lanzados por el grupo de hechiceros. Explosiones, sangre y extremidades por todos lados.«Esto no es solo un asedio, es una masacre» dijo Muerte.Dante tragó con pesadez.—Es un genocidio… —contestó Dante—. Piensa exterminar a los &aac
—Copiado —dijo Kreiger.Kreiger creó un poderoso temblor con el peso de su mazo y escapó.—Maldición —musitó Dante al notar su escape.«Algo no anda bien, Dante» dijo Muerte.—¿A qué te refieres? —preguntó Dante.Alzó vuelo e intentó ayudar a Atlas a neutralizar a ambos wendigos.«Carius… Dante, acaban de matar a Carius…»Nyroh y Kleit mantenían un “contacto visual” con la Wendigo mientras esta permanecía serena y relajada, a pesar de los considerables golpes y cortes en su cuerpo. A pesar de sus heridas, no estaba enfadada con sus atacantes.Nyroh lanzó una inmensa ráfaga de cristales de luz al mismo tiempo que Kleit lanzaba un poderoso rayo contra ella. La Wendigo estaba dispuesta a absorber todo el daño que ambos lan
—Dante… c-creo que Angeline ya viene —suspiró con dificultad. Dante gritó sorprendido y salieron en busca de Konan. Gracias a las libertades que los propios hijos de la Dama Naturaleza les dieron, pudieron llegar al templo de Konan en un santiamén. —¡Konan! —gritó Dante—. ¡Angeline viene en camino! La Creadora de Faris, cruzó el umbral de uno de los tantos pasillos y los guio a una habitación especial en el que se trataba a los heridos. Parecía un salón quirúrgico, poseía distintas camas y todo tipo de herramientas para tratar cirugías o heridas graves. —¡Déjala aquí! La cama está esterilizada. Caín viene en camino. Dante acostó con cuidado a Pandora y agarró su mano con delicadeza, siendo contrastado por el fuerte apretón de su amada. —D-Duele bastante —dijo mientras empezaba a hiperventilarse. —No pierdas la calma, respira lentamente —Dante le aconsejaba con voz relajada mientras acariciaba el dorso de su mano. <
Buen día. Quiero agradecerte a ti, estimado lector por sumergirte en esta aventura llena de emociones y guerras que surgió en mi cabeza hace ya cuatro años. Soy un estudiante universitario y conseguir el tiempo para escribir se ha vuelto complicado. Pero a pesar de mis dificultades y problemas personales, he estado pensando mucho en el final de esta saga. Fui un desgraciado al dejar esta saga incompleta (comprendo el sentimiento y hace que me sienta más miserable). Pero, a día de hoy no es como que no haya escrito o diseñado el final de esta saga de fantasía. Para darles una idea, llevo actualmente 96,000 palabras del último libro de Heradise. Este libro narra una aventura totalmente distinta a las aventuras anteriores (pero siempre continuando la historia, manteniendo a sus personajes y añadiendo nuevos, sus características y los géneros que han definido esta novela, pero llevándolo a nuevos horizontes y expandiendo fronteras). Considero que estas 96,000 palabras son
Un Ángel, posiblemente el más poderoso o el más débil de ellos. Carga con el peso de muchas muertes injustificadas, carga con el dolor de un corazón roto, carga con la decepción en sí mismo, carga con la cruz que debe llevar por el sendero que le corresponde y carga con su tristeza tras su Exilio permanente.Dante, antes conocido como el Ángel de la Muerte. Un Ángel puro de corazón que cumplía su papel en Gilius junto a su compañera, Pandora. Un Ángel que ha cruzado muchos obstáculos con el fin de volver con ella, la Ángel que ama más que a su propia vida, se ve obligado a recorrer un largo camino lleno de dificultades y conflictos, con tal de cumplir el destino que su Padre le dio.Sin embargo, él no está solo. Tiene la compañía de sus fieles compañeros y un ser nuevo, un niño carismático que le ayudará
En un mundo inexplorado y deshabitado se encontraba un Ángel exiliado y despojado en una noche tranquila y estrellada. Sus compañeros descansaban tranquilamente a un costado y él compartía miradas con un niño risueño y lleno de energía. Su sonrisa inspiraba una inmensa confianza.—¿En serio eres un Creador? —le preguntó aturdido.Le era muy extraño para Dante que existiera un creador que se encontrara perdido en un mundo extraño. A pesar de sus dudas, Nyroh le sonreía, era obvio que él estaba feliz.—¡Claro que lo soy! Desaparecí hace mucho. Me sorprende que un Ángel como tú esté en este lugar perdido. ¡Un momento! —exclamó alarmado al ver detalladamente los tatuajes rúnicos de Dante—. Estos... oh no, ¿Por qué Járick te dio su poder?—Porque me creó
Dante seguía interno en su mente, luchaba para reparar el daño que él se había hecho a sí mismo. Una lucha interna que parecía no tener fin. Eve pasaba todos los días entrenando con Pokyryu quien se volvió su nuevo aliado. Empezaba a tratarlo como un familiar. Un grifo sabio e inteligente que apreciaba bastante el cariño que aquella Vitora estaba dispuesta a darle. —Me sorprende lo rápido que aprendes —dijo Eve.Eve empezaba a crear un vínculo muy fuerte con Pokyryu. Compartían ideas, compartían movimientos y ambos sabían cuál iba a ser el siguiente movimiento del otro. Eran tan compatibles que parecían compartir consciencia. En su momento, Rainer se sintió feliz de que Eve pudiera encontrar un amigo, un compañero de combate, pero no esperaba que ella estuviera con Pokyryu todo el tiempo.—¿Otra vez ir&aacu