Pensó que sería divertido, pero ahí estaba.
El frío de la noche lo envolvía causándole cierto escalofrío que lo tenía sin cuidado.
No se sentía para nada correcto el estar en el medio de ese bosque a esas horas de la noche.
—¿Están seguros de que aquí estamos a salvo?
El moreno continuaba abrazándose a sí mismo para darse algo de calor, temblaba y no estaba seguro de si era solo por frío o el miedo ya estaba teniendo efecto en él, esperaba que fuera la primera.
—No va a pasar nada, Ethan, por favor, no seas tan aguafiestas.
El castaño parecía bastante tranquilo, pero en la oscuridad de la noche su temor no era para nada visible. Estaba asustado, la idea había sido suya, claro que no iba a dejar que sus dos amigos lo supieran.
—Harry, si muero hoy, déjame decirte que haré tu vida miserable en el infierno.
Isaac amenazó mientras caminaba un poco más atrás que los otros dos chicos.
Lo único que podía percibirse era el ruido de las hojas de los árboles al ser movidas por el frío viento de aquella oscura noche. Solo eso, nada más y nada menos.
Un aullido los mantuvo algo alerta.
¿Acaso habían lobos ahí? No sabían que en aquel solitario y perdido bosque podría haber siquiera algún tipo de animal, parecía ser un bosque olvidado, uno del que nadie conoce absolutamente nada.
—Dios, lo que faltaba.
De repente unos pasos se oyeron algo lejanos, pero con el pasar de los segundos se acercaban.
Alguien corría hacia ellos.
Se juntaron en un punto, acercando sus espaldas y mirando hacia el frente.
Tres lobos distintos fueron visibles.
Uno blanco de ojos celestes y brillantes se posicionó en frente del chico castaño de ojos marrones. El lobo estaba parado y lo miraba fijamente, con detenimiento.
Otro lobo pero de pelaje algo más oscuro, siendo éste mismo marrón, y teniendo ojos claros que no eran posible distinguirse se paró delante del otro chico de ojos celestes, mientras le gruñía algo molesto.
Por último, delante del asustado y temeroso moreno, un lobo de pelaje marrón no muy oscuro, se paró delante suyo mirándolo, como si pudiera entender qué sucedía. Sus ojos marrón chocolate brillaban con demasiada intensidad, tanta que el moreno se sintió desfallecer, era un hermoso color, los ojos tenían un hermoso brillo.
Entre los árboles, tres presencias se divisaron, tres personas que se veían oscuras debido a la tenue luz de la luna.
Tres personas de ojos brillantes y grandes, ojos llamativos y hermosos.
—¿Es tarde para creer que no debimos venir aquí?
Pestañeó repetidas veces buscando ver con claridad a su alrededor. No comprendía muy bien qué sucedió, se sintió mareado y cansado, algo adolorido. Movió un poco la cabeza mientras intentaba hacer lo posible por despertar, de alguna forma no quería. Su vista se aclaró dejándole presenciar una hermosa habitación a su alrededor, estaba bien decorada, ordenada y limpia. Se sentó mientras bostezaba, no recordaba bien qué había sucedido la noche anterior o por qué estaba ahí. La cama era suave y cómoda, podría quedarse ahí una vida entera, se sintió muy bien. Intentó llevarse ambas manos a la cara para poder tallar sus ojos y despojarse un poco del sueño pero no pudo. Bajó la mirada y pudo ver que unas esposas envolvían sus muñecas sujetándolas a dos extremos de la cama sin permitirle moverse.—Mierda.La puerta se abrió dejando ver a aquel lobo marrón que no salía de su mente. Era hermoso. El lobo entró caminando altanero y mirándolo con intensidad, detrás de él, un chico de cabello
—Bueno, este será el siguiente procedimiento, vas a beber de mi sangre.El castaño sostenía una daga en una de sus manos y miraba con desinterés al moreno mientras colocaba la punta de la misma en su brazo.—No, no te lastimes.Ethan colocó su mano sobre la del castaño antes de que pudiera hacerse daño con la daga.Connor miró al chico a su lado con altanería y seriedad, como si no le hubiera gustado su tacto, como si estuviera mal o fuera un pecador.—Sanaré en unas horas.Su tono de voz fue seco y algo distante, cosa que obligó al moreno a alejar su mano de su brazo y encogerse en su lugar algo temeroso. Se sentía incómodo y vulnerable frente al castaño, le tenía muchísimo más miedo del que podía expresar.El grande chico a su lado pasó la daga por su brazo marcando una hilera de sangre. Colocó su brazo sobre una copa y la sangre cayó del mismo llenando el objeto de vidrio. En cuanto éste se hubo llenado hasta la mitad, alejó la daga de su brazo y se colocó una pequeña toalla blanc
Los abrasadores rayos de la mañana le daban de lleno en el rostro y le incomodaban. Alguien había abierto las cortinas y ahora no podía continuar durmiendo. Una fuerte. presión en todo su cuerpo se sintió y lo único que salió de él fue un leve gemido de dolor, le dolía mucho todo y no entendía por qué aquel sentimiento era tan fuerte.—Buenos días, Ethan.Alzó la mirada hacia la puerta y ahí pudo ver a la linda chica rubia del día anterior. Ella se encontraba con un suéter de lana azul debajo de su brazo y una bandeja con algo que parecía un desayuno.—Buenos días.—Veo que E.C tampoco la está pasando muy bien.Isabella se colocó de cuclillas al lado del pequeño lobo agonizante que emitía algunos gemidos de dolor.—¿E.C?—Bueno, el lobo adquiere las iniciales de tu nombre y apellido, Ethan, tu lobo ahora es E.C.—Entiendo.Se sentó en la cama mientras se abrazaba a sí mismo, estaba algo,-demasiado-, adolorido.—Oh, ten. El desayuno es el alimento más importante del día y, en el estad
Una semana exacta había pasado. Se sentía como alguien nuevo, incluso parecía más vivo que antes, estaba feliz y sano, estaba curado, bueno, ya no sufría por la transformación.Durante la semana Connor no se había despegado de él, había estado a su lado sin alejarse más de diez minutos, al parecer eso le había ayudado, no se había quejado en ningún momento y el aroma de Connor le daba tanta tranquilidad que durante esos siete días no había hecho más que dormir y dormir, como un bebé.—Bueno, tu Omega ya se siente bien así que ya no tendré que estar a tu lado cada maldito segundo del día.—Gracias.—No tienes que agradecerme por cada cosa que digo, Ethan, lo hago porque eres mi protegido, solo eso.El moreno bajó la mirada y jugó con los dedos de sus manos algo nervioso. Se sentía algo mal cuando Connor le decía esas cosas, por alguna extraña razón.—Ya que estás mejor, podrás recorrer la mansión y conocerla un poco. Seguro encuentras a Henry por ahí, si es así, él va a guiarte y mostr
Los grillos comenzaban a hacer su aparición en aquella oscura puesta de sol. El ruido de los mismos indicaba que la noche estaba llegando y Ethan ya no podría pasearse por toda la casa como lo estaba haciendo desde que salió de la habitación de Connor.Connor le daba algo de miedo, aún así no iba a permitir que lo supiera, claro que no iba a dejar que Connor lo tratara a su antojo, además, estaba claro que el castaño amaba intimidarlo, pero Ethan no era alguien fácil así que las cosas para Connor se iban a complicar, claramente.Camino a paso lento hacia la habitación mientras miraba todo a su alrededor. No había mucho en aquel largo pasillo, algunos cuadros y relojes, nada más. Era bastante aburrido. Miró hacia el frente y pudo ver a alguna que otra chica ir y venir, se vieron bastante lindas. Seguramente también habían sido elegidos para acompañar a algún Alfa a aquella reunión del consejo, estaba seguro de ello.Suspiró y abrió la puerta de la habitación asomando su cabeza antes de
La reunión acababa de terminar. Los Alfas habían comenzado a pararse de sus lugares y a despedirse entre ellos.Ethan se había parado del regazo de Connor mientras éste último comenzaba a saludar gente, con el moreno a su lado con la mirada en el suelo. E.C ronroneaba algo asustado en el suelo, no podía evitarlo, Ethan estaba realmente avergonzado por la actitud que había tenido.¿Estamos en problemas, amo?Sí, lo estamos. Bueno, yo lo estoy.—Suerte con ese insolente, Connor.Uno de los hombres se había acercado a hablarle al castaño con un tono algo burlón y divertido. A Connor no le cayó para nada bien, en lo más mínimo.—Gracias, Benjamín, pero si alguien va a llamar insolente a mi Omega, ese soy yo, agradecería que no te tomes ni la molestia de mirarlo, es mí responsabilidad el hecho de lo que suceda con él o no. Gracias.Ethan se quedó algo atónito mientras tragaba saliva en su lugar, ahora todos se encontraban diciéndole cosas similares a Connor, cosas referidas a lo que había
Dos días.Dos malditos días llevaba en aquella habitación muriendo de aburrimiento y estando solo con E.C. ¿Acaso era sano que alguien estuviera encerrado en una habitación por dos días enteros y estando solo con un lobo? No, eso no debía ser sano ni para humanos ni para híbridos. Quería salir de ahí pero no sabía qué podía hacer así que solo permaneció en aquel horrible lugar solo.—¿Cuánto tiempo más crees que aguante?—No lo sé, me sorprende que haya aguantado un día entero.Connor sonrió mientras hacía picar la pelota contra el suelo y después corría hacia el aro para arrojarla y lograr encestarla ahí.—Ese Omega va a volverse muy caprichoso si continúas así, Connor, créeme.—¿Y eso qué? No le veo nada de malo sinceramente. Además, no he hecho nada.—¿En serio? Lo echaste de tu habitación y lo mandaste a la habitación que era de Allison, la única a la que le cumplías caprichos, tanto así que logró tener una habitación para ella sola, una de las más grandes y con muchas comodidades
Temblaba en extremo, sintiendo cada parte de su cuerpo fallarle, sin poder moverse o reaccionar, sin poder hacer algo al respecto. Estaba asustado, no, esa palabra era poco comparado con lo que sentía en aquel momento. No podía calmarse, su corazón latía con fuerza en su pecho, causándole cierto dolor, sus manos temblaban tanto que comenzaba a preguntarse si aquello era sano, una capa de sudor cubría su frente, se encontraba en el suelo ya que sus piernas le habían fallado, el miedo que tenía en aquel mismísimo instante era demasiado para él, más del que podía poner en palabras.—Dime.Su voz salió fuerte, demandante y más grave que de costumbre. Tragó saliva algo duro y después alzó la mirada mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.—Ethan, si no me dices, te juro que voy a poner una bomba en la maldita casa y matar a todos los que se encuentran aquí dentro.—Connor... estoy bien.Sus cejas se encontraban elevadas hacia arriba en una mueca algo triste y asustada. El chocola