~23 de febrero de 2025~
Ha pasado 10 meses desde el coma del Ángel de la Muerte. Mientras él sucumbía a un sueño que podría ser eterno, toda Heradise se preparaba para reducir el impacto de Kaleb. Él no estaba consciente de lo que sucedía fuera de su mente, no sabía que Kaleb lo buscaba estando sabiendo que estaba en ese estado tan frágil. Pero su amada familia lo protegía y lo mantenía oculto de las garras de Kaleb. Nyroh y Kleit comandaban a toda su gente y combatían ferozmente cuando Kaleb acechaba Gilius o Faris. Tenían algunos movimientos previstos y señalados gracias a las delicadas predicciones de Caín. Por desgracia, eran pocas las veces que lograban acertar el ataque de Kaleb y contratacarlo con la menor cantidad de bajas posibles por parte de Heradise, pero con una enorme cantidad de bajas de parte de Kaleb.
Tras varios meses de enormes luchas y custodio por parte de Eve, pudo proteger y alimentar a su pequeña niña que crecía con energía en su vientre. Toda
—Lady Pandora, el ataque se está repitiendo en todas las ciudades. Debemos permanecer defendiendo, los refuerzos de Faris han sido llamados. En unos minutos estarán aquí. Lo peor, es que los titanes habían vuelto a Bellger para recobrar fuerzas, estamos solos. —Comprendido. —Mamá, ¿en qué podemos apoyar? —preguntó Kalem. —Defiendan todas las regiones que puedan. No podemos permitir que esto acabe mal. —Entendido —asintió. —Elis, quédate a mi lado —dijo Carius—. Tu magia curativa será de gran aporte. —Vale —asintió. Carius salió del templo mientras trazaba runas mágicas y lanzó una onda expansiva que cubrió un perímetro de 100 mts2. Afectando a todos los ángeles, creando un escudo mágico capaz de detener cualquier ataque. Era un hechizo de soporte bastante efectivo, pero necesitaba de demasiado maná para ser utilizado en todo su esplendor. El concejal cayó de rodillas exhausto y Elis voló rápidamente a socorrerlo con
Tras cruzar el portal, Elis admiró un mundo nuevo y virgen ante sus ojos, era un reino oculto en aquel universo, un reino lleno de paz y vida. Pudo observar la ciudad de los enanos, el enorme bosque de las hadas, las montañas de los titanes y un hermoso arco iris en una zona tropical a lo lejos. Parecía un reino sereno para descansar y pensar en completa paz. Era una vista tan bella que había olvidado que Pandora caía inmóvil al suelo de aquel reino. Elis reaccionó a tiempo y cayó en picada, logrando agarrarla en el aire y protegiéndola en su regazo intentó aletear con todas sus fuerzas, pero la velocidad a la que iban le dificultaba siquiera mantener sus alas alzadas.Aleteó lo más que pudo y logró disminuir la velocidad. Por desgracia, no fue lo suficiente y ya estaban demasiado cerca del bosque de las hadas. Sin más que hacer, Elis usó su cuerpo como escudo para protege
Gracias a las luciérnagas y las hadas, pudo percibir el camino y la sombra de los árboles que se erguían a la distancia. Cuando logró visualizar bien, encontró dos siluetas junto a una nube. Sin dudar, aumentó la velocidad con sus alas y llegó en un abrir y cerrar de ojos.Las dos siluetas reaccionaron por instinto y apuntaron sus armas contra Pandora. Hasta que uno de ellos supo reconocerla.—Pandora…—Dorian…—Cuánto tiempo sin vernos. Veo que has crecido como líder y como persona —sonrió con nostalgia.—Y tú… no puede ser, ¿qué les pasó a tus alas? —Exclamó con sorpresa al observar las enormes cicatrices en su espalda.—Es una larga historia… sólo te diré que las perdí por protegerla —miró a Clementine.Ella
Dentro del enorme bosque de las hadas, en una zona recóndita y oculta en las profundidades, todo fallecía dentro de un pequeño radio y eso aterrorizaba a las hadas, las obligaba a escapar de aquel sitio. El origen de aquella extraña vibración que las perturbaba, provenía del cadáver en descomposición del depredador que hace un año atentó contra la vida de Pandora. No era un estado de descomposición cualquiera, su cabeza permanecía intacta mientras el resto del torso demacrado expandía una materialización gaseosa de energía negativa demasiado destructiva. Arrasaba con la tierra, las plantas y los animales que se encontraba a su paso. Su cabeza era un parásito que consumía la vida del bosque. El plan de Kaleb era algo tan simple y eficaz que ni el propio Nyroh pensó que haría. Al final, había sido efectivo. Sin saberlo, había dado en el refugio de la pareja que luchaba contra su voluntad. Desde la plática que había tenido con Pandora luego de despertar. Dante tuvo la idea de c
Dante llegó a la entrada de Victoria y su corazón punzó. Pensar en el reino que hace tiempo vivía en armonía molestaba sus emociones. Se llenaba de odio.«Dante, sé que es estúpido, pero reitero la pregunta. ¿Estás seguro de esto?»«Sí, Muerte. Lo estoy.»Pudo escuchar como Muerte suspiraba dentro de su cabeza.«Nyroh te verá. ¿Qué crees que hará cuando sepa que estás haciendo esta locura?»Dante sonrió con confianza.«Vendrá a ayudarme.»Muerte negó las palabras de Dante y solo en pensarlo rio.«Va a evitar que Kaleb te mate para hacerlo él mismo. Nyroh es muy amistoso, pero no perdona estas actitudes.»«No será la primera vez que lo intente. Eso no me preocupa, lo que me preocupa es si Kaleb estará aquí
Dante sintió paz al respirar el aire fresco de Bellger. Su cuerpo se movió por su cuenta a su casa, construida por los enanos. Observó el pequeño reloj colgado en una de las paredes y notó que marcaba las 16:00. Sin tomarle mayor importancia, caminó hasta su cama y cayó rendido en su suavidad. Su cuerpo pedía descanso y no le negaría la necesidad. Tuvo cuatro horas de sueño, las cuatro horas de sueño más relajantes que había tenido en su vida. Deseaba dormir un poco más, pero Muerte tenía otros planes. Él sintió la energía de Vida en Bellger. «Dante, despierta. ¡Despierta!» —¡¿Qué quieres?! —gritó contra la almohada. «Pandora…» —¿Eh? Sus sentidos lo motivaron a levantarse y a salir de su casa. Que Muerte la mencionara, significaba que ella estaba cerca. Alzó sus alas, dispuesto a buscarla por todo el reino, pero su suave voz lo interrumpió en pleno despegue. —Dante… —Pandora —contestó Dante, bajando sus alas—, n
Kaleb navegó por el espacio vacío de Heradise. La sangre seguía goteando de sus labios, sus manos temblaban y perdía estabilidad. El viaje de regreso a su escondite lo sentía eterno, tanto, que pudo descifrar qué pasaba con su cuerpo heridiano y aún faltaba tiempo para llegar a su objetivo.Escupió su propia sangre y miró por un segundo como flotaba en el vacío.—Ronan…El espacio vacío devoró sus palabras antes de que pudiera mencionarlas.Recordó el peculiar daño que le causó en sus últimos instantes. El “intento desesperado” por detenerlo, al final entendió por qué se sacrificó de esa manera.«M-Maldición…» gruñó y lanzó un puño a la nada. Sentía impotencia; nunca había tenido ese sentimiento, hasta ese momento.Cans
Azriel estaba sorprendido.Antes no tuvo la valentía de preguntarle sus motivos y propósitos a Kaleb. Aun extrañaba a su antiguo padre, y era ese fuerte sentimiento el que lo aferraba a él.—Entonces… ¿los demás Dioses fueron el motivo de su cambio?—Se podría decir… que sí —le había mentido a su primera creación, temía la reacción que podría tener si supiera que el principal motivo era el deseo de poder y fuerza.—Además del inmensurable deseo de poder que usted abarca. Un deseo que… disculpe lo que voy a decir, lo llevará a la muerte y sin obtener éxito en el intento. Deténgase a ver lo mal que está. El cuerpo que ha adoptado está muriendo, además de que no posee las mismas habilidades que en Luvixia. ¿Qué le sucedió?—Ni yo lo sé,